Un lunes como hoy, hace 10 años, el periódico The Wall Street Journal amanecía con la siguiente portada:
Había sido un fin de semana movidito, por decirlo de alguna manera. El domingo se supo que Lehman Brothers iba directo a la quiebra y que Merrill Lynch iba a ser comprado por Bank of America. Fueron los momentos álgidos de lo que se ha dado en llamar la Gran Crisis Financiera, que estuvo a punto de tumbar al sistema financiero más grande del mundo.
Diez años después de aquel fatídico día, que no fue más que el “día del reconocimiento” (day of reckoning que se dice en inglés), queríamos mostrar cómo se han comportado una serie de activos, desde los índices bursátiles (verde) hasta las materias primas (en diferentes colores), pasando por los bonos (gris) y principales divisas mundiales (azul oscuro). Concretamente, el gráfico toma la variación de los precios de los activos desde el día antes del colapso. Advierte que dada la extrema volatilidad de esos días, cualquier cambio por muy pequeño que sea de las fechas de inicio puede alterar los resultados.
Fuente: Tracy Alloway
Observamos cómo el paladio ha batido a todos los activos en este periodo, incluso al Nasdaq Composite. Pero no lo ha conseguido con el Nasdaq 100, que ha subido más pese a no aparecer en el gráfico, alrededor del 325%. Téngase en cuenta que los dos primeros activos del gráfico se salen literalmente del gráfico, por lo que ojo con la escala.
Que la tecnología haya sido el rey no debería extrañar a nadie, considerando el siguiente gráfico que ya comentamos:
A nivel geográfico vemos claramente cómo la RV EEUU ha sido el claro ganador de esta década, lo que está relacionado con lo anterior porque es en este país donde han crecido y nacido los gigantes tecnológicos. La RV Japón también lo ha hecho muy bien. Los bonos tampoco lo han hecho nada mal, especialmente considerando su baja volatilidad.
Por su lado, los grandes perdedores han sido algunas materias primas como el mineral de hierro, el gas natural o el uranio, y divisas relacionadas con ellas como el rublo ruso y el real brasileño. Los bancos europeos no se quedan muy atrás, pero…
Y aquí va un gran PERO del gráfico. La variación de los índices bursátiles no tiene en cuenta los dividendos, y eso sabemos que tiene una gran importancia en el largo plazo. Por tanto, como en el caso del famoso gráfico a favor de invertir en commodities en la actualidad, no se están comparando bien las cosas. Los dividendos son una parte de la rentabilidad que los inversores obtienen de las acciones y no deberían excluirse. La diferencia entre hacerlo y no hacerlo puede restar entre 40 - 60 puntos porcentuales a los índices bursátiles según el caso. En el S&P 500 por ejemplo, de pasar del índice sin dividendos (+133%) al ETF SPY que los incluye (185%) hay unos 50 puntos de diferencia. En el Ibex 35 en los últimos 10 años del índice precio al total return (que incluye dividendos totales, sin tener en cuenta el impacto de los impuestos) la diferencia son alrededor de 60 puntos.
Este hecho, por tanto, sesga mucho los resultados del gráfico y perjudica sobre todo a las bolsas europeas, que cuentan con una mayor rentabilidad por dividendo que otras plazas. Aun incluyendo estos por supuesto que han sido un activo con muchísimo peor comportamiento que las bolsas estadounidenses. Lo vemos en el siguiente gráfico:
Fuente: MSCI. Nota: el Net Return a diferencia del Total Return sí incluye el impacto impositivo sobre los dividendos.
Este mejor comportamiento de EEUU se explica fácilmente por los beneficios.
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