La avalancha de gestores e inversores que están alertando acerca de los riesgos a los que se enfrentan los mercados no para de crecer. Si bien esto ha sido una constante desde que finalizó la anterior recesión en el año 2009, con los “permabajistas” como John Hussman o Albert Edwards como máximos exponentes, es llamativo el gran número de advertencias.
A lo largo de las últimas semanas, nos hemos hecho eco en inBestia de las opiniones de personalidades relevantes en el mundo de la inversión como Ray Dalio, Robert Shiller o David Tepper, o gestoras como Wedgewood Partners o Third Avenue Value, las cuales atisban nubes negras en el horizonte, o al menos grises, para los mercados. Ya sea como consecuencia de los problemas derivados de un recrudecimiento de la guerra comercial entre EEUU y China, el enorme volumen de deuda en el sistema financiero global, el punto avanzado en el ciclo económico o las actuales valoraciones bursátiles.
El último en sumarse a esta creciente lista ha sido Stan Druckenmiller, uno de los mejores gestores de la historia y que podría situarse perfectamente al nivel de Warren Buffett o Peter Lynch. Aunque es posible que su nombre no les resulte tan familiar como el de estos últimos, debe saber que Druckenmiller ha sido capaz de generar unas rentabilidades anualizadas del 30% durante los últimos 30 años, algo al alcance de muy pocas personas. Pero lo que es más espectacular: nunca ha sufrido un año con rentabilidad negativa.
Su estilo de inversión es muy diferente al de los dos inversores value mencionados, dando mucha mayor importancia a los aspectos macro y dedicando buena parte de su actividad a los mercados de bonos o de divisas. Si quieren profundizar en la figura de Druckenmiller, les recomendamos que lean el artículo escrito por Hugo Ferrer, en el que podrán descubrir aspectos de su personalidad y estilo de inversión que les sorprenderán.
Druckenmiller culpa a la Reserva Federal
Durante una reciente entrevista con Kiril Sokoloff, presidente de 13D Global Strategy & Research, y publicada por Real Vision, Druckenmiller advirtió que el problema de la enorme deuda de Estados Unidos terminará por conducirnos a otra crisis financiera, mayor que la última. “Triplicamos las causas de la crisis anterior. Y lo hicimos a nivel global”, especificó Druckenmiller.
El gestor culpa a la Reserva Federal por esperar tanto tiempo para aumentar los tipos de interés, lo cual permite que la deuda “barata” prolifere, alimentando la formación de burbujas de activos tanto en Estados Unidos como en los mercados emergentes, donde en la actualidad el fortalecimiento del dólar ha alimentado los miedos de un posible contagio. Señala que él hubiera subido los tipos de interés en cada reunión tanto como hubiera podido, y en el momento en que hubiera problemas habría dado marcha atrás; pero el problema actual es que la deuda es mucho más alta que hace cinco años, especialmente en los mercados emergentes. “No van a poder subir los tipos mucho más, y ya estamos empezando a ver las consecuencias”, advirtió Druckenmiller.
El gestor señala que cuanto más tiempo tarde la Reserva Federal en subir los tipos de interés, más devastador será el próximo crash: “La razón por la que la deuda se ha disparado es que no existe ningún obstáculo para la inversión. Y cuando uno puede pedir prestado dinero al 0%, por supuesto, la deuda va a estallar. Tenemos este problema de deuda masiva. Si no normalizamos la situación, se acelerará y causará un problema mayor”.
Esto no significa que los mercados bursátiles estadounidenses no puedan continuar subiendo en los próximos meses. De hecho, a medida que los tipos de interés de los Estados Unidos sigan subiendo (como piensa que así seguirá haciendo la Reserva Federal), Druckenmiller cree que es muy posible que el dinero invertido en los mercados emergentes regrese a Estados Unidos, impulsando aún más la renta variable estadounidense. Es algo que ya ha estado sucediendo. Pero al mismo tiempo, esto añadirá un estrés innecesario a la ya precaria situación de los mercados emergentes, aumentando el riesgo de otra crisis de deuda. Y una vez que estas "bombas empiecen a explotar" en el mundo emergente, el contagio podría extenderse rápidamente a los Estados Unidos. En ese momento, los políticos se apresurarán a reducir los tipos de interés y volverán a adoptar unas políticas "acomodaticias".
