En los últimos días las advertencias contra las criptomonedas se han disparado, al tiempo que en China las autoridades adoptan restricciones hacia su uso. En consecuencia, el debate sobre si el Bitcoin u otras criptomonedas se convertirán en divisa de curso legal se ha recrudecido entre sus defensores y los que consideran que es una burbuja o incluso un fraude.
Mark Mobius, presidente ejecutivo de Templeton Emerging Markets Group, en declaraciones recientes a Bloomberg advertía del peligro que está percibiendo en el explosivo crecimiento de las criptomonedas. Afirmaba que los gobiernos no tardarán en restringir las monedas digitales o criptomonedas, debido a su utilización como medio de financiación ilícita para grupos terroristas o traficantes de drogas, lo que está contribuyendo a su ascenso y popularidad.
"Las criptomonedas están empezando a salirse de control y van a captar la atención de los gobiernos de todo el mundo", dijo Mobius. Asimismo apuntaba que el oro podría verse beneficiado por las dudas potenciales respecto a estas monedas. En el gráfico inferior vemos la evolución comparativa del Bitcoin y del oro a lo largo del último año. En marzo de este año el precio del Bitcoin superó por primera vez al del oro y en lo que llevamos de año acumula una revalorización cercana al 360%, si bien la evolución de su cotización no ha estado exenta de grandes oscilaciones diarias.
(Fuente: Bloomberg)
Estas palabras de Mobius coinciden con las caídas que ha sufrido el Bitcoin en los últimos días al calor de noticias provenientes de China, hogar de la mayoría de “mineros” de Bitcoin. Sin entrar en detalles técnicos sobre la minería del Bitcoin (aspecto que pueden consultar detalladamente en este extenso y completo artículo de la web bitcoing.org), minar Bitcoins es, a grandes rasgos, un mecanismo utilizado para emitir nuevos Bitcoins.
El Banco Popular de China señaló el pasado lunes día 4 de septiembre que las ofertas iniciales de monedas (ICO en inglés: Initial Coin Offering) son ilegales y que todas las actividades relacionadas con la recaudación de fondos deben detenerse inmediatamente. Asimismo el banco central señaló que ha concluido investigaciones sobre organizaciones e individuos que han llevado a cabo las llamados ICOs, y han dictaminado que tales actividades perturban el orden financiero y serán prohibidas.
Mark Mobius, que fue entrevistado en Bloomberg antes del anuncio del Banco Popular de China, señaló que “la gente necesita un medio de intercambio y necesita confiar en eso. En este momento la confianza es buena - con la gente comprando y vendiendo Bitcoins y pensando que es un mercado razonable - pero llegará un día en que aparezcan las represalias del gobierno y empieces a ver caer la moneda".
Los inversores han invertido cientos de millones de dólares en criptomonedas en lo que llevamos de año, y el valor en dólares de las 20 criptomonedas más grandes se sitúa en torno a los 150.000 millones de dólares, de acuerdo con los datos proporcionados por Coinmarketcap.com.
En Estados Unidos, tanto los bancos como los reguladores están estudiando la tecnología de contabilidad distribuida (distributed ledger technology) que está detrás de Bitcoin, también conocida como cadena de bloques o blockchain. Funcionarios de la Reserva Federal han expresado en el último año sus reservas sobre las monedas digitales.
Pero Mark Mobius no es el único que ha expresado públicamente su preocupación por las criptomonedas. En una línea similar se expresó hace unos meses Bank of America Merrill Lynch, al señalar la gran cantidad de obstáculos a los que se enfrentan las criptomonedas, como el robo o el riesgo de ser “hackeada”, lo que hace que sea poco probable que obtenga el estatus de garantía colateral. Más recientemente, Jamie Dimon (consejero delegado de JP Morgan Chase) en declaraciones realizadas en la conferencia “Delivering Alpha”, señaló que “el bitcoin es un fraude que terminará por estallar”. Anteriormente, en una conferencia del sector bancario organizada por Barclays, apuntó que “es peor que la burbuja de los tulipanes. No acabará bien”. Las críticas de Dimon al Bitcoin así como a otras criptomonedas surgen en un momento en que conocidas figuras de Wall Street están empezando a tomar en serio las mismas. También afirmó que despediría fulminantemente a cualquier trader de JP Morgan que estuviera realizando operaciones con Bitcoins “porque va contra sus normas (las de JP Morgan) y porque es estúpido”. Ya en noviembre de 2015 Dimon advirtió de esto, diciendo que estábamos perdiendo el tiempo con el Bitcoin. Desde entonces su cotización no ha hecho más que ascender y acumula una revalorización aproximada del 1000% desde sus palabras.
