Hace poco más de tres años comencé a dirigir la Cartera Value de inBestia, un servicio de análisis de compañías desde el punto de vista fundamental. En el servicio elaboro una cartera con las ideas de inversión más interesantes, siempre partiendo de la base de un mínimo de diversificación y evitando realizar apuestas extremas a una sola idea. La forma de transmitir la información se basaba al comienzo en informes escritos, y en este aspecto ha habido una mejora relevante, ya que además del documento suelo enviar un vídeo explicando las principales ideas y otras noticias relevantes. Los informes y comentarios también incluyen cada vez esquemas y diagramas para facilitar el seguimiento de las ideas, una de las áreas a las que dedico cada vez más especial atención.
Antes de mostrar los resultados y la comparativa con los principales índices de referencia, tengo que aclarar que la cartera tiene en cuenta la situación del inversor particular. Por eso las comisiones de compraventa son gastos relevantes (alrededor del 0,3-0,5% por operación). En los dividendos se descuentan las retenciones fiscales correspondientes, incluso la doble imposición en dividendos franceses, alemanes, etc.
El único factor que no reflejo en los resultados preliminares, aunque lo tengo en cuenta a la hora de operar, son los impuestos derivados de la tributación por ganancias patrimoniales cada vez que se realiza una venta con plusvalías. El impacto de este fenómeno es complicado de cara a una comparativa con los índices, ya que a veces se pueden planificar y retrasar estas cargas con activos fiscales. Por ejemplo, en diciembre podría liquidado algún valor del sector de automoción y haber aumentado la posición algún otro similar, declarando pérdidas y reduciendo la carga fiscal del ejercicio 2018. También es cierto que el ejercicio 2018 se liquidaría en la Declaración de la Renta de 2019 entre abril y junio, por lo que el desembolso todavía no se ha realizado.
Pero este tipo de cuestiones ya son personales (y por lo tanto fuera de la Cartera Value que no es un servicio de asesoramiento personalizado), ya que no todos los inversores son residentes en España, algunos a lo mejor tienen activos fiscales (pérdidas anteriores) para compensar actualmente, quizás han entrado más tarde en algunos valores y declaran menos plusvalías, etc. Además, en el mercado alcista suelen aparecer plusvalías y eso perjudica la comparativa con el índice, mientras que en un mercado bajista es normal que aparezcan más pérdidas en términos absolutos.
Una vez explicado esto, veamos la evolución de la Cartera Value en comparación con el índice MSCI global con dividendos de retorno neto (se tienen en cuenta las retenciones por dividendos) y el equivalente para la renta variable europea MSCI Euro con dividendos de retorno neto. El periodo comparativo va desde el día 18 de febrero de 2016 hasta el 21 de febrero de 2018, ya que suelo actualizar y tomar datos al cierre del jueves de cada semana:
La rentabilidad acumulada alcanza el 38,8%, lo que supone un 11,53% anual en euros. Actualmente, la cartera se acerca al índice global y supera claramente al índice europeo. Eso a pesar de que en el último año cada vez hay más exposición a compañías europeas, actualmente alrededor de un 58% del total de la cartera. Si tenemos en cuenta la tributación por ganancias patrimoniales de 2016 y 2017, la rentabilidad acumulada sería de 1,7 puntos porcentuales menor. Pasaría de ser un 38,8% a un 37,1%, a falta de liquidar la tributación por ganancias patrimoniales de 2018 en los próximos meses. Precisamente la carga fiscal de 2018 va a ser algo más importante debido a algunas ventas con grandes ganancias acumuladas realizadas el pasado verano.
Cuento todo esto de las cargas fiscales porque mi enfoque está en el inversor particular, el gran olvidado en muchos análisis y comentarios bursátiles de gestores que predominan en la prensa y los foros financieros. Es normal, los gestores están a lo suyo y se centran en sus problemas, el inversor particular debe tener en cuenta cómo le afecta su fiscalidad. De hecho, una de los puntos claves de la Cartera Value es la baja rotación de posiciones, es decir, se realizan pocos movimientos. Este es un principio básico para reducir el coste de las comisiones y retrasar la tributación por ganancias patrimoniales.
