Participé en una conferencia esta semana y una de las primeras preguntas de la audiencia fue acerca del Bitcoin y cuál es mi opinión sobre las criptomonedas como un activo de inversión en sí mismo.
Gráfico: El Bitcoin alcanza los 6.000 dólares el 20 de octubre de 2017
Mi frase clave para parecer inteligente en este tema (aunque no tengo ni idea), es decir que el "Bitcoin puede que no sea el ganador final en todo esto, pero que la tecnología blockchain va a ser revolucionaria".
Para ser honesto, realmente no sé cuál será el resultado de todas estas criptomonedas que están surgiendo. Todavía no entiendo totalmente las complejidades de la temática, pero a juzgar por todo lo que he leído y oído, nadie lo entiende realmente del todo.
Pero me fascina mucho todo lo que está ocurriendo. Proporciona otro gran estudio más en psicología del comportamiento.
He visto a algunas personas tratando de proporcionar una fórmula o ratio para tratar de valorar el Bitcoin y otras criptodivisas similares, lo que es completamente ridículo. Ahora mismo esta es la fórmula básica para cripto monedas:
Una nueva y emocionante tecnología + un grupo de verdaderos creyentes + una narrativa sexy + un aumento alocado de los precios = cripto valor de mercado
No hay manera de medir este tipo de cosas a través de las métricas tradicionales ya que no hay fundamentos. Pero eso no impedirá que la gente lo intente. Este fenómeno de las criptomonedas podría ser ya una burbuja enorme que podría estallar en cualquier momento por cualquier número de razones. Hay que recordar que el Bitcoin ya ha tenido tres casos separados en los que cayó un 85% o más en el pasado.
Si bien es verdad que por sí mismos los desplomes del mercado dan para un estudio pormenorizado, en verdad estoy más interesado especular sobre que podría llevar esta burbuja al siguiente nivel. Me encanta tratar de entender la psicología que hay detrás de las grandes burbujas del mercado. No estoy diciendo que suceda, pero dada la naturaleza humana, siendo la que es, no podemos descartarlo.
Uno de los argumentos para que se produzca un aumento sostenido de los precios es la idea de escasez, ya que el suministro de Bitcoins está limitado a un cierto número de unidades. Supuestamente, la cantidad total de oro extraído podría fundirse y cabría en una piscina olímpica. Sin embargo, el precio de una onza de oro es básicamente constante durante los últimos 2.000 años, si tenemos en cuenta la inflación.
El ejemplo que leí una vez, es que una onza de oro daba para comprar un buen traje en los tiempo de Jesús y hoy en día da para comprar lo mismo. Con esto quiero decir que hay muchos recursos escasos que no suben de valor simplemente por su escasez.
Otro argumento es que si el Bitcoin puede convertirse en un cierto porcentaje de todos los activos invertibles, valdrá mucho más de lo que vale hoy en día. Si el Bitcoin representara un 3% de la riqueza del planeta, ¡valdría billones!
Este es un argumento muy vago. Es como las ideas tontas de negocio que te decía tu compañera de cuarto de la universidad, como cuando te decía que iba a empezar su propia marca de whisky o una compañía de camisetas o algo así. Si puedo alcanzar un 1% de cuota mercado, ¡seré rico!
Como si nadie hubiera pensado en eso antes.
Me gusta mirar estas cosas a través de la lente de un asignador de activos. En cuanto a las decisiones de asignación de activos, veo dos escenarios que podrían enviar a Bitcoin a la estratosfera y convertirla en una burbuja enorme.
Un escenario obvio sería si los propietarios de Bitcoin van a ser otras personas más allá de los amantes de la tecnología y la generación del milenio. Si el gran dinero institucional de los grandes fondos hace su entrada, las cosas podrían ponerse interesantes. Debido a la forma en la que trabaja el gran capital institucional, esto no es una conclusión clara. Los asignadores de activos de las fundaciones, fondos de pensiones y family offices toman decisiones de cartera de forma muy lenta y metódica.
Los cambios en la cartera de estos grandes fondos son cómo virar la dirección de un buque de guerra debido al riesgo político y profesional que implican. Probablemente tomará décadas para que los planes de pensiones se involucren, pero no me sorprendería si alguna organización sin ánimo de lucro decidiera sumergirse en el universo de las criptodivisas.
La pregunta es: ¿Qué podría hacer que los inversores institucionales se involucren?
Lo obvio sería que el precio del Bitcoin siga creciendo y los institucionales sufran un caso agudo de FOMO (fear of missing out o miedo a perdérselo). Pero supongo que ahora mismo, cuando otros activos están subiendo, no se da el escenario ideal para un ataque agudo de FOMO.
Mi hipótesis es que podríamos ver un gran flujo de capital hacia las criptodivisas si resulta ser un activo diversificador durante la próxima crisis bursátil. Si las acciones se ven afectadas fuertemente y Bitcoin continúa subiendo, o simplemente no cae, este escenario podría llamar poderosamente la atención de algunos de los más grandes fondos de las universidades americanas (endowments).
Si hubiera evidencia de que el Bitcoin actúa como un activo diversificador durante un derrumbe sustancial del mercado bursátil, supongo que eso podría ser suficiente para animar a algunos inversores institucionales. Y una vez que unos pocos aprietan el gatillo, la mentalidad de rebaño se vería afectada porque habría presión en otros fondos para imitar a los primeros.
¿Sucederá esto? Quién sabe. Nadie sabe realmente nada en este punto porque todas estas cosas están todavía en su infancia. Mi única predicción sobre Bitcoin es que seguirá siendo extremadamente volátil, elemento que hace esta divisas muy interesante desde el punto de vista psicológico.
La volatilidad hace que se manifiesten sin ropajes las emociones humanas y con ellas siempre pueden suceder cosas muy locas.
Publiqué este artículo originalmente en mi blog en inglés A wealth of common sense.