Dentro del mundo financiero, George Soros es probablemente uno de los inversores más mediáticos, a la altura de Warren Buffett, Ray Dalio, Peter Lynch, Ken Fisher o Carl Icahn. George Soros, fundador del Quantum Fund y presidente del Soros Fund Management, inició su andadura en el mundo de la inversión hace varias décadas. Con una fortuna estimada por la revista Forbes en más 25.000 millones de dólares, Soros es conocido por haber sido el hombre que provocó la quiebra del Banco de Inglaterra el 16 de septiembre de 1992, conocido como “miércoles negro”, lo que le proporcionó unos beneficios estimados de 1.000 millones de dólares.
Desde hace tiempo George Soros viene mostrándose bastante pesimista respecto a la evolución futura de los mercados bursátiles. No obstante, y en coherencia con lo que dice, dos de sus principales apuestas han sido la toma de posiciones bajistas sobre el índice S&P 500 así como sobre el índice Russell 2000 (representa a las empresas de pequeña capitalización), las cuales tienen actualmente un valor teórico de 764,3 millones de dólares según un análisis elaborado por S&P Global Market Intelligence.
En los últimos días, tal y como podemos leer en diversos medios de comunicación como Fortune o MarketWatch, George Soros ha vuelto a saltar a la palestra por redoblar sus apuestas bajistas sobre el mercado bursátil estadounidense, movimientos que ha realizado a través de su family office Soros Fund Management.
Al cierre del primer trimestre del año 2017, George Soros tenía en cartera 3,3 millones de acciones en posición bajista sobre el ETF iShares Russell 2000, lo que supone un incremento del 36% con respecto a los datos del trimestre anterior. Del mismo modo, su apuesta bajista sobre el S&P 500 se ha visto incrementado en un 162% respecto a los últimos datos disponibles, lo que refleja la alta convicción que tiene George Soros en un futuro movimiento bajista de los mercados.
A la vista de la evolución que han tenido los mercados bursátiles en los últimos meses, y más aún desde la victoria de Donald Trump en las pasadas elecciones estadounidenses, estas apuestas no están dando aún sus frutos.
De este modo, George Soros se une a la creciente lista de inversores y gestores de patrimonio que se muestran poco optimistas sobre la evolución futura de los mercados financieros. Por un lado, Ray Dalio se ha mostrado extremadamente pesimista con respecto a los próximos años, señalando que la próxima crisis será mucho más dura que la que estamos viviendo actualmente y que se inició tras la quiebra de Lehman Brothers (La apocalíptica predicción económica de Ray Dalio). Por otro lado, el filósofo, escritor y financiero Nassim Nicholas Taleb también nos ha alertado de que actualmente ve muchos más riesgos que en el 2007 (Nassim Taleb apoya a Trump, pero ve un riesgo mayor que en 2007) y afirma que no es racional ahora mismo tener acciones en cartera sin algún tipo de cobertura. Finalmente, inversores de la talla de Seth Klarman, Jeff Gundlach o Paul Tudor Jones también han mostrado su preocupación y miedo con la situación actual de las bolsas, señalando como problemas principales las elevadas valoraciones bursátiles, un apalancamiento para la compra de acciones en máximos históricos o la venta masiva de acciones por parte de los “insiders”.
En el plano político, George Soros no se muerde la lengua y desde el primer momento se ha mostrado especialmente crítico con Donald Trump y las políticas que pretende llevar a cabo. George Soros mostró su apoyo a la candidata demócrata Hillary Clinton durante la campaña electoral, y tras la sorprendente victoria de Donald Trump en las elecciones, dijo que pensaba mantenerse lo más lejos posible de Trump. Además, recomendó a empresarios, inversores y financieros de todo el mundo que hicieran lo mismo.
Como es norma habitual, desde el triunfo del magnate republicano, los grandes empresarios, inversores y financieros han estado muy divididos entre aquellos que apoyan al presidente Trump (Carl Icahn entre otros) y sus detractores, como George Soros. En cambio, otros inversores como Warren Buffett se han mantenido neutrales y han evitado criticar a Donald Trump, aunque al mismo tiempo han reconocido que de llevarse a cabo las medidas fiscales prometidas le permitiría pagar menos impuestos.
La pregunta que ahora mismo se estarán haciendo multitud de inversores es qué hacer con sus acciones y activos de riesgo. Si al hecho de que el mercado bursátil actual es uno de los más largos de la historia y que las valoraciones son muy elevadas (en el caso de ciertas acciones podría hablarse claramente de burbuja), le sumamos las advertencias de estos reputados inversores, lo más normal es que al inversor tradicional le entren dudas. Actuar ante situaciones como la actual requiere de mucho caracter, cabeza fría y, sobre todo, tener un sistema o plan de inversión propio y que no dependa de las opiniones o comentarios, en muchos casos interesados, de los demás. Esto no significa que no debamos prestar atención a las opiniones de los grandes inversores, puesto que si han conseguido el éxito en los mercados financieros es gracias a su calidad como inversores.
Por lo tanto, las palabras de George Soros, Ray Dalio o Nassim Nicholas Taleb deben ser escuchadas con atención, pero la decisión final sobre lo que hacer con nuestro patrimonio debe ser única y exclusivamente nuestra.
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