El FMI también alerta de los elevados niveles de deuda
Pero no sólo Druckenmiller y otros gestores de reconocido prestigioso son los que han puesto el foco en el elevado volumen de deuda a nivel mundial. El propio Fondo Monetario Internacional, a través de su directora gerente Christine Lagarde, ha advertido de este riesgo, así como de la desaceleración económica global como consecuencia de la guerra comercial. En relación con el primer aspecto, el volumen de deuda global (tanto pública como privada) ha repuntado hasta los 182 billones de dólares, un 60% por encima del nivel del año 2007, lo que ha hecho que los gobiernos y las empresas sean más vulnerables a un endurecimiento de la política monetaria (como está ocurriendo actualmente en Estados Unidos).
Con respecto a los problemas derivados de la guerra comercial, el FMI señala que los aranceles que se están implantando están impactando directamente y de forma negativa a las exportaciones e importaciones a nivel mundial, así como a la inversión empresarial y la producción manufacturera.
La opinión de Druckenmiller sobre Alphabet
Dejando de lado el tema de la deuda y la política monetaria, Druckenmiller también opinó que “El mercado está al máximo de su valoración histórica según todas las medidas, excepto en el diferencial con los tipos de interés”. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya oportunidades de inversión o que él haya liquidado todas sus posiciones alcistas.
Una de las compañías sobre las que es positivo es Alphabet (matriz de Google). En contraste con las opiniones negativas sobre el sector tecnológico que suelen tener los inversores más bajistas, se muestra alcista sobre esta gran compañía: “a 20 veces beneficios, probablemente 15 veces después de la caja, y con perspectivas brillantes (son los líderes incuestionables de la Inteligencia Artificial y del coche autónomo), no puedo decidirme a vender todavía”, afirma.
Pero al mismo tiempo advirtió que lo que está sucediendo con las compañías chinas de Internet como Tencent, es un recordatorio de que “cuando viene el mercado bajista, no importan cuáles sean los fundamentales (beneficios)”.
Alphabet, como Facebook, Twitter y un puñado de otras empresas de tecnología, se ha visto envuelta recientemente en diversas polémicas sobre cómo recopila y monetiza los datos personales de los usuarios. Druckenmiller también expresó su visión acerca de la acusación de monopolio que pesa sobre la compañía, restando importancia a la preocupación mostrada por la comisaria europea de competencia, quien impuso multas de miles de dólares en contra de Google y Alphabet por la supuesta violación de leyes antimonopolio.
“Y escuchar decir a la comisaria europea de competencia que la prueba de que Google es un monopolio y que los iPhones no compiten con Android es que todo el mundo utiliza el motor de búsqueda de Google es una tontería.Estás a un solo click de cualquier otro buscador. Solo deseo que esa mujer tenga que usar un motor de búsqueda que no sea de Google por un año… solo, está bien, ¿odias a Google? No uses su producto, porque es un producto maravilloso”, afirmó Druckenmiller.
Reflexiones finales
Como vemos, los elevados niveles de deuda es un problema real y que no debería ser pasado por alto. Si en el año 2007, con mucha menos deuda que en la actualidad, se desató una de las crisis financieras más devastadoras que se recuerdan, no es de extrañar el miedo y la cautela que muestran muchos gestores ante una situación que parece descontrolada.
Y es que la barra libre de dinero “gratis” que han proporcionado durante estos últimos años los bancos centrales con sus políticas de tipos cero, han propiciado que muchas empresas en mercados emergentes, y gobiernos en países desarrollados, se endeuden de forma masiva. El problema vendrá, como señala Druckenmiller, Ray Dalio o el propio FMI, cuando las políticas monetarias se normalicen, esto es, los tipos de interés de forma global suban de forma sustancial. Sin ir más lejos, las subidas de tipos que está llevando a cabo la Reserva Federal están ya impactando directamente en los mercados emergentes (Turquía, China, Argentina, etc.), por lo que como apunta Druckenmiller, aunque ahora parece estar teniendo un impacto positivo sobre los activos estadounidenses, es probable que estos problemas (de intensificarse mucho más) acaben por afectar a economías más desarrolladas como la europea o estadounidense. En un mundo global e interconectado es imposible que lo que sucede en unas zonas no acabe impactando (en mayor o menor medida) en otras partes del globo.
A medida que van aumentando las alertas, quizá sea conveniente que cada inversor se pare a pensar sobre su asignación de activos, el nivel de riesgo que está asumiendo, y si podría sobrevivir a un posible mercado bajista en el horizonte. Prepararse para lo peor, aunque ésto no llegue a suceder, al menos en un tiempo.
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