El sector tecnológico está siendo protagonista de las caídas de estos días. Ayer el Nasdaq 100 caía un 3,3% frente al 1,7% del S&P 500, con fuertes desplomes en las FAANG (ahora sería FAANA). No solo Facebook está cayendo fuerte...
Captura vía @TomeuRamon
Se está comentando sobre la rotación de los flujos del sector tecnológico a otros sectores más defensivos como el consumo básico, utilities o de otro perfil como la energía. Hay mucho runrún sobre si esto puede significar el principio del fin, con implicaciones para el mercado en general… Pero, antes de lanzarse a estas conclusiones, un poco de contexto:
El Nasdaq 100 (línea roja) sigue batiendo por casi el doble al S&P 500 (azul) en el último año. Correcciones de este tipo del sector tecnológico ya ha habido en ocasiones anteriores en este periodo alcista, y estas compañías se han recuperado con vigor. Ahora está el tema Facebook, que puede tener sus implicaciones y gravedad, pero creo que es precipitado ser catastrofista en este punto. Tampoco digo que no pueda recrudecerse la situación (¿quién lo sabe?), simplemente que aún no hay base suficiente. Al final, a medio plazo, mandarán los fundamentales. Si las compañías siguen creciendo más o menos como hasta ahora, las cotizaciones seguirán subiendo.
Además de las circunstancias generales que están afectando al mercado, el sector tecnológico tiene alguna particularidad, que podría justificar una corrección mayor. Atención al siguiente gráfico via Zero Hedge:
Muestra la enorme magnitud de entradas de dinero al sector tecnológico en los primeros compases de 2018. Parece que el optimismo en el sector (como en el mercado en su conjunto) se pasó de rosca, y ahora se están sufriendo las consecuencias en forma de violentas correcciones en el sector en particular. Cuando el posicionamiento y sentimiento es extremo hacia el lado largo, suele ser un signo de que las cosas no irán como creen los largos (algo similar podría estar en funcionamiento en los bonos del Tesoro estadounidense). En el siguiente gráfico vemos como el “largo tech”, es decir, FAANG y BAT (Baidu, Alibaba y Tencent) es el más “masificado” (crowded) según los gestores de fondos globales que encuesta BofAML.
Ahora bien, todo esto es muy fácil ex post, después de que haya pasado. Porque, por ejemplo, el “short dólar” lleva tiempo en las primeras posiciones de los most crowded trades, y el posicionamiento favorable al euro es extremo desde hace tiempo… y sin embargo, el euro sigue muy fuerte.
Otro dato en este sentido:
Fuente: ¿Estamos ante una nueva reedición de la burbuja tecnológica? (mayo 2017)
Es una versión del mostrado antes. También se ven flujos masivos hacia el sector tecnológico, aunque la medida es diferente. Uno podría haberse puesto corto hace 1 año en el sector por ver este dato… y la jugada no le habría salido nada bien (+20% el Nasdaq 100 a 1 año, como hemos visto en el gráfico anterior). El caso de David Einhorn es un ejemplo (aunque su corto en Tesla probablemente le vaya a traer beneficios...).
Quiero decir: ahora que hay correcciones las justificamos fácilmente en que había mucho optimismo y los flujos eran masivos. Nos volvemos pesimistas. ¡Ah! qué fácil es ganar dinero poniéndose cortos, ¿verdad? Pero mientras las subidas eran fuertes podíamos ver un momentum muy fuerte justificado por buenos fundamentales.
¿Burbuja o no burbuja?
El otro día nos hacíamos eco del siguiente dato: el sector tecnológico tiene tanto peso en el S&P 500 como en 1999, en plena burbuja «punto.com». Mi opinión se acerca más a la de este post de Topdown Charts: No estamos ante la nueva burbuja puntocom, que incluía los dos gráficos siguientes:
En términos de valoración, el sector no está ni de lejos tan caro como en el 2000 (ni siquiera existe una prima apreciable respecto a la valoración del índice), además de que está mucho más consolidado, con unos beneficios y flujos de caja muy sólidos y crecientes. En esta línea, este artículo de Jorge Alarcón de hace unos meses discutía si el rally del sector tecnológico era una manifestación de una burbuja o de la mejora en los fundamentales. Más bien se decantaba por lo segundo. Esto no quiere decir que no haya casos concretos que coticen a valoraciones desorbitadas o tengan modelos de negocio muy frágiles que puedan sufrir castigos severos.
En fin, veremos cómo se desarrollan los acontecimientos...