¿Quién esperaba un comienzo de año como el que estamos teniendo? Probablemente nadie. Así es el mercado: una caja de sorpresas. La bolsa estadounidense está disparada, sorprendiendo incluso a los más alcistas. De hecho, algunos estrategas de Wall Street ya han visto superados sus objetivos para los índices de final de año. En poco más de dos semanas.
El mercado alcista va camino de cumplir nueve años, pero la aceleración de los últimos meses está siendo especialmente llamativa. No solo porque la pendiente se ha incrementado, como observamos en el gráfico superior, sino también por la ausencia de correcciones, ni tan siquiera del 3%. ¿Estaremos entrando en la última fase de ascensos del ciclo? ¿La fase de euforia en la que incluso los más pesimistas capitulan y se unen a la fiesta?
Desde Morgan Stanley recomiendan a los operadores protegerse ante posibles caídas del mercado y repuntes de la volatilidad, pese a lo difícil que resulta convencer de esto en un momento de elevado optimismo. En su opinión, lo más probable no es que se produzca un techo de mercado de forma inminente, dado que el positivo sentimiento y posicionamiento de los inversores puede continuar durante un tiempo. Pero alertan de la fragilidad de este rally: “hemos entrado en la última fase de euforia del ciclo”, en la que es más probable ver al S&P 500 en los 3.000 puntos que suceda un crash. No obstante, la ecuación rentabilidad/riesgo ha dejado de ser favorable para estos analistas, por lo que conviene “comprar puts”, es decir, un seguro frente a caídas de mercado. Por varias razones.
El posicionamiento y sentimiento alcista de los inversores en niveles extremos
En primer lugar, según los datos que maneja Morgan Stanley, los inversores están fuertemente posicionados al alza en renta variable (tanto a través de futuros como de opciones). En las últimas dos semanas, los inversores han elevado sus posiciones alcistas en futuros y opciones (calls) sobre el S&P 500 hasta el nivel más elevado desde al menos 2010, mientras que las posiciones bajistas en futuros y opciones (puts) están al nivel más bajo desde dicho año.
(Fuente: ZeroHedge)
Habitualmente, los inversores que tienen posiciones significativas en renta variable compensan ese riesgo comprando opciones put sobre acciones o índices bursátiles como el S&P 500. De este modo, en caso de que el mercado caiga, las opciones put protegerán la cartera de contado (acciones) de sufrir abultadas pérdidas. Pero en la actualidad, impulsados por las grandes rentabilidades recientes, muchos inversores han decidido que gastar dinero para cubrirse frente a grandes caídas es una pérdida de dinero, lo que puede interpretarse como un signo claro de optimismo y falta de prudencia. Esta falta de demanda por protegerse ha hecho que la compra de puts sea muy barata.
En el gráfico inferior se puede apreciar cómo el sentimiento alcista en Estados Unidos (medidos a través de la encuestas de Investors Intelligence) se encuentra en el nivel más elevado del actual ciclo alcista iniciado en marzo del 2009.
(Fuente: Tiho Brkan)
Los indicadores señalan que la volatilidad en las últimas jornadas (medida a través del índice VIX) ha estado ascendiendo conforme el mercado subía y que la mayoría de inversores piensan que es poco probable que la volatilidad aumente significativamente si el mercado cae. Según el equipo de estrategias cuantitativas y de derivados (QDS) de Morgan Stanley, una corrección de tan solo un 2% podría asustar a los inversores, disparando la volatilidad y empujándoles a buscar protección comprando puts, lo que incrementaría notablemente su valor.
La baja volatilidad que viene experimentando el mercado en los últimos años es un argumento utilizado de manera recurrente por los analistas más pesimistas del mercado. Blackrock apunta que dadas las favorables y estables condiciones de la economía real y las condiciones financieras, los niveles actuales de volatilidad no son nada anormal. Pero advierte de que esto podría cambiar ante un repunte significativo de la inflación o sorpresas negativas en el crecimiento, ya sea de EEUU o de China.
¿Cuál podría ser el detonante de la corrección en el corto plazo?
