Han pasado casi dos años desde que comencé a dirigir la nueva edición dela Cartera Value, un año y 10 meses y medio exactamente. Quizás todavía es un periodo corto para evaluar el desempeño la cartera, teniendo en cuenta que hablamos de inversión a largo plazo. En cualquier caso, quiero compartir los positivos resultados que se han logrado hasta ahora con los seguidores del blog.
La cartera ha empatado prácticamente con el índice global de renta variable incluyendo dividendos de retorno neto (MSCI World Net Return). Se han tenido en cuenta los hipotéticos costes en comisiones por compras y ventas, así como el coste fiscal de los dividendos recibidos. Se trata de una cartera enfocada al inversor particular. La rentabilidad acumulada ha sido del 31%, lo que supone un 15,49% anualizado:
A día de hoy, la cartera supera al índice de la zona euro con dividendos de retorno neto ligeramente:
Considero que son resultados bastante positivos en esta fase de mercado, ya que los inversores en valor se quedan a veces algo rezagados en la parte avanzada del ciclo alcista. Muchas compañías se revalorizan fuertemente mientras sus negocios son cada vez más frágiles, si el inversor se mantiene alejado de los sectores más calientes quizás lo haga peor durante un tiempo. Los suscriptores saben los exigentes requisitos que he impuesto para que una compañía se incorpore a la cartera, de forma que muchas son rechazadas incluso a pesar de un interesante descuento.
En estos casi dos años, hemos echado un vistazo a más de 85 compañías de todos los mercados desarrollados, muchas de ellas escogidas para el análisis de forma aleatoria, otras tras descubrir productos y servicios interesantes. En todas las ocasiones hemos prestado atención sin falta al tipo de actividad que realizan, hemos indagado sobre la ciclicidad de su negocio, la situación competitiva, la rentabilidad que logra históricamente sobre el capital, su situación financiera, la estructura accionarial y el descuento bursátil sobre beneficios presentes. El esfuerzo por entender las dinámicas en ciertos sectores ha sido muy importante, en algunos descifrando aspectos muy interesantes para elaborar las expectativas de futuro. Hemos tratado de describir con rigor la relación de las compañías con sus clientes, su capacidad para introducir nuevas líneas de negocio y el potencial para abrirse en nuevos mercados. El entendimiento de tecnologías e industrias enteras ha sido necesario para entender el potencial y decadencia de muchos negocios.
La filosofía de inversión se ha enriquecido durante este periodo. En primer lugar, hice un trabajo de síntesis de ideas para analizar el potencial de crecimiento de diferentes compañías, que los alumnos del Curso de Análisis Fundamental ya descubrieron. Traté de hacer accesible a la mayoría de lectores los principios del descuento de flujos de caja futuros y cómo estos impregnan la toma de decisiones de la cartera. Por último, esta semana he resumido en un informe y un vídeo resumen un punto de vista muy interesante a tener en cuenta en la valoración de empresas: la gestión del capital por parte de la directiva.
Ya teníamos en cuenta algunos puntos sobre qué decisiones toman los gestores de las empresas, pero de forma muy básica. Este marco ha quedado enriquecido tras mi lectura de ‘The Outsiders’, donde se documentan con detalle las trayectorias de los mejores CEOs en la historia contemporánea. No solo importa cómo gestiona la compañía los activos, sino que también se puede generar mucho valor en las decisiones de financiación (emisión de acciones, recompras de acciones, emisión de deuda…). Estos puntos han permitido descubrir las cualidades interesantes de las dos últimas ideas de inversión incluidas en la Cartera Value.
No descarto que en el futuro se produzcan nuevas aportaciones a la filosofía de inversión. Esta continúa evolucionando. Para mí, el secreto para valorar correctamente las compañías es ponderar de forma rigurosa los factores que afectan de forma más importante, y no tanto saber demasiadas cosas. Conocer las relaciones causa efecto alrededor de la compañía no sirve de nada si no se acierta con la importancia de cada pieza de información sobre el futuro de la misma. Para eso, hay que tener un esquema previo y perspectiva histórica sobre los elementos con mayor impacto a largo plazo en el mundo empresarial.
