Las predicciones bursátiles y económicas sobre el negro panorama al que nos enfrentamos han sido una constante en los últimos años. Han sido realizadas por los llamados “perma-bears”, es decir, aquellos que parece que siempre son pesimistas; pero también por inversores exitosos muy reputados. La mayoría de las veces estos pronósticos parecen estar bien fundamentados, pero el hecho de que hasta el momento no hayan sido acertados demuestra que los expertos también cometen errores, y que pronosticar el devenir de la economía y la bolsa es extremadamente complicado.
En los últimos meses hemos escuchado las opiniones de expertos tan reconocidos y afamados como Ray Dalio, gestor del mayor hedge fund del mundo, que nos ha alertado del peligro que supone para la economía las políticas de los bancos centrales (Ray Dalio advierte del peligro de los bancos centrales). Incluso el propio Banco Internacional de Pagos señala que existe un elevado riesgo de asistir a una nueva crisis financiera (El Banco Internacional de Pagos advierte del riesgo de una nueva crisis financiera). Pero no sólo las políticas económicas de los bancos centrales son fuente de peligro. Las valoraciones bursátiles actuales se encuentran en niveles no vistos en décadas (Sólo dos veces en la historia el mercado estuvo tan caro como ahora), lo que hace que muchos inversores como George Soros (George Soros aumenta su apuesta bajista sobre el SP 500), Seth Klarman o Bill Gross entren otros hayan alertado del riesgo que implica invertir en un mercado tan sobrevalorado como el actual.
¿Deberíamos entrar en pánico y vender nuestras posiciones alcistas ante las advertencias de estos “gurús”?
Hugo Ferrer profundizó en los motivos que hay detrás de algunas de estas advertencias en “Los profetas del Apocalipsis”. Señalaba que dados los incentivos de los medios de comunicación, cuyo negocio consiste en atraer tráfico y que los usuarios accedan a los anuncios, estos suelen utilizar el recurso al sensacionalismo para captar el interés, conseguir más visitas y clicks. En este sentido, está comprobado que los titulares negativos, y todavía más los apocalípticos, venden más que los moderadamente optimistas. Más recientemente, el mismo autor publicó otro artículo en el que recopilaba diferentes gráficos utilizados por gestores y analistas para justificar su visión bajista del mercado. La conclusión es que: 1) muchas veces se abusa de poner datos de corto plazo que no significan nada si se observa su histórico con una perspectiva más larga; 2) muchas veces se señala algo "que ha caído mucho" pero que cuando se mide de una forma más objetiva no significa nada; y 3) muchos analistas usan trucos visuales cuyo resultado, ya sea consciente o inconscientemente, es asustar y generar clicks y seguidores.
No obstante, lo que sí es importante y fundamental es estar preparado para saber cómo afrontar una futura crisis económica, independientemente de que ocurra mañana o dentro de varios años. Kat Tetrina, en un interesante artículo publicado en el blog "Student Loan Hero" nos da una serie de consejos para proteger nuestras finanzas personales en caso de que haya una recesión.
1. Crea un fondo de emergencia.
En una recesión económica, los despidos de trabajadores son algo tristemente habitual, lo que motiva que la tasa de paro aumente de forma rápida. Si te despiden del trabajo, disponer de un fondo de emergencia que cubra al menos 6 meses de gastos puede ayudarte mientras buscas un nuevo puesto de trabajo. Tener una reserva de efectivo significa que puedes cubrir los gastos básicos y esenciales, tales como la luz, el agua, la alimentación, pago de facturas, etc.
Si no tienes un fondo de emergencia deberías empezar a ahorrar ahora y hacerlo tanto como puedas. Aunque crear de la nada un fondo de emergencia que cubra nuestros 6 primeros meses de gastos pueda sonar abrumador, empezar ahorrando mensualmente pequeñas cantidades nos ayudará a ir construyendo una base sólida.
2. Analiza / evalúa tu cartera de inversiones.
Analiza tu cartera de inversiones y considera si debes cambiar tu forma de invertir. Por ejemplo, en lugar de comprar acciones individuales, podrías diversificar tu cartera de inversiones invirtiendo en fondos de inversión, ya sean indexados o de buena gestión activa. De este modo, invertirías en muchas y diferentes compañías de una sola vez. Además, no perderías todo tu capital si alguna de las compañías que forma parte de la cartera del fondo quiebra.
3. Continúa invirtiendo.
Si se acerca una recesión, lo más probable es que te sientas tentado a vender tus acciones y fondos de inversión o dejes de aportar al plan de pensiones. Pero es muy importante que sigas invirtiendo (siempre que tu capacidad económica lo permita). Para los jóvenes inversores, una recesión puede significar pérdidas en el corto plazo, pero a largo plazo es una oportunidad única para hacer crecer nuestras inversiones. Las acciones estarán más baratas, lo que te permitirá comprar más acciones y a mejor precio. A corto plazo es indudable que tu cartera de inversiones va a sufrir pérdidas, pero a largo plazo y cuando el mercado se recupere vas a obtener rentabilidades extraordinarias. Que se lo digan a quienes empezaron a invertir en 2009, tras el crash bursátil de la Gran Crisis Financiera.
4. Paga puntualmente todas tus deudas.
Si tiene lugar una recesión, el acceso al crédito será mucho más difícil. Cuando la situación económica se tuerce, los bancos y las compañías de crédito se vuelven más cautos a la hora de conceder nuevos préstamos o nuevas tarjetas de crédito.
Esto significa que sólo aquellos que tengan un buen historial como pagadores tendrán posibilidad de acceder a nuevas líneas de crédito en buenas condiciones. Del mismo modo, aquellos que tengan un mal historial como pagadores, tendrán que pagar mayores intereses y tendrán mucha más dificultad para acceder a nuevas vías de financiación.
Por lo tanto, para evitar estos problemas es fundamental pagar todas nuestras deudas en plazo, lo que nos permitirá seguir contando con vías de financiación en tiempos de crisis.
5. Diversifica tus ingresos.
Mucha de la gente que sufrió la gran crisis económica del año 2008 tenía una sola fuente de ingresos: su trabajo a tiempo completo. Esto significa que al ser despedidos, no tenían más vías de ingresos, lo que se tradujo en que tuvieron que gastar todos sus ahorros e incluso vender sus casas para hacer frente a los múltiples gastos que toda familia soporta.
Una forma de evitar esto es, en la medida de lo posible, tener múltiples vías de ingresos económicos. De este modo, si te quedas en el paro seguirás teniendo ingresos que te permitirán hacer frente a los gastos más comunes hasta que encuentres un nuevo trabajo.
A modo de resumen, podemos decir que aunque las predicciones económicas y bursátiles de grandes expertos y economistas puedan ser preocupantes y nos obliguen a ser cautelosos en el momento actual, no significa que debamos ponernos inmediatamente a cubierto y vender todas nuestras inversiones. Con ahorro e inversión continua y sistemática, podrás navegar de forma más segura en tiempos de crisis e incertidumbre.
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