Esta es una de las preguntas que se hace John Huber, de Saber Capital Management (de quien ya hablamos en este artículo), en un texto reciente: ¿Cómo puedo pensar que yo, como inversor, tengo una ventaja sobre el mercado a la hora de invertir en grandes compañías cuya visibilidad y cobertura por parte de los analistas es enorme? ¿Me considero más listo que ellos? ¿Acaso conozco cosas que el mercado no? Y si no tengo ninguna ventaja, ¿qué hago invirtiendo en valores individuales?
Normalmente, este tema de las ventajas sobre el mercado (el “edge”) se enfoca en esta línea, poniendo el énfasis en la información: qué sabes tú que no sepan los demás. Desde esta perspectiva, tendría poco sentido invertir en compañías como Apple, Alphabet o Facebook, porque son muy seguidas y el conjunto de analistas y el mercado deberían entenderlas y valorarlas bien. Esto es muy diferente en las small caps, en las que la cobertura puede ser incluso nula, y el tener una ventaja de información puede ser relativamente fácil.
Sin embargo, algo empieza a fallar en esta línea cuando vemos las enormes fluctuaciones de la cotización de algunas de estas compañías en un tiempo muy pequeño. Eso no es precisamente síntoma de que el mercado las entienda bien. Se puede poner el ejemplo de Facebook en los últimos meses, sufriendo una caída del 20% tras el escándalo de Cambridge Analytica, para volver a niveles anteriores hoy (también es verdad que el comportamiento del mercado en su conjunto influye).
O Apple también en los últimos meses al calor de rumores e informaciones sobre la cadena de suministros, que hicieron a los analistas rebajar sus estimaciones… para luego volverlas a subir tras los resultados. Hoy la tenemos rozando máximos históricos.
Pero el caso de Apple también se podría usar en este sentido yéndonos unos años atrás, cuando la cotización sufrió un severo castigo ante los miedos de commoditización, etc etc. cuestiones que traté en un artículo de finales de 2014. O simplemente viendo cómo se ha doblado en apenas dos años.
John Huber escribe que “Apple y Tencent son ejemplos de cómo incluso las compañías más grandes del mundo pueden estar significativamente mal valoradas de vez en cuando, y creo que a día de hoy Google y Facebook encajan también en esta categoría”. Estas dos últimas compañías ofrecen para él una de las oportunidades más atractivas del mercado a día de hoy en términos de riesgo/recompensa. En resumen sobre por qué piensa esto, señala:
Es algo sorprendente que FB y GOOG coticen a un Free Cash Flow Yield de alrededor del 5%, lo que está más o menos en línea con los promedios del mercado en su conjunto. Esto es a pesar de los retornos prácticamente infinitos sobre el capital tangible, las posiciones monopolísticas de sus respectivas industrias, los grandes mercados accesibles (addressable market) y el enorme crecimiento. FB recientemente cotizó a cerca de 20 veces lo que ganará este año, a pesar del crecimiento de sus ventas en un 49% y sus beneficios en un 63% interanual. Google tiene una valoración similar, después de contabilizar su montaña de caja de 100.000 millones de dólares (y sumando), y está creciendo en beneficios y ventas a más del 20% en la actualidad. La típica blue chip grande del S&P 500 cotiza con una valoración similar o superior, a pesar de las tasas de crecimiento que a menudo se encuentran en el rango de un solo dígito (por no hablar de las posiciones competitivas que, en mi opinión, son mucho más débiles).
Entonces, ¿de dónde derivan, Huber por ejemplo, esa ventaja si no es de la información? Efectivamente, el gestor de Saber reconoce que en estas compañías no existe posibilidad de tener una ventaja de información, pero explica que:
...cuando se trata del comportamiento humano y de pensar de manera diferente acerca de un cierto conjunto de hechos ampliamente reconocidos, puede haber una ventaja. El optimismo, el pesimismo, la paciencia, el miedo y la codicia, y otros patrones de comportamiento humano existen en todas las geografías, sectores industriales y tamaños de compañías. Y esto es parte de la razón por la que incluso los precios de las acciones de gran capitalización fluctúan tanto en el mercado de valores.
Lo importante y primero aquí es, obviamente, hacer tus deberes respecto a la compañía, conocerla muy bien, entender sus ventajas competitivas (si las tiene). Hecho este trabajo, el mercado te puede presentar oportunidades, ya sea en empresas pequeñas o en empresas grandes. En algunos casos, puede que muchos piensen que por ser muy grandes y seguidas, es imposible encontrar ineficiencias. Pero como los casos anteriores muestran, es posible.
Puede que sea porque el mercado tenga un horizonte temporal de muy corto plazo, y tú inviertes a 5 años vista como mínimo (time-horizon edge). Así por ejemplo, puedes aprovecharte de una fuerte corrección en una empresa tras presentar unos resultados trimestrales flojos que no cambian nada la imagen de la empresa a largo plazo.
O puede que, como explica Huber, “el mercado infravalore ciertas compañías que tienen fosos defensivos realmente fuertes debido a que con frecuencia esta durabilidad permite que su exitoso desempeño se extienda durante más tiempo del que muchos esperan”.
En definitiva, este inversor afirma que su trabajo no consiste en tener las ideas más originales del mercado, sino en generar rentabilidades elevadas asumiendo el mínimo de riesgo posible. Y para ello, el valor puede encontrarse tanto en grandes y muy conocidas (pero mal entendidas o infravaloradas) compañías, como en pequeñas joyas cuyo seguimiento es nulo.
Fuentes: