Recuerdo que en segundo de carrera descubrí el análisis técnico gracias a un libro de Lars Tvede (director de la bolsa de Estocolmo si no recuerdo mal), titulado “Psicología de los mercados financieros”. Me fascinó que detrás de la aparente seriedad, rigor y ciencia de los mercados financieros estuviera en realidad escondida toda la irracionalidad e incluso estupidez del ser humano. Se me abrió un mundo nuevo y empecé un largo camino lleno de trampas y sinsabores porque, no nos engañemos, invertir es duro, y en análisis técnico las trampas y engaños son aún mayores.
Las opciones las descubrí poco después, acabando la carrera. Su lado matemático me atrajo mucho...pero lo que realmente marcó la diferencia, igual que para el Análisis Técnico, es su lado filosófico. Por resumirlo en una idea: descubrí que con opciones se podía ganar dinero vendiendo literalmente “humo”. Se podía explotar ese principio de la sabiduría que nos dice que “no hay nada nuevo bajo el sol” porque la mayoría de la gente no es sabia y se deja seducir por la permanente apariencia de novedad, la sensación de que va a ocurrir algo nuevo y diferente...cuando en realidad casi nunca es así (y cuando lo es, es totalmente inesperado). Si la gente no se dejara engañar permanentemente por los charlatanes y vendedores de humo, la política estaría muerta desde hace tiempo...y sin embargo, observen cómo los eslóganes vacíos se repiten década tras década, siempre vendiendo que “esta vez sí que sí”.
Las opciones y el análisis técnico tienen para mí un componente filosófico absolutamente genial, además del evidente componente matemático. Resulta que mis dos asignaturas favoritas antes de la universidad eran matemáticas y filosofía, así que hoy día entiendo perfectamente por qué las opciones y el análisis técnico han terminado siendo mi especialidad. Alguno dirá que vaya campos más diferentes e inconexos...y en parte tiene razón. Pero me he dado cuenta en estos últimos años, analizando la evolución de mi operativa, que en realidad... ¡ las opciones y al análisis técnico encajan a las mil maravillas ! De eso quiero hablar en este post.
El análisis técnico (AT) analiza la evolución del precio buscando pautas repetitivas dentro del enorme universo caótico que es la bolsa (al menos en apariencia). La clave del AT son las tendencias, que trata de seguir, y las pautas que se producen dentro de ellas, que nos van indicando que “todo va bien” (pautas de continuación o “confirmación”) o que “algo extraño podría estar ocurriendo” (pautas de cambio de tendencia, fallos de mercado…). Puede decirse que una característica clave diferenciadora del Análisis Técnico es que se centra en el TIMING OPERATIVO. Dicho de otra manera, presta una especial atención al factor TIEMPO, cosa que en las otras disciplinas pasa a un segundo (o tercer) plano. En mi último post sobre los retrocesos de Fibonacci por ejemplo, hablé de la relación que existe entre la duración de los impulsos alcistas (la subida de ene-abr) y la duración de las fases correctivas (empezada en mayo). El “lado filosófico” del AT es el que nos dice que en última instancia lo que hace un analista técnico es intentar descubrir la armonía escondida detrás de los gráficos, esa misma armonía que existe en la naturaleza. Por eso partimos de la base de que debe existir cierta proporcionalidad entre los tramos alcistas y bajistas, y entre la duración de las fases alcistas y bajistas. No es algo esotérico ni extravagante: es puro sentido común.
Pero incluso más allá de ese principio general y abstracto, el AT es capaz de determinar objetivamente en qué momento ha ocurrido algo relevante que nos empuje a pasar a la acción. Un ejemplo sencillo (sin entrar en más detalles) lo tenemos en el siguiente gráfico de velas diarias de Aryzta. En el rectángulo de fondo rojo claro he marcado la sesión clave del 18 de febrero, que superó una resistencia de corto plazo, cerrando un gap bajista anterior después de que durante el mes de febrero formara un doble suelo de corto plazo que a su vez formó un doble suelo con el mínimo de dic-2018. Si estabas esperando el momento de entrar en Aryzta, sin duda había llegado. Al día siguiente consolidó y el día de después (20-febr) confirmó, lanzando una nueva señal de compra.
Por supuesto, hay mucho más que decir, porque con esto no es suficiente. Es un ejemplo de cómo el AT nos ayuda a afinar el TIMING operativo. Ahora vemos un ejemplo más importante con más detalles.
Las opciones y el factor temporal.
Por su parte las opciones son productos que forman parte de la familia de los productos “derivados”, es decir, productos financieros que se derivan o están referenciados a otros productos como pueden ser las acciones o los índices de Renta Variable. Tanto las opciones como los futuros tienen una característica que no tienen las acciones: el vencimiento.
Por definición, un activo derivado tiene una fecha límite o fecha de “caducidad”. Si compro la CALL Euro Stoxx 50 3500 dic-2019, obtengo el derecho a comprar Euro Stoxx a 3500 antes del tercer viernes de diciembre de 2019. Por lo tanto, no solo estoy “apostando” a que el Euro Stoxx va a subir, sino que además apuesto a que lo hará antes de finales de año. El factor temporal es por lo tanto clave en la operativa con opciones, y el factor temporal es clave en el Análisis Técnico.