Las ventas realizadas el verano pasado tuvieron como objetivo rotar hacia valores más atractivos y reducir la exposición a bolsa en aquel momento, lo cual amortiguó la corrección bursátil de otoño. Se ha producido un importante cambio de opinión en el mercado con respecto a algunos sectores, principalmente se ha castigado excesivamente a compañías relacionadas con el sector del automóvil y la industria europea. Es en este área donde la Cartera Value ha incrementado posiciones en los últimos meses: entrada en un proveedor de componentes de automóvil, aumento en otro de los proveedores que estaba en cartera, compra adicional en una compañía de materiales/polímeros y aumento de la posición en otro de los fabricantes finales de automóviles.
Tres años empieza a ser un periodo algo más relevante, pero todavía falta evaluar el comportamiento de la filosofía de inversión en un mercado bajista más prolongado, ya que de momento solo hemos sorteado correcciones. No sigo el mismo método concreto que se ha popularizado entre inversores en valor “clásicos”, aunque desde luego compartimos algunos principios. Todos estamos de acuerdo en que lo más relevante ocurre en los negocios de las compañías, ya que la cotización a lo largo del tiempo acaba por reflejar la verdadera situación de las mismas. Y si no lo hace, el inversor obtendrá rendimientos en forma de dividendos crecientes.
Sin embargo, lo que diferencia a mi forma de invertir y los contenidos que publico es que también presto atención a áreas de la empresa que muchos inversores ignoran de forma consciente. Por ejemplo, el análisis del potencial de crecimiento incluso en compañías ya consolidadas es un tema que no se entiende bien y tampoco se hace un gran esfuerzo por analizarlo. La reinversión de los beneficios en el negocio puede ser uno de los factores con más impacto a largo plazo en los resultados del inversor. En los últimos artículos y vídeos he mostrado ejemplos prácticos (I y II) para ilustrar un principio fundamental: el potencial de reinversión y crecimiento se puede analizar y comprender; eso sí, hasta cierto límite ya que siempre hay una incertidumbre inevitable.
En el caso del inversor particular, muchos análisis no tienen en cuenta la fiscalidad desventajosa y el diferente impacto que puede tener una remuneración al accionista basada en dividendos frente a otras alternativas. Sabiendo de antemano lo castigados que están los dividendos, el inversor particular prefiere otras alternativas de gestión del capital en las empresas. Siendo el resto de cosas igual (igual múltiplo sobre beneficios, misma posición competitiva), preferirá compañías que realizan recompras de acciones cuando la cotización es atractiva o empresas que encuentran oportunidades de reinversión y crecimiento. Desde luego, si la compañía no cumple ese perfil pero su descuento sobre beneficios es mucho más elevado, el inversor particular puede decantarse por ésta última.
En la 3ª edición del Curso de Análisis Fundamental dedicaré una clase adicional al análisis cualitativo, con especial hincapié en la tecnología y algunos ejemplos históricos. La tecnología a veces facilita que una compañía que se ha hecho fuerte en cierto modelo de negocio tenga muy a mano introducir nuevos productos o servicios que apoyen su tendencia de crecimiento. En otras ocasiones, la tecnología incentiva y hace fácil la entrada de nuevos competidores. Estos temas son importantes para describir bien las posibilidades de crecimiento y reinversión de las compañías, no quedándose solo en un análisis estadístico de las finanzas pasadas y las métricas básicas de múltiplos para la valoración. También mostraré modelos cuantitativos con ejemplos concretos para cuantificar el impacto fiscal de los dividendos en los resultados del inversor: en qué medida nos afecta que una compañía opte por mayor reinversión, recompras de acciones o por mayores dividendos.
Por último, en esta 3ª edición también explicaré lo básico de las matemáticas financieras, algo que solía hacer en el Curso de Bolsa Zero y del que no habrá edición este año. Una parte de la confusión sobre el significado del PER o “caro vs barato” proviene de la no comprensión de rentabilidades reales vs nominales. La tasa de inflación y los tipos de interés afectan de forma decisiva a los precios de cualquier activo financiero.
*Cartera Value: Si está interesado en el análisis de compañías desde una perspectiva de largo plazo, no dude en visitar la página de información de la Cartera Value.
*Curso de Análisis Fundamental: En los próximos días presentaré la nueva edición de la 3ª edición del Curso de Análisis Fundamental. Si estás interesado y deseas recibir información puedes escribir a enrique.garcia@inbestia.com o comentar en este artículo*
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