A raíz de las noticias relacionadas con el gigante alemán Deutsche Bank, he recordado uno de los textos más interesantes de Peter Lynch en su primer libro. No cuenta nada nuevo, tan solo ilustra con elegancia y humor lo que muchas personas con experiencia en el mundo real ya conocen.
Tras los problemas particulares de Deutsche Bank, a muchos operadores y periodistas se les viene a la cabeza la caída de Lehman Brothers en 2008, que desencadenó una tormenta financiera y un mercado bajista de increíbles proporciones.
Desde entonces, muchos inversores, analistas y comentaristas vienen preparándose para la gran debacle financiera o el próximo apocalipsis bancario. Se han prometido a sí mismos estar preparados para la próxima vez, que no tardará mucho en llegar. Dentro de esta disposición y actitud, es muy fácil trazar la analogía con las noticias de problemas del Deutsche Bank para acabar elevando el nivel de alarma y precaución. Hay algo que molesta más que perder dinero, y es caer dos veces en la misma piedra. Nadie quiere sentirse idiota.
El problema es que la próxima vez no es como la anterior, y por lo tanto, muchos signos y analogías acabarán fracasando y creando confusión. Es cierto que cada cierto tiempo vienen mercados bajistas y pasan cosas malas, lo que sucede es que los detalles y la forma en la que los mercados bajistas llegan difieren. Así lo ilustra Peter Lynch con la concepción maya del universo:
The great joke is that the next time is never like the last time, and yet we can’t help readying ourselves for it anyway. This all reminds me of the Mayan conception of the universe. In Mayan mythology the universe was destroyed four times, and every time the Mayans learned a sad lesson and vowed to be better protected—but it was always for the previous menace. First there was a flood, and the survivors remembered it and moved to higher ground into the woods, built dikes and retaining walls, and put their houses in the trees. Their efforts went for naught because the next time around the world was destroyed by fire. After that, the survivors of the fire came down out of the trees and ran as far away from woods as possible. They built new houses out of stone, particularly along a craggy fissure. Soon enough, the world was destroyed by an earthquake. I don’t remember the fourth bad thing that happened—maybe a recession—but whatever it was, the Mayans were going to miss it. They were too busy building shelters for the next earthquake.
Two thousand years later we’re still looking backward for signs of the upcoming menace, but that’s only if we can decide what the upcoming menace is. Not long ago, people were worried that oil prices would drop to $ 5 a barrel and we’d have a depression. Two years before that, those same people were worried that oil prices would rise to $ 100 a barrel and we’d have a depression. Once they were scared that the money supply was growing too fast. Now they’re scared that it’s growing too slow. The last time we prepared for inflation we got a recession, and then at the end of the recession we prepared for more recession and we got inflation.
Someday there will be another recession, which will be very bad for the stock market, as opposed to the inflation that is also very bad for the stock market. Maybe there will already have been a recession between now and the time this is published. Maybe we won’t get one until 1990, or 1994. You’re asking me?
Lo gracioso es que la próxima vez nunca es como la anterior y no hay forma de prepararse en cualquier caso. Todo esto me recuerda a la concepción del universo de los mayas. En la mitología maya el universo fue destruido cuatro veces, y cada vez los mayas aprendían una amarga lección y se juraban a sí mismos estar mejor protegidos, pero siempre para la amenaza anterior. Primero fue una inundación, y los supervivientes lo recordaron y se desplazaron a un terreno más alto en los bosques, construyeron diques y muros de contención, construyendo sus casas en los árboles. Sus esfuerzos no sirvieron para nada porque la próxima vez el mundo fue destruido por un incendio. Posteriormente, los supervivientes del incendio se bajaron de los árboles y se alejaron lo máximo posible del bosque. Construyeron nuevas casas de piedra, concretamente alredededor de una gran fisura (cortafuegos). Poco después, el mundo fue destruido por un terremoto. No recuerdo la cuarta catástrofe que ocurrió - quizás una recesión - pero fuese lo que fuese, los mayas no iban a ser capaces de preverla. Estaban demasiado ocupados construyendo refugios para el siguiente terremoto.
