En la búsqueda de información que nos arroje algo de luz acerca de lo que podrían depararnos los mercados bursátiles en los próximos meses, nos hemos topado con unos datos que no son, a primera vista, nada positivos para éstos de cara al medio plazo. Estamos hablando de los movimientos de los “insiders”, es decir, los altos directivos y ejecutivos de las grandes compañías. Los últimos datos recopilados por Smart Insider, compañía británica dedicada al análisis de los movimientos llevados por los “insiders” de las compañías en relación con las acciones de sus propias empresas, reflejan que este año está siendo el más activo desde el año 2000, justo antes del estallido de la burbuja tecnológica. En lo que llevamos de año, los “insiders” han vendido acciones por valor de 19.000 millones de dólares y las estimaciones apuntan a que finalizarán el año en torno a 26.000 millones de dólares, lo que sería la cifra más elevada desde el año 2000 (es decir, en casi veinte años), en el cual vendieron acciones por valor de 37.000 millones de dólares.
(Fuente: Financial Times)
Entre los “insiders” que más han vendido, según los datos facilitados por Smart Insider, destacan miembros de la familia Walton (Waltmart) con ventas estimadas en unos 2.200 millones de dólares, ejecutivos de Estée Lauder o del grupo textil Lululemon Athletica. Mike Mullany, director de investigación de mercados globales de Boston Partners, señala que este aumento en la venta de acciones por los “insiders” ha estado alimentado por la incertidumbre sobre el crecimiento global, la guerra comercial y las elevadas valoraciones. En esta misma línea, Troy Gayeski, codirector de inversiones de SkyBridge Capital, señala que los recientes movimientos de los bancos centrales, como respuesta al deterioro de la situación económica, son una señal de que las compañías esperan que sus beneficios se frenen.
Los inversores suelen utilizar los movimientos de los “insiders” como un reflejo de la confianza de éstos en sus empresas. Cuanto más compran, mayor confianza teórica reflejan en sus empresas, lo que suele interpretarse por los inversores como una señal alcista. Del mismo modo, elevados niveles de venta suelen ser interpretados como señal de problemas futuros o de que la valoración de la compañía ha alcanzado niveles muy elevados.
Sin embargo, y aunque estas cifras puedan parecer alarmantes en primera instancia, los inversores deberían ser muy prudentes a la hora de interpretar este tipo de datos. Si bien no es una buena noticia que los “insiders” estén vendiendo sus propias acciones a uno de los ritmos más elevados de los últimos diez años (justo con los índices bursátiles estadounidenses en máximos, en medio de una interminable guerra comercial y con la sombra de una recesión planeando sobre la economía), los motivos que les han podido llevar a estos a deshacer sus posiciones pueden ser muy variados y no estar relacionados directamente con la inmediatez de un mercado bajista.
Puedes consultar todos los artículos de este blog en el siguiente enlace: aquí