Las fuertes caídas que estamos viendo en todas las plazas bursátiles es algo que posiblemente haya pillado por sorpresa a muchos inversores, ya que hasta hace unas pocas sesiones cada recorte de los mercados era visto como una oportunidad para incrementar posiciones.
Sin embargo, y a la vista del gráfico inferior, no creemos que esta situación haya sido una sorpresa excesiva para los inversores institucionales (la expresión “private clients” hace referencia a clientes con altos patrimonios, como grandes inversores, family offices o inversores institucionales), ya que éstos han estado aumentando progresivamente su exposición al “cash” (en forma de letras del Tesoro estadounidense) desde principios del año 2015 hasta situarse actualmente en el nivel más elevado de los últimos catorce años, sólo superado por el alcanzado justo en los inicios de la crisis financiera de los años 2008 y 2009.
(Fuente: Zerohedge)
Si echamos un rápido vistazo al gráfico, vemos como este giro hacia el efectivo ha sido mucho más intenso desde finales del año pasado. Y es precisamente desde hace unos pocos meses cuando la situación macroeconómica se ha empezado a desacelerar de forma significativa, con el sector inmobiliario lanzado preocupantes señales, los indicadores económicos adelantados elaborados por la OECD girando a la baja, la masa monetaria de la Eurozona creciendo a uno de sus ritmos más lentos de los últimos años o la economía europea dando claros signos de debilidad en sus sectores servicios y manufactureros.
Está por ver si las actuales caídas bursátiles son simplemente una corrección dentro de la senda alcista aún vigente o si por el contrario nos encontramos en las primeras etapas de un nuevo mercado bajista. La última vez que vimos a los inversores institucionales con unos niveles de cash tan elevados como los actuales se produjo uno de los mercados bajistas más intensos de las últimas décadas. ¿Esta vez es diferente?
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