Luis Bononato, gestor del fondo Global Allocation, suele autodefinirse como inversor contrarian. Y una de las cosas que tienden a caracterizar a este tipo de inversores es que entran demasiado pronto en los “trades”, sufriendo un periodo inicial difícil en el que el mercado parece demostrar que estás equivocado.
A principios de este año, Bononato afirmó que “2019 sería, con casi toda seguridad, el año de la recesión”. El gestor ha mantenido una perspectiva macro negativa en los últimos años, lo que ha supuesto que en determinados periodos de subidas del mercado su comportamiento no haya sido positivo. Pero la otra cara de la moneda es que el año pasado consiguió cerrar plano (la mayoría de índices y fondos de renta variable arrojaron abultadas pérdidas), a pesar de que ciertos errores tácticos le privaron de obtener un buen resultado. De conformidad con esta visión pesimista sobre el mercado y la economía ha mantenido una cartera muy defensiva con posiciones en cash y activos defensivos como el oro y la plata, cuando no ha tenido abiertas posiciones cortas sobre índices bursátiles.
Las preocupaciones del gestor en estos últimos años han sido diversas, pero básicamente han estado relacionadas con el elevado nivel de deuda en el sistema, la situación de los mercados de crédito así como con la masiva intervención de los bancos centrales en los mercados que han causado distorsiones nunca vistas con anterioridad (los tipos de interés negativos son una buena muestra de ello). A su juicio, esta situación es insostenible y debería revertirse más temprano que tarde, lo cual ha motivado esta configuración defensiva de su cartera, en particular su exposición a los metales preciosos, que viene manteniendo desde hace trimestres.
Los resultados de este año, a pesar de la notable subida reciente, no están siendo positivos, ya que acumula una caída ligeramente inferior al 4% (datos a 29 de agosto de 2019), mientras que la mayoría de índices bursátiles se anotan subidas de dos dígitos. Sin embargo, si analizamos todo el historial del fondo podemos apreciar como aún mantiene un importante “outperformance” respecto al mercado de renta variable europeo, gracias sobre todo al buen hacer durante la Gran Crisis Financiera y a los años 2012 a 2015. De este modo, y a pesar de que las rentabilidades de los últimos años han sido muy discretas, desde su lanzamiento a principios del año 2006 acumula una rentabilidad anualizada ligeramente superior al 7%.
Tras estar unos trimestres manteniendo una actividad de la cartera bastante reducida, en torno al posicionamiento defensivo mencionado arriba, en los últimos meses los movimientos se han acelerado, de ahí que tenga sentido este artículo. Debemos mencionar que estos movimientos son comunicados al momento por parte del fondo, tanto en su cuenta de Twitter como por correo electrónico a los interesados.
Uno de los movimientos más destacados ha sido la exitosa operación realizada sobre el bono austriaco a 100 años (vencimiento 2117). Éste fue comprado en torno a un precio de 163 a principios de julio y vendido en agosto sobre 206 (recuerden que el precio del bono se mueve de forma inversa a su rentabilidad). En un comunicado enviado el 4 de julio el gestor explicó brevemente los motivos que le llevaron a tomar esta posición: “A la vista de la nominación de Christine Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo (BCE) y previendo nuevas y mayores actuaciones del BCE en su política expansiva, hemos considerado oportuno abrir una posición del 20% del patrimonio del fondo en el bono austriaco a 100 años. Creemos que con los niveles actuales de rendimiento del 30 años alemán (la posición corta que abrimos el otro día), el bono austriaco debería de tener un rendimiento inferior. Por eso estamos apostando a un estrechamiento en el diferencial de rentabilidades entre ambos bonos”.