Ganar dinero por el paso del tiempo…
El paso del tiempo es uno de los conceptos clave de las opciones, y de hecho, la operativa de éxito se basa en ingresar dinero por el paso del tiempo. Cuando vendes una opción, cada día que pasa (y se acerca al vencimiento) hace que esa opción valga menos. Hay otros factores que afectan también al precio de una opción, principalmente la volatilidad y por supuesto los movimientos del activo subyacente, y por supuesto hay que conocerlos y controlarlos. Pero el tema del paso del tiempo es para mí fascinante. ¿Conocen algún otro activo que te pueda hacer ganar dinero simplemente porque pasan los días?
...pero saber también en qué momento se pueden comprar opciones.
Por otra parte, siendo conscientes de la importancia del tiempo, podemos usar la compra de opciones en momentos en los que el análisis técnico nos dice “AHORA”. Sabemos que el factor tiempo es crítico con las opciones y por eso tenemos que seleccionar muy bien los momentos en los que nos puede interesar estar expuestos.
Veamos un ejemplo reciente con el Euro Stoxx 50.
En el siguiente gráfico muestro la señal de continuación alcista que se produjo en la sesión del 15 de febrero de 2019. La sesión anterior -14 febr- fue una vela negra que parecía confirmar la resistencia de corto plazo formada unos días antes, por el máximo local del 5 y 6 de febrero (línea roja).
Sin entrar en más detalles, la cuestión es que la sesión del 15 de febrero lanzó una señal de continuación alcista en situación técnica de “subida libre” de corto plazo. Es uno de esos movimientos “técnicamente relevantes” que, si sabes verlos, pueden ser muy jugosos. Por si alguno piensa que todo esto es teórico, os dejo un link con el post que publiqué justo después, titulado: “Europa abre la puerta a una subida del 6-8%”. Y a continuación un gráfico con la sesión en la que publiqué ese post (círculito de fondo rojo) y lo que ha ocurrido durante las semanas y meses siguientes.
Muchos avisaban del riesgo y de la necesidad de corregir...y sin duda la situación no fue fácil. Pues bien, ¡ para eso están las opciones ! Este es uno de los múltiples ejemplos en los que análisis técnico y opciones casan a las mil maravillas. Me explico.
Tras esa ruptura alcista de continuación, técnicamente tocaba seguir subiendo y hacerlo de forma rápida e inmediata. Es decir, ya no deberíamos volver por debajo de la resistencia superada (3220 puntos). Había sobrecompra, y habíamos subido “mucho” desde el 1-ene. ¿Tocaba corregir? ¿Podía seguir subiendo el mercado? Tres días después, el 22 de febrero, publiqué este otro post explicando por qué mantenía la exposición alcista (en torno al 80% en esos momentos): “El dilema actual explicado con las bandas de Bollinger”.
Comprar CALLs cuando el gráfico sugiere subida explosiva.
No siempre se acierta en bolsa, eso es evidente. Así que nunca debemos operar como si tuviéramos certezas. Hay que controlar el riesgo y pensar siempre que nos podría ir mal y en ese caso, anticipar qué nos podría ocurrir. Es decir, no pensar en el lado bonito y agradable de ganar dinero, sino en el lado duro y desagradable de que podríamos perder dinero, algo en lo que increíblemente poca gente es capaz de centrarse. Recuerden mi post sobre el sesgo cognitivo del exceso de optimismo donde comenté que tan sólo un 7% de los inversores pasan más tiempo valorando las posibles pérdidas que las posibles ganancias.
Invertir consiste en decidir qué riesgos y cuándo se quieren asumir. Y para eso las opciones son una gran ayuda, porque permiten asumir un riesgo perfectamente controlado. Por su parte, el Análisis Técnico nos ayuda a elegir el momento, lo cual es clave en un activo como las opciones, que pierden valor por el paso del tiempo.
En nuestro ejemplo del 15 de febrero, ¿qué habría pasado si el mercado se hubiera girado a la baja? Comprando CALLs, incluso en un escenario de caída súbita y repentina del 10%, la pérdida máxima habría sido el importe pagado por las primas, pongamos un 2%. Era una situación del tipo “binaria extrema” donde si mi escenario era correcto (como así fue), la bolsa debería de subir claramente durante las semanas siguientes, y si me equivocaba y se formaba un fallo alcista, la caída podría ser peligrosa. Aunque bueno, en realidad no me parecía que hubiera mucho peligro...pero habría reaccionado (como hice en dic-2018) si la cosa se hubiera torcido, o al menos lo habría intentado ;)
El caso es que en ese preciso momento, la compra de CALL aportaba una solución magnífica, permitiendo la exposición a un mercado alcista potencialmente explosivo, con el riesgo controlado (en nuestro caso casi siempre combinamos la venta de PUTs con compra de CALLs). Es uno de los muchos ejemplos en los que el Análisis Técnico y las Opciones demuestran su gran valía conjunta. Y esto es algo que he ido descubriendo con el paso de los años. No estudié Análisis Técnico y Opciones a la vez, ni lo hice pensando que eran complementarios. Tardé años en darme cuenta de ello, y hoy día no solo pienso que son complementarios: creo que encajan a las mil maravillas. Es un claro ejemplo en el que 1 + 1 = 3.
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