Tratar de “leer” el mercado en sus movimientos de corto plazo puede ser un ejercicio inútil, porque muchas veces lo que está detrás no es más que ruido. Esta idea es apoyada por quienes rechazan la hipótesis de la eficiencia de los mercados y aducen que en realidad el mercado se mueve por impulsos irracionales, emociones como el miedo o la avaricia o incluso factores técnicos más allá de los fundamentales.
Efectivamente, todos estos elementos están detrás de la acción del precio. Pero tampoco debemos ignorar el hecho de que los mercados tienden a la eficiencia. Aunque nunca la logren, pero los operadores del mercado están constantemente incorporando nuevos datos e información y actuando sobre ellos, bajo el filtro de su subjetividad y de, claro, narrativas y lógicas que no tienen por qué ser acertadas.
En definitiva, si uno combina ambos puntos de vista puede llegar a lo que el autor Andrew Lo ha llamado la teoría de los mercados adaptativos (Adaptive Markets Hypothesis). Por eso puede tener sentido echar un vistazo a la acción de los precios para ver qué nos pueden estar diciendo, teniendo en cuenta sus grandes limitaciones.
En esta línea, quería fijarme en la acción del precio del cobre, un metal básico considerado como uno de los mejores termómetros de la actividad industrial global (de ahí que le llamen Dr. Cobre). Vamos primero a ver un gráfico de muy largo plazo para saber por dónde está el precio en un contexto histórico:
Esto nos dice poco sobre si está caro o barato, porque habría que tener en cuenta otros muchos factores como el coste de producción de las mineras de cobre y la situación de la demanda vs. oferta, pero no podemos entrar en más detalles.
En el pasado reciente, los últimos 3 años, hemos visto un repunte en el precio después de alcanzar niveles alrededor de los 2 dólares la libra. Este mínimo se alcanzó a comienzos de 2016 con el descalabro de la mayoría de materias primas por la fuerte desaceleración de la economía industrial y los problemas de China y emergentes.
Los máximos se alcanzaron a finales de 2017 y principios de junio 2018, cuando empezaba a verse que la aceleración que había experimentado el crecimiento global llegaba a su fin y comenzaba una etapa de desaceleración.
En agosto, de hecho, tras una fuerte caída en los dos meses anteriores, Hugo Ferrer escribió: “La fuerte caída del cobre avisa de que los riesgos bajistas aumentan”. Justo el mismo día yo también entré al trapo con otro artículo ¿Qué nos está queriendo decir la caída del Dr. Cobre?, quitándole un poco de hierro a la advertencia bajista aportando datos que sugieren que tampoco es una señal predictiva tan fiable.
Pero resultó ser una señal acertada. Todos sabemos lo que ocurrió en el cuarto trimestre de 2018.
Ya en 2019, dejados atrás los mínimos de diciembre, Juan A. Beño publicó un artículo técnico sobre el tema: Dr Cobre rompe resistencias ¿inicio de alcismo en el mercado global?. Por aquel momento el cobre se acercó a los 3 dólares por libra. Pero desde entonces ha caído con fuerza, mientras las acciones han continuado subiendo. En el siguiente gráfico superpongo el S&P 500 y el precio del cobre (naranja) en el último año, señalando con flechas azules las dos fechas de los artículos mencionados.
Si hacemos zoom y miramos solo el 2019, vemos más claramente cómo desde inicio de año el cobre acompañó al S&P 500 en la subida tan solo hasta finales de febrero. Desde ahí inició una tendencia lateral que culminó en caídas fuertes desde mitad de abril. Y mientras que las acciones se recuperaron con fuerza de las caídas de mayo volviendo a máximos, el cobre no ha levantado cabeza.
¿Y si cogemos otros índices o activos que no sean el S&P 500? En el siguiente gráfico añado la cotización del gigante industrial Caterpillar, un ETF de la bolsa china (MCHI) y el ETF de mercados emergentes (EEM).
La divergencia sigue estando. Las últimas noticias esperanzadoras sobre la “guerra comercial” entre China y EEUU tampoco han ayudado a levantar el precio del metal. ¿Por qué es importante que se resuelva la tensión en este frente? Porque una guerra comercial total sería muy negativa para el crecimiento global y podría desencadenar una recesión. (Escuchaba el otro día a un reputado analista del mercado del petróleo decir que una resolución es importante no tanto porque se pueda acelerar el crecimiento, sino porque se evitaría una recesión).
Por eso, aun así la acción de Dr. Cobre parece sugerir que persisten las dudas sobre el crecimiento global. La evolución más reciente del precio del petróleo también podría interpretarse en esa línea. Otra opción sería pensar que el mercado es escéptico respecto a próximos avances en las negociaciones entre China y EEUU.
Pero surgen varias preguntas: ¿por qué la divergencia entre acciones y cobre, si a ambos les deberían sentar mal las dudas sobre el crecimiento global? ¿Por qué ante estas dudas (ya sean sobre las negociaciones o el crecimiento directamente) el cobre reacciona a la baja y las acciones siguen subiendo? (No se me olvida que obviamente el cobre depende también del lado de la oferta, pero éste no cambia de la noche a la mañana y además, con perspectiva de medio-largo plazo sería en todo caso un factor alcista).
¿Acabará acertando el cobre con su mal comportamiento, como acertó en su señal bajista de agosto del año pasado? ¿O subirá con fuerza el precio del cobre validando la hipótesis de reaceleración en el segundo semestre? La verdad es que no lo sé. Pero ahí quedan expuestas estas preguntas por si alguien tiene pistas interesantes de qué está pasando y por dónde pueden ir los tiros.
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