Ray Dalio, presidente y fundador de Bridgewater Associates, el mayor hedge fund del mundo con un patrimonio bajo gestión cercano a los 150.000 millones de dólares, ha sido noticia recientemente a raíz de la publicación de su nuevo libro, “A template for Understanding Big Debt Crises” (cuya traducción aproximada al castellano podría ser “Una plantilla para entender las grandes crisis de deuda”). Aquellos que estén interesados en el libro, pueden obtener una copia gratuita en pdf del mismo en el siguiente link.
Coincidiendo con el décimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, la cual dio inicio a la fase más severa de la crisis financiera global, Ray Dalio acaba de publicar este nuevo libro, con el propósito, según él, de compartir las ideas de Bridgewater sobre cómo prevenir más crisis de deuda y ayudar a los inversores y a los políticos a lidiar con ellas si se producen.
Ray Dalio señala que conocer la historia es la clave fundamental para predecir las crisis financieras, porque la historia se repite. En su libro señala que en su vida, desde el principio, cada vez que le sorprendía algo de lo que ocurría en los mercados, era porque no había sucedido para él en la vida real. Por eso, la mayor parte de este nuevo libro está dedicado a estudiar las crisis financieras pasadas, incluida la hiperinflación de Alemania después de la 1ª Guerra Mundial o la Gran Depresión de la década de 1930.
La importancia de la crisis financiera de la última década (2007 – 2009) merece de un capítulo propio. Señala que durante el 2008 hicieron muchos cálculos y análisis de las diferentes entidades financieras, empresas y familias endeudadas, dándose cuenta de que iba a haber un problema para hacer frente a los pagos de esa deuda. En la actualidad no perciben problemas sistémicos de la magnitud de los que pudieron vislumbrar en 2008.
Pero esto no significa que no haya problemas en el horizonte. Apunta que está significativamente preocupado por la próxima desaceleración económica por dos razones. La primera de ellas es que existe un nivel muy elevado de populismo así como una amplia desigualdad de la riqueza, de modo que cuando tengamos una desaceleración, habrá más enfrentamientos entre distintos segmentos de renta y posición social, así como entre posturas políticas enfrentadas. Esta creciente desigualdad ha sido en parte causada por las políticas monetarias orientadas a impulsar los precios de los activos.
La segunda razón es que la política monetaria será menos efectiva porque no hay mucho margen para bajar los tipos de interés (los tipos de interés aunque están empezando a subir, siguen prácticamente en mínimos históricos) y porque los programas de flexibilización cuantitativa implantados por la mayoría de bancos centrales (es decir, la compra de bonos a largo plazo por parte de la Reserva Federal y otros bancos centrales para reducir los tipos de interés) tendrán una efectividad marginal mucho menor.
En una entrevista concedida a la CNBC señala que el actual ciclo económico estaría en sus últimas fases, pero en su opinión, aún quedarían alrededor de dos años más de expansión económica. En consecuencia, considera que es momento de pensar en cómo será el próximo mercado bajista. El entorno actual se le asemeja al de 1935-1940, mientras que la crisis de 2008-2009 tuvo muchas similitudes con la Gran Depresión de 1929-1932.
Advierte de que cuando la próxima crisis financiera ocurra puede que los reguladores no estén bien equipados para combatirla. En su opinión, lo que hicieron los reguladores como respuesta a la Gran Recesión fue esencialmente redactar nuevas normas que redujeran las posibilidades de una crisis financiera, pero al mismo tiempo limitaron significativamente la flexibilidad para enfrentarse de nuevo a una. Concluye diciendo que más que las crisis de deuda en sí mismas, el mayor riesgo está en la incapacidad de lidiar con ellas de forma acertada, debido a la falta de comprensión de cómo enfrentarse a ella, así como por las limitaciones políticas y legales. Por ello, en su forma de ver estos fenómenos, por encima de todo, lo más importante es proporcionar “sangre” al sistema para mantener vivas las partes importantes y evitar su derrumbe. Pero en este punto nos enfrentamos a la necesidad de encontrar un equilibrio entre dejar que aquellos que prestaron y pidieron prestado sufran las consecuencias de sus acciones y proporcionar cantidades de liquidez suficientes para mitigar los efectos del problema.
En relación al posicionamiento del inversor, apunta que sea cual sea nuestra estrategia, recomienda un enfoque más defensivo que agresivo, ya que en su opinión el potencial al alza de las acciones es limitado. Además, nos advierte de que los riesgos aumentarán en los próximos dos años porque gran parte del efectivo que había estado esperando a ser invertido ya habrá sido utilizado, y los beneficios de los recortes fiscales ya estarán en precio.
Esta cautela de Dalio contrasta fuertemente con lo que señaló hace escasos meses, concretamente en el mes de enero, al afirmar que “si tienes efectivo, te vas a sentir bastante estúpido”, momento en el cual la inflación no era un problema, el crecimiento económico era bueno y además los recortes fiscales iban a proporcionar un nuevo impulso a la economía. Si bien, hay que matizar que en aquel momento también señaló que una subida significativa de los tipos de interés tendría un impacto significativo en todos los activos.
¿Estamos ante una burbuja?
Dalio apunta a que sus 7 indicadores que alertan de una burbuja están empezando a parpadear, pero todavía no indican que estemos en una de ella. Del mismo modo, su indicador de depresión económica, que le alertó con anterioridad a la crisis financiera de 2007-2009, todavía no está en rojo, si bien nos estamos aproximando a ese nivel. Algunos de estos indicadores de burbuja que maneja Ray Dalio son:
- Los precios son elevados en relación con las métricas de valoración tradicionales.
- Los precios están descontando una rápida apreciación de los mismos desde niveles elevados.
- Existe un amplio sentimiento alcista.
- Las compras están siendo financiadas con alto apalancamiento.
Reflexiones finales
Ray Dalio considera, al igual que otros muchos analistas, inversores y bancos de inversión, que estamos en las últimas etapas del actual ciclo expansivo, e incluso estima que todavía quedarían unos dos años más de recorrido. Si bien recientemente hemos hablado y explicado los motivos por los que es tan difícil predecir un mercado bajista, la realidad es que el marco de trabajo que utilizan en Bridgewater ha funcionado razonablemente bien en los últimos años y les ha servido para pronosticar la crisis financiera más importante desde la Gran Depresión de los años 30.
En relación con la pregunta de cómo será la próxima crisis financiera, cuestión que casi todos los inversores se han planteado en algún momento de los últimos años, Dalio apunta que será más severa en términos de problemas políticos y sociales y que será más difícil de gestionar. Tampoco piensa que será igual a la crisis de deuda de los años 2008 y 2009, sino que será un tipo de crisis menos abrupta, que llevará a un crecimiento más lento y que, en su opinión, tendrá mayores implicaciones sociales e internacionales.
De este modo, y teniendo en cuenta que diversos datos macroeconómicos ya están apuntando hacia una progresiva desaceleración económica, parece sensato que el inversor particular vaya vigilando de cerca estas señales, no vaya a ser que finalmente la economía sí se dé la vuelta y las caídas sean muy abultadas.
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