El gestor mantiene esta posición corta sobre el bono alemán a 30 años (se inició en julio y en los últimos datos proporcionados por el gestor se aprecia que la ha incrementado desde el 50% inicial hasta el 70% actual del patrimonio). Bononato considera que la situación actual de tipos de interés negativos de Alemania no es sostenible y apuesta por una reversión hacia tipos de interés positivos (la caída del precio del bono implica la subida de la rentabilidad del mismo). En estos momentos el yield de este bono se sitúa en el -0,185%, algo sin precedentes (el 10 años alemán ya entró efímeramente en terreno negativo en 2016, pero para el 30 años es la primera vez) y que despierta la inquietud entre muchos observadores:
Quizá la parte más característica de su posicionamiento es la clara y contundente apuesta por el oro y la plata. Según los últimos datos proporcionados por la gestora, el fondo tiene una exposición del 33% a una cesta de empresas mineras (Sandstorm Gold, Barrick Gold, Newmont GoldCorp o Agnico Eagle Mines entre otras), un 14% en ETCs sobre plata física y un 18% en ETCs sobre oro físico (ETCs: Exchange-Traded Commodities). En relación con esta apuesta por el oro y la plata como defensa ante una situación monetaria tan inusual, el gestor comentaba en su carta a los inversores del mes de julio lo siguiente: “El BCE, con sus tipos negativos, ha puesto un impuesto sobre el dinero, que ayuda a los gobiernos, que ahora cobran por su deuda en vez de pagar. De paso consigue efectos contrarios a los que pretende, como elevar el ahorro, ya que con estos tipos, nadie es capaz de ahorrar suficiente. Lo que no ayuda claro a la creciente debilidad de las economías europeas. Se están poniendo muy feas. Imprimir billetes con la máquina de generar riqueza infinita seguirá siendo la solución, para que los gobiernos sigan gastando lo que no tienen y serán incapaces de devolver jamás. En vista de esto, oro y plata tienen un notable comportamiento. Poco a poco, van a conseguir que nadie quiera tener divisas, ya que los gobiernos no quieren más que devaluarlas”.
Por último, otro movimiento reciente que ha sorprendido dadas las negativas perspectivas macro del gestor, ha sido la apertura a mediados de agosto de posiciones alcistas sobre el Eurostoxx 50, que en total representan el 50% del patrimonio del fondo. Bononato defiende este movimiento diciendo que “en los actuales niveles de irracionalidad de los bonos, los inversores preferirán invertir en activos como, por ejemplo, el Euro Stoxx 50, con un rendimiento esperado por dividendos a 12 meses del 3,75%, en vez de -0,85% en bonos alemanes al mismo plazo”. Asimismo también señala que lo que busca es que “las diferencias entre la renta fija (30 años alemán) y la renta variable (Euro Stoxx 50) se estrechen, o bien porque cae uno o porque sube el otro”. Pero aclaró que a largo plazo mantienen su visión negativa para los mercados.
Composición de la cartera del fondo Global Allocation (datos más recientes, a 21 de agosto de 2019)
(Fuente: Global Allocation)
Como vemos, estamos ante una cartera muy alejada de los estándares que se manejan en la industria, propia de un fondo de autor de estilo global macro que lleva hasta su máxima expresión su visión de mercado. El gestor básicamente está “apostando” a una reversión de la anómala situación actual en términos de las rentabilidades (negativas, en muchos casos) de los bonos, manteniendo además una gran exposición al oro y la plata, tanto en vehículos que replican la evolución del precio del metal como a través de empresas mineras (cuyo comportamiento suele estar “apalancado” a la evolución de la commodity). Esta apuesta por el metal dorado no es exclusiva de este gestor, ya que como sabemos la gestora española Azvalor mantiene una apuesta igualmente muy fuerte sobre el oro así como sobre otras muchas materias primas (uranio, carbón, petróleo), similar al caso de la sicav Salmón Mundi.
La fuerte revalorización que acumula el oro en las últimas semanas ha servido para reducir las pérdidas que acumulaba el fondo hasta finales del mes de julio (-10% YTD) y anotarse una subida superior al 7% en el mes de agosto. Veremos si en los próximos meses se cumplen las tesis que maneja Luis Bononato y en qué medida es capaz de capitalizar en términos de rentabilidad su visión del mercado. Lo que sí ha demostrado una vez más abriendo de forma táctica posiciones largas en la bolsa europea, es su flexibilidad a la hora de gestionar la cartera, pese a mantener una visión estructural negativa del mercado. Una flexibilidad que se ha visto recompensada a lo largo de la vida del fondo, aunque no tanto en los últimos años.
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