Estos días están siendo frenético en la bolsa. Los movimientos de +/-2% o incluso de caídas superiores al 4% han sido frecuentes. La “excitación” ante este episodio quizá sea mayor en esta ocasión por la ausencia de volatilidad en estos últimos años. O mejor dicho, por la ausencia de volatilidad durante 2017, porque en 2016 tuvimos un comienzo de año de los peores que se han visto con grandes caídas, un verano movido con el Brexit, y unas elecciones presidenciales en EEUU que también dieron juego. Así que, en realidad, la volatilidad solo había estado desaparecida en los mercados globales 1 año (en mercados individuales como España, tampoco estuvo tan desaparecida). Pero parecía más tiempo…
El drawdown actual (caída de máximo a mínimo) en el S&P 500 es del 10,2%. El precio a cierre de ayer del principal índice estadounidense estaría en niveles de finales de octubre y casi todo noviembre del año pasado, 3-4 meses atrás.
En perspectiva de largo plazo con velas mensuales, la imagen es esta:
La corrección ya ha sido de una magnitud respetable, en un contexto macroeconómico sólido. En línea con lo que ha estado comentando Hugo estos días, me costaría ver una corrección mucho mayor, aunque eso tampoco quiere decir que se vaya a rebotar en V inmediatamente. Correcciones de esta magnitud no son anormales en años positivos o neutrales de bolsa, como ilustra el gráfico siguiente (actualizado a 31 de enero, por tanto no recoge el drawdown del 10% actual). Incluso en el año del desplome de octubre de 1987 la rentabilidad anual fue positiva, del 2%.
En la corrección de estos días se ha citado como “causa” la subida en rentabilidad de la deuda estadounidense, por datos macro mejor de lo esperado, en particular los de salarios que podrían apuntar a un repunte inflacionario.
Debemos plantearnos si esta es una señal de alerta, o si simplemente es una excusa que el mercado ha utilizado para corregir su casi parabólica subida en los meses anteriores (ver gráfico de abajo), corregir la fuerte sobrecompra que había y el sentimiento super-alcista. Vamos, para limpiar un poco.
En estas subidas tan fuertes, leí este post del blog The Macro Tourist: Parabolic Moves Don’t End By Going Sideways. La idea era que los movimientos parabólicos como el de la subida reciente no terminan en un proceso lateral, sino que lo hacen de forma agresiva. Creo que ha estado bastante acertado. Mucho más que mi post del 1 de febrero en el que, hablando de la euforia bursátil, mostraba algunos argumentos de por qué eso no significaba necesariamente que hubiera que vender (aunque también escribía esto: “esto no impide que haya correcciones de cierta intensidad (¿10%?) por el camino, quizá añadiría con una probabilidad relativamente alta dado el nivel de sentimiento alcista y el tiempo que el mercado (el americano al menos) no ha experimentado ninguna caída mínimamente significativa”). Que si tienes un horizonte de largo plazo, esa idea sigue estando vigente, pero desde luego no fue el mejor timing.
Bien, volviendo al tema de la subida de los tipos de la deuda. Este es, quizá, “el tema del momento”. No solo de estos días de corrección, sino también más atrás, cuando el mercado no hacía más que subir. Como prueba, véase este gráfico en el que se enumeran los “riesgos de cola” más importantes en diferentes fechas citados por gestores de fondos globales, en la famosa encuesta de BofA Merril Lynch. Como se puede ver, en la última edición de enero, el crash en los bonos y el repunte inflacionario era el principal tema de preocupación. (A principios del año pasado se temía por la desintegración de la UE, luego por China… es decir, que son eso, riesgos que se perciben, pero que no necesariamente se tienen que materializar). Este hecho puede haber ayudado a que se haya instalado esta narrativa de que mayores rentabilidades de la deuda son negativas para la bolsa.
¿Hasta qué punto eso es cierto? No me voy a extender mucho, no tengo mucho que añadir a lo que Hugo ya escribió en un artículo de 2014. Sí, 2014, cuando el tipo de la deuda a 10 años americana tocó (brevemente) el 3%, por encima del 2,84% actual. Simplemente pongo este gráfico de Urban Carmel en el que aparecen en amarillo los periodos en los que mayores tipos y subidas de la bolsa han ido asociados. Y también podemos ver cómo, en el contexto de la tendencia a la baja de los tipos de largo plazo, en los periodos sombreados en gris (recesión) vemos cómo la bolsa cae y los tipos sufren una caída acelerada (más allá de la tendencia de largo plazo).
¿Quizá lo que preocupa es la curva de tipos, como se ha venido apuntando a lo largo de 2017?
Pues precisamente se ha parado la caída en la pendiente de la curva desde finales del año pasado…
Entonces, lo que yo creo que queda es lo que comentaba, el mercado estaba sobreextendido, eufórico, había entrado mucho dinero “caliente” (que tan pronto entra como sale), y se utiliza cualquier excusa para corregir. Pero, como decía en un artículo anterior, hasta que los principales impulsores de este mercado alcista no desaparezcan (crecimiento económico sólido, crecimiento de beneficios empresariales, liquidez amplia por parte de los bancos centrales a nivel global) pienso que el sesgo debe ser alcista. Y un inversor de largo plazo no debería estar preocupado.
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