La excepcional rentabilidad que han generado las principales plazas bursátiles en este año 2017 plantea una cuestión importante: ¿se han vuelto los inversores demasiado optimistas acerca del crecimiento económico futuro? Los analistas del banco e intermediario financiero Charles Schwab piensan que no. El crecimiento económico global es excepcional. Según la OCDE, todas las 45 economías más importantes del mundo están creciendo este año y los pronósticos son que el crecimiento continúe en 2018. Hay que tener en cuenta que este crecimiento no era tan amplio desde hace aproximadamente una década.
Jeffrey Kleintop, estratega jefe de la casa, señala que si bien los riesgos geopolíticos, las políticas de los bancos centrales o las amenazas y conflictos militares no han desaparecido, los inversores han empezado a darse cuenta de que la economía mundial no es tan vulnerable a estas situaciones como lo fue durante la década anterior. Además, las correlaciones bursátiles entre los principales países han caído a los niveles más bajos desde mediados de la década de los noventa. Esta baja correlación significa que las acciones de los diversos países tienden a no moverse en la misma dirección al mismo tiempo, lo que puede aumentar los beneficios de la diversificación.
Aunque lo más normal es que este crecimiento económico mundial tan amplio mantenga la economía mundial al alza durante 2018, muy probablemente nos estamos acercando a las etapas finales de este ciclo expansivo de acuerdo con el “output gap”. El “output gap” es un indicador económico que mide la diferencia entre el producto real de la economía mundial y su potencial. Cuando el producto real se encuentra por debajo de su potencial, hay un exceso de capacidad, lo que generalmente se traduce en que los precios y los salarios sean débiles. Por el contrario, cuando el producto real se sitúa por encima del potencial (como es el caso actual), significa que el exceso de demanda está forzando a la economía a crecer más rápido de lo normal, lo que suele significar aumento de la inflación y subida de los salarios. No obstante, estos dos últimos fenómenos han permanecido prácticamente ausentes en los últimos años.
(Fuente: Charles Schwab)
Tal y como podemos ver en el gráfico superior, por primera vez en la última década la economía global ha sido capaz de absorber todo su exceso de capacidad. Este es un clásico signo de que las economías desarrolladas están entrando en las últimas etapas del actual ciclo económico. Pero esto no significa que la próxima recesión sea inminente, puesto que pueden pasar varios años de “output gap” positivo.
Otros indicadores como las bajas tasas de desempleo o los altos márgenes de beneficios corporativos apuntan en la misma dirección. Pero según Charles Schwab, la señal más convincente de que estamos llegando a las fases finales del ciclo económico la curva de tipos de interés (spread entre tipos a corto y a largo plazo). El aplanamiento de la curva, que se ha acelerado durante 2017, no representa una señal inminente de recesión ni de mercado bajista, como apuntaba estos días Hugo Ferrer, pero sí es un indicador a vigilar que podría estar acercándonos a ese escenario.
(Fuente: Charles Schwab)
Por el lado de las políticas monetarias, la Reserva Federal de Estados Unidos ha estado endureciendo ligeramente su política los últimos dos años a través de la subida de los tipos de interés (la más reciente ha sido hace escasos días, situando los tipos de referencia en el 1,50%) así como, más recientemente, mediante la reducción de sus tenencias de bonos. Los datos de crecimiento, empleo y la reforma fiscal recién aprobada sugieren que estas subidas de tipos continuarán en 2018, acompañando un repunte de la inflación que se espera sea gradual.
Con este contexto macro de fondo, desde Charles Schwab recomiendan seguir estos tres consejos de cara a posicionar nuestras carteras en 2018.
1. Permanece invertido.
Es posible que algunos inversores estén deseando salirse ya del mercado dado que la curva de tipos de interés va camino de invertirse en alrededor de un año. Pero permanecer invertido ha demostrado ser el enfoque más acertado. Históricamente, el año anterior a la inversión de la curva de tipos ha sido positivo en términos de rentabilidad, con ganancias casi siempre de dos dígitos, tal y como puede observar en la tabla inferior. De media, la renta variable suele subir en torno a un 14% durante el año anterior a que la curva de tipos de interés anticipe una recesión y mercado bajista.
(Fuente: Charles Schwab)
Estas rentabilidades se producen a pesar de que las valoraciones en esos momentos previos a la inversión de la curva de tipos de interés suelen ser elevadas y casi siempre estar por encima de la media histórica.
2. Invierte de forma global.
Las rentabilidades que se obtienen durante el año anterior a la inversión de la curva de tipos de interés, suelen ser más elevadas en los mercados internacionales desarrollados y emergentes que en los Estados Unidos, debido a su mayor sensibilidad al ciclo económico y la inflación.
La tabla superior muestra que la rentabilidad de las bolsas de los mercados desarrollados (medido por el índice MSCI EAFE, índice que incluye empresas de mediana y gran capitalización de 21 países desarrollados de Europa, Australia, Asia y Oriente Medio, excluyendo Estados Unidos y Canadá.) en este escenario ha sido del 21% en media, en comparación con el 9% de Estados Unidos. Las rentabilidades de los primeros siempre ha sido superior, salvo en 1989. Durante ese año el dólar se revalorizó más de un 10%, lo que se tradujo en un menor rendimiento de las acciones internacionales medido en dólares (medido en moneda local, las acciones internacionales obtuvieron en realidad una rentabilidad superior a la de las acciones estadounidenses).
3. Rebalancea tu cartera.
Aunque es probable que 2018 sea positivo en términos de rentabilidad y merezca la pena seguir invertido y diversificar de forma global, es muy posible que no tenga sentido sobreponderar la renta variable dado el creciente riesgo de una recesión económica a medio plazo.
A medida que transcurra el año 2018, será aconsejable rebalancear las carteras ante el riesgo de una potencial recesión y mercado bajista que podría tener lugar, como pronto, en el año 2019.
De este modo, Charles Schwab apunta a que el próximo año será probablemente positivo para los mercados de renta variable, especialmente para las acciones de fuera de Estados Unidos. Otros analistas han pronosticado, para el caso de la bolsa americana, rentabilidades muy por debajo de la media, dado el sentimiento bursátil alcista que podría interrumpir el fuerte momentum positivo del mercado.
Si bien el riesgo de recesión se está incrementando, los expertos de Charles Schwab nos aconsejan seguir invertidos en renta variable (históricamente las rentabilidades antes de una inversión de la curva de tipos de interés han sido significativas), dar un mayor peso a las acciones europeas, japonesas y emergentes y conforme avanza y madura el ciclo económico (el crecimiento hace techo, la inflación y los tipos repuntan fuertemente), rebalancear la cartera reduciendo el peso en activos de riesgo.
[Nota: Este artículo es parcialmente una traducción del original publicado por Jeffrey Kleintop en la sección “Insights” de Charles Schwab. El lector puede seguir al autor en Twitter.]
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