El actual ciclo económico expansivo en Estados Unidos está celebrando su octavo aniversario, lo que le convierte en el tercer ciclo económico de mayor duración de la historia. Como no podía ser de otro modo, y habida cuenta de que la duración habitual de los ciclos económicos es menor (habitualmente entre cuatro y seis años), muchos inversores están empezando a preocuparse por este hecho y se están preguntando qué es lo que causará la próxima recesión económica. Es bien sabido en Wall Street que los ciclos económicos no mueren de viejos, sino que a menudo es consecuencia de las acciones llevadas a cabo por los diferentes bancos centrales para frenar la economía cuando esta se empieza a “recalentar”.
El Banco Internacional de Pagos, que es una asociación de 60 bancos centrales de todo el mundo, ha publicado su último informe anual. En dicho informe sugiere que la próxima recesión no será causada por los bancos centrales, sino que probablemente será una crisis financiera muy similar a la última acontecida en los años 2008-2009. En ningún momento, a diferencia de otros expertos, analistas y gurús que ponen fecha al inicio de la recesión, el Banco Internacional de Pagos no pone fecha a ésta, sino que se limita únicamente a constatar una serie de peligros potenciales para la economía que podrían causar una recesión económica.
El señalado informe sigue diciendo que aunque un fuerte repunte de la inflación puede no ser excluido como un potencial peligro, lo más probable es que no sea el factor que amenace al actual ciclo expansivo, al menos en el corto plazo. A juzgar por los precios de los activos financieros, los inversores también parecen sostener esta opinión. De igual modo, también señala como riesgos potenciales a largo plazo el aumento del proteccionismo económico así como un debilitamiento del consumo privado motivado por una excesiva deuda familiar.
El Banco Internacional de Pagos en su informe urge a los gobiernos a que tomen medidas especiales para evitar otra crisis financiera global. La combinación de un bajo crecimiento de la productividad así como unos niveles inusuales de deuda, limita a los gobiernos y a los bancos centrales para maniobrar correctamente. Esto implicaría que, en caso de una crash financiero, las instituciones tendrían muy pocos instrumentos para evitar una nueva recesión económica.
También señala que los miembros de la Reserva Federal siguen concentrados en el potencial de sobrecalentamiento de la economía, dado que siguen subiendo los tipos de interés, a pesar de que la inflación se está movimiento realmente por debajo del objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal. Asimismo, William Dudley, presidente de la FED de Nueva York, está preocupado porque la tasa de paro podría colapsar si la Reserva Federal no endurece las condiciones monetarias, lo que podría provocar un fuerte e imprevisto aumento de la inflación, lo que obligaría a éstos a subir los tipos de interés aún más rápido.
Las recesiones económicas de principios de los años noventa ya mostraban un patrón similar, señala el Banco Internacional de Pagos, aunque no tan profundo y severo como el de la Gran Recesión. Esas recesiones fueron precedidas por un aumento desmesurado en el crédito así como en el precio de los activos inmobiliarios, los cuales se derrumbaron una vez que política monetaria de los bancos centrales empezó a endurecerse, causando tensiones bancarias y financieras.
La profundidad de la recesión 2007-2009, que comenzó con el estallido de la burbuja inmobiliaria, se trasladó rápidamente al sector bancario, el cual estaba extremadamente sobreendeudado, lo que hizo que las recesiones anteriores parecieran pequeñas. Hay que recordar que la última recesión económica costó la pérdida de casi 9 millones de puestos de trabajo, que tardaron varios años en recuperarse y que ha tenido un efecto duradero en los consumidores y en su confianza.
Lo que parece bastante claro según el informe del Banco Internacional de Pagos es que no parece probable un aumento sustancial y duradero de la inflación.
Interesantes reflexiones las que nos deja el Banco Internacional de Pagos, que podría considerarse como el gran banco central del mundo. En su informe incide en problemas que vienen siendo advertidos desde hace meses y años por distintos analistas e inversores como Ray Dalio (La apocalíptica predicción económica de Ray Dalio), George Soros (George Soros aumenta su apuesta bajista sobre el S&P 500), Seth Klarman (Seth Klarman: “Los inversores están demasiado confiados”), Marc Faber (Marc Faber: La economía de Estados Unidos está ‘enferma terminal’), Nassim Nicholas Taleb (Nassim Taleb apoya a Trump, pero ve un riesgo mayor que en 2007) o Bill Gross (Bill Gross: "El riesgo del mercado es el mayor desde la crisis de 2008”) entre otros.
Lo relevante en este caso es que se trata de un organismo oficial el que alerta de estos problemas, y no inversores privados como viene siendo la tónica habitual en los últimos meses. Por ello, tanto las palabras de los grandes inversores citados anteriormente como las publicadas por el Banco Internacional de Pagos no deben caer en saco roto y deberían ser tenidas en cuenta por el inversor a la hora de confeccionar su estrategia inversora de cara a los próximos meses, ya que todos recordamos las severas consecuencias que tuvo lugar la última recesión económica, tanto a nivel bursátil como a nivel económico, político y social.
Puedes consultar todos los artículos de este blog en el siguiente enlace: aquí
Identifíquese ó regístrese para comentar el artículo.