También Howard Marks, fundador de Oaktree Capital Management, señaló en su penúltima y muy difundida “memo” que el Bitcoin, así como otras criptomonedas, “no son reales porque no tienen un valor intrínseco” y que “quizás son un esquema piramidal”. Apuntaba igualmente que todos los elementos que han caracterizado a las anteriores burbujas especulativas están ahora presentes en las criptomonedas. Tras las críticas recibidas por sus comentarios sobre las criptomonedas, Marks ha matizado su postura y ha señalado que no ve razón por la que el Bitcoin no pueda ser una moneda, dado que hay personas, empresas e incluso países que lo aceptan como moneda de curso legal. También ha indicado que “lo que los defensores del Bitcoin me han dicho es que debe ser considerado como una divisa y no como un activo de inversión”. Es de destacar la humildad de este gran inversor para retractarse públicamente de sus opiniones. No obstante, Marks todavía sigue viendo indicios de burbuja especulativa en las criptomonedas.
En relación con la “posible” burbuja del Bitcoin, un reciente artículo del Financial Times arroja más luz sobre el asunto. La cotización del Bitcoin ha alcanzado recientemente los 5.000$, acumulando un ascenso del 360% en lo que llevamos de año, desafiando a los escépticos y a todos aquellos que señalan que es imposible que la cotización siga subiendo.
En el citado artículo destaca el gráfico inferior, en el cual se superpone la evolución de la cotización del Bitcoin con las fases de desarrollo de una burbuja especulativa clásica. Como se aprecia en el mismo, el autor destaca que su parecido es muy elevado, con la cotización del Bitcoin cerca del techo típico de una burbuja, si bien dónde se fija este techo parece algo arbitrario. A esta situación hemos de sumarle el hecho de la prohibición de las ICOs por parte del Banco Popular de China, lo cual produjo una inmediata recogida de beneficios por parte de los inversores. Solo el tiempo dirá si el anuncio del Banco Popular de China es una simple piedra en el camino y el ascenso de la cotización continuará, o si por el contrario, será el detonante que haga estallar definitivamente la “burbuja” del Bitcoin.
(Fuente: Financial Times)
En el fondo del debate sobre Bitcoin, está la cuestión clave de si en el futuro podrá convertirse en dinero comúnmente aceptado. Si así sucede, el ascenso en el precio de estas criptomonedas podría estar justificado. Pero, Samuel Gil, en un reciente artículo publicado en inBestia bajo el título “¿Por qué el Bitcoin no triunfa como dinero? Un repaso por la historia y funciones del dinero”, nos habla de las dificultades teóricas que tendría el Bitcoin para implantarse como moneda oficial. Samuel Gil resume los problemas del Bitcoin al señalar que “la generalización del uso del Bitcoin impediría a los Estados el empleo de la política monetaria y supondría una alteración enorme al funcionamiento actual del sistema financiero internacional. Sospecho que los Estados legislarán en contra de tales escenarios….Sin el apoyo de los Estados, es difícil desbancar a las monedas de curso legal”.
Pero a pesar de los potenciales problemas que afronta el Bitcoin para establecerse como medio de pago oficial, Samuel Gil se muestra optimista al respecto y concluye su artículo diciendo “que en determinados lugares (principalmente en países en vías de desarrollo) y/o para determinadas aplicaciones (micropagos, remesas), es posible que el Bitcoin encuentre un hueco importante gracias a las ventajas que hemos expuesto, aunque se me antoja difícil que llegue a reemplazar por completo — al menos en el corto/medio plazo — al dinero fiduciario convencional”.
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