Veamos un ejemplo. Somos pesimistas con respecto al dólar y alcistas para el euro. Al mismo tiempo descubrimos una compañía con una exposición significativa a Estados Unidos que está logrando mejorar claramente su posición competitiva y desplegando nuevas líneas de ingresos con éxito. El inversor se encuentra con dos factores que actúan en dirección contraria. En este caso concreto, la posición competitiva de la compañía es un asunto de mayor impacto sobre el futuro de la misma, y como tal, hay que recogerlo en la valoración final. Para quien desee conocer con más detalle mi forma de pensar y entender el mundo empresarial y financiero, puede leer la extensa entrevista que me hizo Ángel Martín Oro hace unos meses.
Tras tener un esquema de lo que es importante y de lo que es decisivo a largo plazo, es el momento de la recogida de información. Para ello intento encontrar las preguntas correctas a personas cualificadas en la materia correspondiente, siempre que es posible. De esta forma he contado con la constante ayuda desinteresada de un ingeniero electrónico, un desarrollador web, un médico residente, un empleado de banca, un ingeniero mecánico, trabajadores en el sector del automóvil, etc. En algunos informes dejaron conocimientos muy interesantes para mí y los suscriptores, les estoy eternamente agradecidos. La tarea pendiente es quizás comprender mejor el sector energético, sobre el cual me he mantenido algo alejado por falta de opiniones cualificadas.
Este es un resumen de lo que hago, las circunstancias en las que llevo a cabo mi actividad y cómo entiendo que debe ser la forma de trabajar en la inversión a largo plazo. Que nadie espere que comente cuestiones de fondos de inversión, gestores o previsiones para 2018. En la Cartera Value no he analizado prácticamente compañías que mantienen los gestores estrella, sobre ellas ya circula mucha información y salen puñados de análisis en blogs en cuanto se conocen las posiciones de Az Valor o Cobas. Solo cuando la compañía opera en un sector que podría entender con la ayuda de mis contactos o por ideas propias, le echo un vistazo. Así fue el caso de Cancom (que rechacé como idea de inversión), principal posición de Lierde Sicav, negocio que describí con bastante detalle gracias a alguien que entiende bien la consultoría tecnológica.
Aunque casi dos años es un periodo corto de evaluación, la Cartera Tecnológica que publiqué en abierto a partir de 2014 ya cumple 4 años. Los resultados han sido positivos y baten por el momento al Nasdaq Composite. En el periodo ha acumulado una rentabilidad del 84% en dólares, un 16,46% anual. En el mismo periodo, el Nasdaq Composite se ha revalorizado un 68,84%. Es cierto que la cartera tecnológica está concentrada en 7-8 valores, pero para mí es una muestra más de que el inversor particular puede hacer muchas cosas interesantes haciendo un buen trabajo.
A partir de ahora, la Cartera Value será la gran referencia ya que invierte en todo tipo de compañías, y no solo tecnológicas. También porque tiene más trabajo y dedicación detrás, así como está más diversificada. De hecho, esta podría ser replicada en un fondo de inversión con algunos pequeños ajustes en las ponderaciones.
Muchas gracias a todos los suscriptores y seguidores del blog. Recientemente he introducido algunas mejoras en la presentación de la información, como la elaboración de vídeos resumen para los informes más importantes o más esquemas y diagramas gráficos. El año que viene seguiré intentando mejorar el servicio y hacer toda la información más accesible a los suscriptores, sobre todo para aquellos que tengan más dificultades para digerir la información sobre empresas y mercados.
Cartera Value: Si está interesado en el análisis de compañías desde una perspectiva de largo plazo, no dude en visitar la página de información de la Cartera Value.
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