A juicio de Morgan Stanley, la problemática sobre el posible cierre del gobierno estadounidense o “shutdown” (si no se llega a un acuerdo tendría lugar el viernes 19 de enero), o el discurso del presidente Trump en el Estado de la Unión del 30 de enero, son potenciales catalizadores que podrían desatar la tan manida corrección del mercado y el repunte de la volatilidad. El cierre del gobierno es una situación en la que el gobierno suspende la prestación de todos los servicios públicos menos los considerados como "esenciales". Si bien el impacto de los “cierres del gobierno” no suele ser duradero en el tiempo, históricamente han originado correcciones de corto plazo. En la tabla inferior se puede apreciar el impacto que ha tenido en el S&P 500 los distintos cierres de gobierno que se han producido en las últimas décadas.
(Fuente: Zerohedge)
En esta línea, el analista Urban Carmel señala que el fuerte sentimiento alcista hace que a corto plazo la ecuación rentabilidad - riesgo de las acciones no sea favorable. Pero a pesar de este sentimiento de euforia que se está viviendo, los rendimientos al cabo de 3-6 meses suelen ser positivos. Asimismo sostiene que la tendencia alcista actual permanece intacta y está soportada por fuertes datos económicos, beneficios empresariales revisándose al alza y una amplitud de mercado sana y mejorando.
En definitiva, según la opinión de Carmel podríamos asistir a una corrección, pero sería puntual y una vez finalizada el mercado retomaría la senda alcista. Lo que los inversores de medio y largo plazo sí harían bien en vigilar es la probabilidad de que la economía pueda entrar en recesión de forma inminente.
¿Hay riesgo inminente de recesión?
En base a diversos indicadores, desde Wells Fargo Investment Institute no ven riesgos de recesión inminente. El indicador económico adelantado (The Conference Board) sigue en zona expansiva y ha repuntado en los últimos meses.
(Fuente: MarketWatch)
La curva de tipos de interés es el indicador más utilizado por los analistas e inversores para detectar una recesión. Una inversión de la curva de tipos de interés es vista como un signo claro de una pronta recesión. En la actualidad no existe inversión de la curva de tipos, si bien el aplanamiento de la misma está siendo objeto de amplio debate entre los analistas, ya que muchos lo ven como un signo de próxima inversión y recesión económica. Pero hay que recordar que el aplanamiento de la misma no implica necesariamente que una inversión de la curva de tipos es inminente. En este sentido, Enrique García, director de la cartera value de inBestia, indica que no hay señales de recesión inminente pero que si la expectativa de mayor inflación y tipos de interés a largo plazo repuntan de forma significativa, las señales de alerta se incrementarían.
(Fuente: inBestia)
De este modo, en Wells Fargo consideran que la economía de Estados Unidos está entrando en la parte final del ciclo económico. Se trata de un período caracterizado por un crecimiento económico moderado, endurecimiento de las condiciones crediticias, subidas de tipos de interés (actualmente los tipos de interés en Estados Unidos están situados en el rango 1,25-1,50% y las estimaciones de la Reserva Federal son de tres subidas adicionales para este año), presión sobre los beneficios empresariales y aumento de la inflación así como de la confianza (tanto de los inversores como empresarial). Es en este período cuando los mercados suelen hacer techo para posteriormente desarrollar un nuevo mercado bajista.
Así pues, el riesgo de asistir a una corrección bursátil de cierta entidad en el corto plazo parece cada día más elevada. Un fuerte sentimiento alcista por parte de los inversores, junto con la escasa percepción del riesgo que presentan éstos, no es la mejor combinación, lo que incrementa el atractivo de la compra de puts como recomiendan desde Morgan Stanley.
A medio plazo, la continuidad de las alzas dependerá de que se mantengan los buenos datos macro y de beneficios empresariales. Lo que sí debe tenerse en cuenta es que podemos estar en la última fase del ciclo de alzas bursátiles y de expansión económica. La vigilancia de la curva de tipos de interés, interpretada de la forma correcta, será clave en los próximos trimestres para valorar adecuadamente el riesgo de recesión.
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