El gran inversor Ken Fisher ha definido al mercado bursátil como “El Gran Humillador”, por esa característica que tiene de hacer lo contrario de lo que piensa la mayoría. Ahora que se encienden las alarmas sobre un mercado bajista inminente, ¿y si la bolsa se marca una subida vertical que deja a todos los inversores boquiabiertos?
En uno de los anteriores artículos planteábamos el escenario de que las bolsas no lleguen a sufrir un gran desplome en muchos años, viviendo un periodo de relativa calma con correcciones pero no grandes crashes. Otro escenario que se plantea Ben Carlson es el de que haya una explosión alcista en el mercado (melt-up scenario), en lugar del tan temido mercado bajista que muchos pronostican.
Para hacerse una idea de cómo se ha manifestado este escenario en el pasado, este analista analizó la rentabilidad anual del S&P 500 desde el 1926 hasta la fecha tomando los períodos de 12 meses posteriores a aquellos que tuvieron tres años consecutivos de rentabilidad positiva, eliminando así del recuento los rebotes que se producen después o durante un mercado bajista.
Este último matiz que señala Carlson es importante, porque una gran parte de las subidas más agresivas se producen justo después de un crash bursátil o en los rebotes que se producen en medio de un mercado bajista. Un ejemplo extremo de esto es lo que sucedió durante la Gran Depresión. Desde finales de 1929 hasta el verano de 1932 las acciones cayeron en torno a un 80%, pero en julio y agosto de 1932 registraron ganancias consecutivas de más del 38% para anotarse una revalorización total de más del 90%. Sin embargo, durante los siguientes seis meses, las acciones volvieron a caer un 30% adicional.
En la tabla inferior, podemos ver los períodos que registraron mayores subidas (melt-ups) de los que cumplen las condiciones señaladas anteriormente por Ben Carlson.
(Fuente: A Wealth of Common Sense)
Sólo dos de estos periodos hiperalcistas fueron la antesala de un mercado bajista. Se trata del período que finalizó en el año 1943, con el mercado cayendo un 27% en 1946, y del año 1987, que tras la subida previa de casi un 45%, el mercado se desplomó más de un 33% durante el lunes negro.
Otro aspecto que también importa y preocupa a los inversores son las ganancias que se producen antes de que se alcance un techo de mercado. En la tabla siguiente, que abarca desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad, vemos las subidas que se han producido en el S&P 500 durante los 12 meses anteriores a un techo de mercado.
(Fuente: A Wealth of Common Sense)
Si excluimos las fuertes subidas de los años 1946, 1980 y 1987, que dieron lugar posteriormente mercados bajistas, el resto de períodos generaron unas rentabilidades bastante moderadas teniendo en cuenta lo que se espera para un período de euforia entre los inversores.
Si analizamos todas las rentabilidades móviles de un año en el S&P 500 desde 1926 hasta la fecha y excluimos los periodos negativos, la ganancia media se sitúa aproximadamente en el 21%, por lo que las ganancias que se han producido justo antes de los últimos 11 techos de mercado no han sido nada fuera de lo normal.
Esto es debido a que los techos de mercado son más un proceso que un evento puntual. Los colapsos de mercado pueden ocurrir rápidamente y, de hecho, el crash del lunes negro de 1987 o la Gran Depresión son claros ejemplos de esto. Pero raramente funciona en la dirección opuesta.
Y la psicología de un techo de mercado es muy diferente. Los techos de mercado suelen ser tranquilos y generalmente no hay noticias o eventos que ponga en alerta a los inversores. A menudo lo que sucede es que ya no hay suficientes compradores en el mercado. Además, es habitual que la amplitud de mercado esté muy deteriorada, es decir, que muy pocas acciones o sectores estén impulsando al alza al mercado y pocas compañías que estén marcando máximos de 52 semanas.
Reflexiones finales
Ben Carlson considera que es una tarea estéril tratar de predecir un techo de mercado, porque aunque es altamente probable que una gran caída ocurra en el futuro, nadie sabe qué es lo que realmente asustará a los inversores y les hará entrar en pánico. En su opinión, los inversores han tenido en estos últimos años muchas oportunidades y excusas para vender sus acciones, pero no lo han hecho.
Una recesión es el escenario económico más probable para que se produzca un mercado bajista, pero también hay correcciones y mercados bajistas sin que media una recesión. Incluso es posible que las próximas décadas, como ya ha ocurrido en el pasado, sean relativamente tranquilas y no asistamos a grandes colapsos como 2008.
En todo caso, lo que los datos de Carlson ilustran es que un techo de mercado no tiene por qué ir precedido de una explosión alcista (melt-up) asociada a la euforia de los inversores. De hecho, la mayoría de estos periodos de fuertes subidas (ni durante ni justo después de un mercado bajista) no son seguidos por grandes caídas.
Aunque a día de hoy las probabilidades para ver un escenario de este tipo parecen bajas, no está de más considerarlo y echar un vistazo a la historia, porque a menudo el mercado hace lo que la mayoría menos espera...
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[Nota: este artículo es principalmente una traducción del original publicado por Ben Carlson en el blog A Wealth of Common Sense. El lector puede seguir al autor en Twitter.]
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