La situación macroeconómica en Estados Unidos es compleja. Tal y como apuntaba Hugo Ferrer hace un par de semanas, “ni se está entrando en recesión ni se está produciendo una recuperación”. Y es que esa es la realidad. Por un lado tenemos datos macroeconómicos muy malos, como los relativos al sector manufacturero (ya está en recesión), la inversión de la curva de tipos de interés o las fuertes ventas por parte de los "insiders", mientras que por otro lado hay datos que reflejan que la economía todavía sigue creciendo a unos ritmos más que aceptables: el sector servicios sigue cómodamente en terreno expansivo y el indicador económico adelantado elaborado por The Conference Board (uno de los mejores termómetros a la hora de medir la salud de la economía) acaba de marcar nuevos máximos históricos.
Sin embargo, hoy queremos poner en el foco en la situación del mercado laboral. Si bien no podemos considerarlo como un indicador adelantado al ciclo económico (más bien coincidente), la realidad es que funciona muy bien a la hora de definir en qué punto del ciclo nos encontramos. Y es que estamos viendo algunas señales, todavía incipientes, que apuntan a que la desaceleración que ya está viendo el mercado laboral podría agravarse en los próximos meses. Actualmente la creación de empleo neto mensual sigue siendo la tónica general, si bien en los últimos meses, tal y como nos recordaban desde la cuenta de El Dato, “la creación de empleo mensual promedio en los últimos doces meses es la más débil de los últimos 7 años”. Se trata de una situación muy similar a la que se produjo antes de las últimas recesiones.
(Fuente: El Dato)
Uno de los datos que nos ha llamado la atención es el que hace referencia a las intenciones de las pequeñas empresas de contratar personal en los próximos meses. La encuesta llevada a cabo por la Federación Nacional de Negocios Independientes (NFIB por sus siglas en inglés), es decir, la asociación de pequeñas empresas más grande de Estados Unidos refleja que la intención de éstas de contratar personal en los próximos meses se ha parado. En el gráfico inferior vemos que se alcanzó un máximo a mediados del año pasado y desde entonces la situación se ha estancado.
(Fuente: NFIB)
Este dato puede no ofrecernos muchas pistas en un primer momento, pero si analizamos el mismo desde el punto de vista de su variación interanual podremos apreciar con mayor claridad el cambio de tendencia (aún incipiente) que se está produciendo. Si tenemos en cuenta que la correlación con el dato mensual de creación de empleo no agrícola es muy elevada, debemos considerar como más probable que en el futuro asistamos a cifras de creación de empleo sensiblemente inferiores a las de los últimos meses.
(Fuente: ISABELNET)
Las vacantes laborales (job openings en inglés), es decir, el número de puestos de trabajo que se ofertan, también están empezando a lanzar señales de advertencia. La tendencia alcista iniciada a finales de 2009 (justo cuando finalizó la recesión) se ha frenado y los últimos datos ya empiezan a señalar una reducción en el número de puestos de trabajo ofertados. Situación que guarda una gran similitud con la que vivimos durante el año 2007 y que desembocó en la última gran recesión.
Si visualizamos el dato desde el punto de vista de su cambio interanual, el cambio de tendencia iniciado a mediados de 2018 es todavía más claro y evidente.
(Fuente: Liz Ann Sonders)
Otro síntoma claro de que el mercado laboral se encuentra maduro, y probablemente lo que nos espera en los próximos meses es al menos una ralentización del mismo, es la encuesta llevada a cabo por la Universidad de Michigan en la que se refleja la probabilidad de los trabajadores de ser despedidos en los próximos cinco años. Como vemos, se acaba de situar en mínimos del actual ciclo expansivo y muy próximo a los niveles que se alcanzaron justo antes de la última recesión. Si bien esto puede interpretarse como señal de que la economía está funcionando “a toda máquina” y los trabajadores se muestran confiados en que la situación seguirá bien en el futuro, no es menos cierto que niveles como los actuales han marcado históricamente un techo en el mercado laboral y en el ciclo económico (tanto en la más reciente crisis financiera de los años 2008 como en los momentos previos al estallido de la burbuja tecnológica).
(Fuente: Lance Roberts)
Las peticiones iniciales de desempleo, uno de los datos más reactivos al ciclo que existen, se mantienen estables, en mínimos del actual ciclo económico y en niveles no vistos desde finales de los años 60. Un dato que viene a reflejar esencialmente lo mismo que los anteriores, es decir, que el mercado laboral sigue en forma pero que probablemente ha alcanzado su cenit.
Por último, y más recientemente, hemos conocido que la partida de empleo del PMI Composite de Estados Unidos elaborado por Markit Economics (no confundir con los ISM Manufacturing y Non Manufacturing) se ha situado en terreno recesivo (49,4) por primera vez en el actual ciclo expansivo y apunta a una desaceleración más que significativa (incluso destrucción de empleo) en los próximo meses. Chris Williamson, economista jefe de Markit Economics afirma que “los empleos también se están recortando en las empresas encuestadas por primera vez desde enero de 2010, ya que las empresas se han vuelto más reacias al riesgo y cada vez más ansiosas por reducir costes”.
(Fuente: Heisenberg Report)
En definitiva podemos afirmar que aunque la situación del mercado laboral sigue siendo positiva (aún no se está destruyendo empleo), estamos empezando a atisbar signos que señalan que el deterioro podría estar cada vez más cerca. Determinar las causas que están detrás de este empeoramiento no es fácil, pero a buen seguro que la recesión que vive el sector manufacturero estadounidense ha sido uno de los contribuyentes. Por suerte, el sector servicios, con un peso cercano al 80% en el PIB del país, aún sigue creciendo a tasas razonablemente positivas y está evitando que este incipiente deterioro del mercado laboral vaya más. Sin embargo, si la guerra comercial continúa es altamente probable que acabe impactando en el sector servicios y en su mercado laboral, con todas las negativas implicaciones que tendría para la economía estadounidense y mundial.
Otros artículos relacionados publicados por el equipo de inBestia:
Puedes consultar todos los artículos de este blog en el siguiente enlace: aquí