Allá por mediados de septiembre, cuando el Bitcoin cotizaba en los entornos de 4.000$, nos preguntábamos si el Bitcoin era un fraude o el dinero del futuro. Más de tres meses después, el Bitcoin cotiza alrededor de 18.500$ y el interés se ha disparado en torno a la más famosa de todas las criptomonedas. Debido a la gran demanda de inversores que quieren invertir en el Bitcoin, diversas entidades han lanzado recientemente futuros sobre esta criptomoneda, lo que sin lugar a dudas va a hacer que el volumen de transacciones aumente de forma sustancial.
En su blog “Of Dollars and Data”, Nick Maggiulli analiza el papel que podría desempeñar Bitcoin en una cartera de inversión. ¿Debería formar parte de una cartera óptima? Si es sí, ¿en qué porcentaje? En caso contrario, ¿por qué no debería hacerlo? No se trata de preguntas fáciles de responder, en gran medida, porque no se han hecho números al respecto. Pero Maggiulli sí los ha realizado.
Imagínate que nos encontramos en septiembre del año 2010. Bitcoin ha iniciado su andadura y disponemos de los siete próximos años para invertir. ¿Qué combinación de clases de activos en ese momento –septiembre 2010– proporcionaría la rentabilidad ajustada al riesgo más elevada para los próximos siete años?
Obviamente, nadie puede saber de antemano cuál será la cartera óptima, es decir, aquella con la ecuación rentabilidad - riesgo más elevada. Pero dado que disponemos de datos históricos, podemos saber cuál habría sido la cartera óptima en ese momento (septiembre 2010). Por lo tanto, echemos un vistazo a las rentabilidades de las diferentes clases de activos en los últimos siete años. En el gráfico inferior, podemos ver las rentabilidades nominales mensuales de los diferentes activos (Bitcoin, commodities, mercados emergentes, oro, renta variable internacional, renta variable estadounidense, bonos estadounidenses a corto y largo plazo y sector inmobiliario):
(Fuente: Of Dollars and Data)
Lo que podrás comprobar es que Bitcoin es, con mucha diferencia, la clase de activo más volátil de todas las enumeradas. Pero lo más sorprendente es que el autor tuvo que excluir (por razones puramente estéticas) 13 datos mensuales del Bitcoin porque tenían una rentabilidad mensual superior al 50%. Vuelve a leer esto que acabo de decirte: ¡¡una rentabilidad mensual superior al 50%!! Esto es algo absolutamente inaudito para cualquier clase de activo.
De hecho, Bitcoin ha generado una rentabilidad media mensual del 25% desde septiembre del 2010 hasta septiembre del 2017 (la más elevada de entre todos los activos enumerados). Esta cifra está sesgada por los valores atípicos, pero aún excluyéndolos, la rentabilidad mediana mensual está por encima del 7% durante ese período. Esto es una auténtica locura si lo comparamos con el 1,4% de rentabilidad media mensual generada por el S&P 500 durante ese mismo período. Las rentabilidades generadas por estos dos tipos de activos, por razones obvias, no son comparables, aunque es importante reseñar la sorprendente diferencia entre ambas.
Pero la pregunta que cualquier inversor sigue haciéndose es si con su volatilidad y elevada rentabilidad media, Bitcoin ofrece valor dentro de una cartera óptima. La respuesta es sí. Bitcoin aporta valor a una cartera, pero solo cuando supone una pequeña parte de la misma. Maggiulli señala que la cartera óptima durante el período de siete años comentado (septiembre de 2010 - septiembre de 2017) contenía los siguientes activos: 54% en renta variable de EEUU, 44% de bonos a largo plazo de EEUU y 2% de Bitcoin.
Si tuviéramos que trazar la frontera eficiente (riesgo, o volatilidad, en el eje x y rendimiento mensual en el eje y), veríamos que Bitcoin está muy alejado de la posición en que se encuentra la cartera óptima y que es muy diferente al resto de activos.
