Hace años que oímos hablar de la “oportunidad” de los valores llamados “value”, es decir, valores que cotizan aparentemente muy baratos según diversos ratios de análisis fundamental pero que a nivel “vida real” son empresas en sectores que languidecen, sin crecimiento y con problemas variados de todo tipo. Fondos gestionados por gestores de autor “value” como el mítico Paramés y su nueva gestora Cobas, llevan años sufriendo como nunca, mientras los índices suben. Y esta crisis del Covid parece haber puesto la estocada final con caídas verticales en sectores ya muy masacrados como la energía o la banca. En este post comenté el caso especial de la banca europea, donde las caídas verticales de marzo (y muy fuertes en porcentaje) suenan a “sell-off”, es decir, el clásico pánico final con el que desde el punto de vista técnico se pone punto final a largas tendencias bajistas.
Además, el siguiente gráfico nos muestra otra realidad muy atractiva: la temática Value suele hacerlo muy bien a la salida de recesiones, en fases de reactivación económica. La línea azul mide la valoración (fundamental) relativa de las acciones del MSCI ACWI (All Countries World Index) Value vs Growth. Dicho de otra manera, ni en el año 2000 ni en 2008 las acciones Value de este índice mundial habían estado tan baratas en comparación con las Growth (acciones de crecimiento). Recordemos que en el techo de la burbuja nasdaq (o internet) del año 2000 las acciones “growth” cotizaban a niveles de valoración de burbuja, estratosféricos. Por lo tanto, dado que las FAAMG y compañía ahora mismo aún estando caras, no cotizan ni por asomo cerca de niveles de burbuja, este gráfico nos dice que la infravaloración de las acciones Value es históricamente extrema.
Estamos realmente ante una “burbuja inversa” si se me permite la expresión. La temática Value ha caído en desgracia totalmente, quizá COMO NUNCA ANTES EN LA HISTORIA. Y a partir de aquí tenemos dos posibilidades: 1- asumir que el mercado tiene razón y la economía ha cambiado, o 2- pensar que podemos estar ante la oportunidad del siglo.
En definitiva, o realmente hemos entrado en una nueva era, en un nuevo mundo de “disrupción permanente” donde la producción, la venta y el consumo van a funcionar de otra manera, y en ese caso las empresas “value” tienen poco que hacer, o por el contrario el momento de que reboten las empresas machacadas (o machacadísimas) está muy cerca. Recuerda que las cuatro palabras que salen más caro en el mundo de la inversión son:
"Esta vez es diferente".
¿Crees realmente que esta vez sí es diferente?
Eso no significa que las FAAMG o el Nasdaq en general se tengan que desplomar, para nada. Podrían perfectamente fluctuar durante los próximos 2-3 años en un rango del 30%-40% (subiendo y bajando entre una zona de soporte y una zona de resistencia), mientras otros sectores de mercado inician su recuperación progresiva y paulatina. O podrían incluso seguir subiendo mientras las Value explotan literalmente al alza, como le pasó hace unos días a Valaris, que subió un 500% en dos sesiones (aunque ha perdido más de la mitad después...).
La cuestión clave es: ¿cómo saber si esta hipótesis es correcta o no, y si tiene sentido jugarla y sobre todo cómo? Para mí la respuesta es clara: mirar los gráficos, y sobre todos los gráficos de fortaleza relativa, o si lo prefieren “momentum relativo”.
El momento idóneo para jugar alguna (o varias) de todas las tesis “value” disponibles será el momento en que se empiece a observar un suelo en esos valores (o sectores) machacados, en términos absolutos (o sea un suelo en la tendencia bajista de Renault -RNO- por poner un ejemplo), pero también un suelo en el gráfico de “valor relativo” es decir, de la cotización de RNO dividida por el sector, el índice CAC o Euro Stoxx, o incluso Nasdaq.
También podemos usar el famoso indicador RS (Relative Strength) Mansfield (RSM) que compara la evolución del valor con un índice de referencia. En el siguiente gráfico se muestra el RSM de Renault en velas semanales, usando el índice Euro Stoxx 50 como referencia de comparación.
A posteriori (donde siempre todo es más fácil), parece que el error de todos los que llevan años persiguiendo estas tesis value ha sido el de ignorar los gráficos y comprar valores en claras tendencias bajistas. O más concretamente, comprar valores en amagos alcistas… y no venderlos cuando lanzaban señales de venta con una persistente debilidad de fondo.
Existen estudios que demuestran la superioridad del estilo “Value + Timing (Momentum)” con respecto al “Value puro” o “momentum puro”. Pero son enfoques tan diferentes que no es fácil que una misma persona mire con buenos ojos ambos estilos de inversión. Como suelo decir, el análisis fundamental es a la ciencia lo que el análisis técnico es a la filosofía. Y son pocos (hoy día) los que se definen como matemáticos y filósofos a la vez. En ese sentido (y no es el único), me considero un bicho raro, porque mis dos asignaturas favoritas siempre fueron las matemáticas y la filosofía. Aunque a pesar de ser actuario de formación, me tira más el pensamiento abstracto de la filosofía que la concreción de las matemáticas... y quizá por eso practico el Análisis Técnico pero no realizo análisis fundamentales de empresas.