Dos mil años después seguimos mirando hacia atrás hacia signos para la siguiente amenaza inminente, pero eso solo es posible si decidimos cuál es esa amenaza inminente. No hace mucho tiempo, la gente estaba preocupada de que el precio del petróleo podía caer a 5$ por barril y tuviésemos una depresión. Dos años después de eso, esa misma gente estaba preocupada de que el precio del barril se disparase hasta los 100$ por barril y tuviésemos una depresión. En una ocasión se alarmaron porque la oferta monetaria estaba creciendo demasiado rápido. Hoy, están asustados de que está creciendo demasiado despacio. La última vez que estaban preparados para la inflación vino una recesión, y entonces, al final de la recesión estábamos preparados para más recesión y vino la inflación.
Algún día vendrá otra recesión que será muy mala para la bolsa, en lugar de la inflación que también es mala para la renta variable. Quizás ya habrá habido una gran recesión entre ahora y el momento en el que este libro sea publicado. Quizás no venga ninguna recesión hasta 1990 o 1994. ¿De verdad me estás preguntando?
Peter Lynch - One Up On Wall Street (Traducción propia)
Seguirá habiendo ciclos, mercados bajistas, burbujas y problemas, pero hay que ser ingenuo para pensar que van a ser exactamente iguales y en los mismos lugares que las veces más recientes. Si piensas en el próximo desastre en la banca europea al estilo Lehman Brothers, probablemente estés buscando en el sitio equivocado. Tras dos recesiones en la zona euro, una crisis bancaria profunda y un endurecimiento de las regulaciones bancarias provocando un fuerte aumento de los niveles de capital, se me antoja complicado que esté ahí el problema.
En palabras de Peter Lynch (aunque no es una cita original suya):
"You can't see the future through a rearview mirror"
“No puedes ver el futuro a través del retrovisor”
Peter Lynch - Beating the Street
Aquí es importante la descripción rigurosa del pasado. Muchos creen que el problema de Lehman Brothers fue un contagio al resto de las entidades bancarias, como un virus que se transmite por vía oral y todos acaban cogiendo la gripe. Esta descripción es incorrecta, no es un contagio de una entidad a otra aunque lo parezca, sino que la caída de Lehman Brothers planteó la cuestión de cuánto valían los activos que tenían el resto de bancos en sus balances, no era más que la prueba de que los demás tendrían graves problemas de forma inmediata. Si el problema de Lehman Brothers hubiese sido una multa o que tenía un problema de rentabilidad a medio y largo plazo como le sucede a Deutsche Bank, dudo que se hubiese desatado semejante tormenta financiera. No son los problemas de una entidad los que se contagian, sino el descubrimiento y la comprensión de que el resto de entidades están igual de mal que la que tiene problemas. Del mismo modo que cuando algunas entidades españolas comenzaron suspender pagos y recibir rescates e intervenciones, todos comprendieron que el valor de los activos inmobiliarios (suelo e inmuebles) era menor del que indicaban los balances, lo que precipitó una gran caída de los valores bancarios en España. No es un efecto dominó, es la constatación de la realidad.
Bursátilmente puede haber contagio, cuando una entidad cae es posible que arrastre las cotizaciones de las demás. Pero las expectativas de los inversores no determinan la realidad. Al inversor de largo plazo le interesa la realidad, no las correlaciones bursátiles de corto plazo. Tan pronto como sea evidente de que no hay base para estas historias y analogías (puede que me equivoque, hay que dejar esta puerta abierta), se evaporarán rápidamente. La mejor vacuna contra toda esta histeria irracional es el seguimiento objetivo y honesto de la realidad, que como expliqué la semana pasada es la verdadera seña de identidad del inversor en valor.
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