(Fuente: Of Dollars and Data)
El autor señala que cuando lo vio por primera vez pensó que había cometido un error de programación, pero nada más lejos de la realidad. Maggiulli incluyó el oro en el diagrama superior para poder ilustrar la brutal diferencia entre Bitcoin y el oro. Debemos tener presente que el Bitcoin no es el nuevo oro, es algo completamente distinto. Quizá en todo caso pueda ser considerada como una start-up o experimento monetario.
De este modo, el diagrama superior nos lleva a una pregunta más importante: ¿Por qué se recomienda mantener una pequeña cantidad de Bitcoin en la cartera óptima? La elevada volatilidad del Bitcoin tiene un gran impacto negativo en términos de “riesgo” dentro de una cartera óptima, pero sus elevadas rentabilidades “obligan” a tener una pequeña posición en cartera. Recuerde que Bitcoin se ha multiplicado por más de 6.000 desde septiembre del 2010, mientras que el S&P 500 lo ha hecho tan sólo 2,5 veces.
Algunas advertencias
No obstante, Maggiulli lanza algunas advertencias sobre el análisis realizado de la cartera óptima. En primer lugar, sólo se dispone de siete años de datos. Esto está lejos de ser suficiente para sacar conclusiones válidas a largo plazo sobre el comportamiento de un activo. Si bien es cierto que la distribución de los rendimientos de las clases de activos cambia con el tiempo, se podría decir que se necesita más de una década (e idealmente más de dos) para comenzar a comprender la naturaleza de una clase de activos. Esto es lo que hace que Bitcoin sea tan salvaje e intrigante en este momento.
En segundo lugar, si tuviéramos más datos o un conjunto diferente de activos, el optimizador (programa informático que nos ofrece un modelo de cartera óptima en función de la rentabilidad y el riesgo), podría darnos una solución completamente diferente. Esto es lo que hace que los optimizadores sean tan efectivos y tan inútiles al mismo tiempo. Nos da la solución perfecta a un problema que ya no podemos solucionar.
¿Bitcoin para los próximos 7 años?
Sería poco inteligente y bastante imprudente decir que sabemos hacia dónde se dirige Bitcoin (o cualquier otra criptomoneda). Tal vez es una gran burbuja (como muchos analistas están afirmando) y estamos analizando algo tan inútil como un tulipán, o tal vez este es el futuro de las transacciones monetarias. De cualquier manera, ahora tenemos alguna evidencia de que el Bitcoin podría ser útil para los inversores, aunque en pequeñas dosis. Hugo Ferrer, en cambio, señala que invertir en Bitcoin es una idea terriblemente mala, principalmente porque no tiene sentido hablar de inversión, ni siquiera de especulación, cuando los factores que mueven su precio no son claros. Además, señala que comprar Bitcoin simplemente por el hecho de que está subiendo es un error mayúsculo en el que incurren muchos inversores.
Por otro lado, Maggiulli nos recuerda que esto no es una recomendación para que vayas a comprar Bitcoin o cualquier otra criptomoneda. Tanto con respecto al Bitcoin como con cualquier otra clase de activo, debes investigar mucho sobre ella y pensar por ti mismo antes de entrar en cualquier posición. ¿Seguiremos hablando del Bitcoin y las criptomonedas dentro de 7 años? Sinceramente nadie lo sabe con una mínima certeza y, por lo tanto, es imposible responder a esta pregunta. Pero lo que sí va a ser interesante y apasionante es ver cómo se desarrolla el Bitcoin y la tecnología que lo soporta (Blockchain).
Otros artículos sobre el Bitcoin y las criptomonedas publicados en inBestia:
[Nota: Este artículo es parcialmente una traducción del original publicado por Nick Maggiulli en el blog “Of Dollars and Data”. El lector puede seguir al autor en Twitter.]
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