Por cierto, antes de que se me olvide, quiero hacer una precisión: a menudo se utiliza lo del “value” como si fuera un bloque compacto y claro. Pero la realidad es que la filosofía Value no significa que todos elijan los mismos valores ni que un índice Value contenga valores que todos coinciden en que son oportunidades. Dicho de otra manera, no creo que la comparación “value” con “growth” sea tan sencilla como comparar dos índices representativos. Si queremos explotar la temática Value durante los próximos años, hay varias formas de hacerlo:
1- la primera y menos original, invertir en un índice value estándar. ¿Puede funcionar? Quizá sí... pero hay algo que no me gusta en estos índices: su construcción se basa en ratios fundamentales estándar, "poco originales". No tengo nada claro que realmente estos índices nos proporcionen por sí mismos una ventaja clara y fuerte de cara a un eventual rebote en sectores y valores machacados. Probablemente sea necesario indagar un poco más y hacer una selección dentro de estos índices "amplios". Quizá podría incluso valer aplicar un filtro técnico a estos valores... (ya se irá viendo).
2- La segunda es invertir en algunos fondos Value de autor (especialmente si han sido machacados estos años), siempre que su estilo y tesis de inversión nos parezcan interesantes. Es decir, no se trata de invertir en el que ha obtenido más resultados en los últimos 6-18 meses, sino de invertir en el que más nos convencen los argumentos cualitativos (y no "cuantitativos"). Por eso es una tarea difícil, porque entran en juego valoraciones subjetivas (imprescindibles).
3- Y la tercera, elegir nuestros propios valores para desarrollar la temática, es decir, hacer un “stock picking” personalizado aplicando filtros fundamentales y técnicos. Existen numerosos "screeners" fundamentales prediseñados (cada uno basado en las investigaciones de un autor diferente), y existen muchas webs donde se pueden usar estos filtros (gratis o de pago). Por ejemplo, en esta web quant-investing se pueden aplicar famosos screeners como el Altman, Beneish, Piotroski, O'Shaugnessy, Magic formula (Greenblatt), etc.
Ahí es donde realmente está la oportunidad… y también el riesgo. Todo lo que digo en este post se refiere a esta tercera vía: la de hacer stock picking dentro de un gran Universo Value (de diversas fuentes: ideas de gurús, screeners estándar y/o personalizados...), y utilizando criterios técnicos para elegir gráficos que nos gustan, tratando de afinar con el timing (tanto como forma de potenciar el beneficio como forma de reducir el riesgo).
VALUE + TIMING: aunar lo mejor de los dos mundos técnico y fundamental
La filosofía es bien sencilla. Se trata de elaborar una o varias listas (“watchlists”) de valores según diversas temáticas, sectores o cualquier otro criterio que consideremos, y después hacer un seguimiento técnico de la evolución del gráfico de esos valores. Sólo nos plantearemos entrar en aquellos valores que además de tener una excelente perspectiva “value” (potencial alcista fundamental), ofrezcan además un gráfico alcista, es decir, un gráfico donde el precio ya ha empezado a subir después de formar mínimos.
En mi Curso de Análisis Técnico explico por ejemplo el famoso método de Stan Weinstein, que utiliza esta media móvil de 150 sesiones (o 30 semanas) como una de las herramientas principales, junto con el RS Mansfield antes comentado. Stan Weinstein fue uno de los pocos que envió un informe a sus clientes con indicaciones de venta unos días antes de que se produjera el famoso crack de 1987 (y para ello se basó en otro de sus indicadores estrella: la línea AD, que es el indicador de amplitud por excelencia).
Hay una web dedicada específicamente a la metodología de Stan Weinstein, analizando los valores en función de la fase en la cual se encuentra (según Weinstein hay 4 fases). No la he mirado en profundidad aunque tiene buena pinta. Se trata de https://www.stageanalysis.net por si alguno queréis indagar o la conocéis ya.
La idea clave de Weinstein, que es el mensaje principal de este post, es que no tiene sentido comprar un valor cuya tendencia bajista es clara. Es mucho más interesante esperar a que deje de caer, que forme un suelo sobre el que construir una figura de vuelta, y empiece a subir. Este último punto es clave, porque hay valores que dejan de caer y tardan años en despertar y empezar a subir. Por eso, el timing es clave, y es más conveniente esperar a que empiece a dar señales de vida antes que lanzarse “a por el chollo” antes de tiempo, aunque ello implique perderse un buen porcentaje de subida inicial. Comprar en el mínimo es una quimera. Es mucho mejor comprar cuando ya se observa una inercia alcista a corto plazo. Pero ojo, no solo basta con observar una subida. Un mero rebote no es suficiente. Lo ideal es observar primero que deja de caer, que forma un primer rebote, una figura de suelo (es decir, que pasa el tiempo), y después empieza a subir.
La situación ideal de Weinstein, que ya puse en un post reciente, es la siguiente:
Son varios los elementos a observar:
1- primero, los máximos y mínimos locales que forma el precio, que deben dejar de ser decrecientes y empezar a ser crecientes.
2- Segundo y muy importante, la media móvil de 30 semanas.
3- Tercero, el volumen, que no tiene por qué ser creciente en la ruptura (puntos A y B), lo cual es un punto muy importante.
4- Cuarto, y no por ello menos importante, que el valor muestre una lectura positiva en el famoso indicador RS Mansfield, que es un indicador de “fuerza relativa”. Dicho de otra manera, no solo queremos que el gráfico del valor muestre un suelo y un principio de subida, sino que también queremos que ese movimiento que está formando el precio (chartismo puro) nos indique que lo está haciendo mejor que el mercado. Esa señal de fortaleza relativa será clave para detectar un futuro ganador.
Por supuesto, el incorporar este (u otros) análisis técnicos chartistas a nuestro proceso de inversión implicará que ciertos movimientos alcistas se nos puedan escapar (dentro del Universo Value al que nos ceñimos en este post, recordad que hablamos de Value & Timing). No pasa nada, cada cual tiene que saber a qué juega...
¿Qué te parece la idea? Es un tema que tengo pendiente de desarrollar desde hace años y es la idea que tengo en mente al desarrollar mi propia herramienta de inversión en alpha-inputs.com. La brutal divergencia entre Value y Growth que vivimos actualmente es un claro reclamo para desarrollar un análisis más metódico y regular sobre la situación. Lo primero que hay que hacer es elaborar varias checklists de valores a seguir. ¿Qué ideas se os ocurren? Os planteo las mías:
1- Sectores “value” super machacados: autos, energía, banca... No hace falta "creer en ello". Por ejemplo, podemos considerar que la banca es un sector "apestado" que no se recuperará nunca, pero dejar una puerta a "estar equivocado". A menudo una buena inversión se realiza en un mal negocio, y una pésima inversión se realiza en un excelente negocio: todo depende del precio que hayamos pagado por ello. Así que, aunque no creamos en ello, es cuestión de ir siguiéndolo... y quizá en un momento dado los gráficos nos digan que "aquí está pasando algo".
2- Ideas value “sueltas”: el sector tankers (transporte marítimo de petróleo) con valores como Teekay (TK), el sector del Uranio (Cameco), Aryzta (la idea de paramés) y otros muchos. De nuevo, no hay prisa: iremos incorporando valores poco a poco a esta lista. Hoy día la comunidad de analistas e inversores "value" en internet es enorme. Sobran las ideas: el problema es saber filtrarlas.
3- Hacer varios “screeners” fundamentales según ratios y métodos muy conocidos, utilizando las diversas herramientas (gratuitas o de pago) que existen en internet, como la comentada antes de quant-investing.
4- Hacer un seguimiento de diversos fondos Value en busca de nuevas ideas, es decir, monitorizar las posiciones de “gurús” de la inversión, no solo en España sino también en Europa y EEUU. Esta idea me gusta mucho. Se pueden sacar muchas ideas y de hecho hay un estudio de Meb Faber que analiza el comportamiento de las mejores ideas de “gurús”, pero es un tema largo que da para otro(s) post(s).
Seguramente me dejo ideas en el tintero. Seguro que se pueden desarrollar y hacer crecer. Lo que está en juego es quizá la mayor oportunidad que hemos tenido y tendremos en nuestra vida: el destrozo absoluto de la temática Value, que ha caído en desgracia total a favor de la temática Growth. Es algo que tiene sentido en la medida en que estamos en medio de una gran transformación digital que empezó con la revolución de internet. Pero como siempre, el ser humano "se pasa" en sus reacciones (buenas y malas), esta realidad ha provocado que se dejen de lado muchas inversiones "clásicas" que han caído a precios ridículos. El tiempo lo terminará poniendo todo en su sitio.
En mi opinión no estamos en una burbuja de valoración de las FAAMG y otros sectores Growth, y a largo plazo seguramente seguirán siendo rentables. La cuestión es que podrían tomarse un descanso (o un parón) de años, para dar paso a un rebote histórico jamás visto en la temática Value.
La clave es intentar explotar esta tesis estratégica sin pillarse los dedos y sin quedarse fuera del mercado en caso de resultar equivocada. Y para eso no se me ocurre mejor herramienta de monitorización de la estrategia que un seguimiento metódico de los gráficos y señales técnicas sobre un universo "value" construido a partir de diversas fuentes. Es decir, una combinación del análisis fundamental y el análisis técnico, del Value y el timing, o como se suele denominar, "Value y Momentum".
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