Los catastrofistas con buena pluma y buena capacidad comercial, ganan mucho dinero vendiendo libros y boletines. Pero sus lectores (que también son catastrofistas) no ganan dinero siguiendo los consejos y enseñanzas del escritor catastrofista.
Siempre hay buenos argumentos para ser catastrofista, es decir, para tener miedo. Y resulta casi imposible convencer a los pesimistas de que siendo válidos sus argumentos, sus conclusiones no son correctas. Sin embargo, la historia y la estadística no les dan la razón, todo lo contrario (ver mi post: “¿Es de locos ser optimista? La historia no apoya a los pesimistas”). Además, desde un punto de vista más práctico-filosófico, se suele decir que: “el futuro, o es optimista o no será”. Así que apostar por el fin del mundo no tiene mucho sentido: si aciertas, lo vas a pasar muy mal, y si te equivocas, también.
Quien dice libros, dice artículos, posts y webs. El ejemplo más llamativo es la web zero hedge, fundada en enero de 2009, dos meses antes del punto y final de la mayor crisis bursátil y financiera desde la gran depresión de los años 1930 en EEUU. Obviamente esto no es casualidad: la web se funda y tiene éxito porque el público siente miedo y es pesimista, por lo que zero hedge simplemente atiende esa demanda y ofrece el servicio que “la masa” necesita. Es una de esas señales “contrarian” que recuerdan una vez más que la masa como grupo, se equivoca estrepitosamente en los picos y suelos de grandes ciclos, vendiendo en masa cuando lo correcto es comprar agresivamente, y comprando todos a una, cuando lo correcto es salir corriendo del mercado. En ambos casos, hay que nadar a contracorriente...y la corriente es muy fuerte. Hoy día parece fácil, pero en medio de esos techos (euforia) y suelos (pánico), es muy, pero que muy difícil, llevar la contraria a todo el mundo. Principalmente porque todos los argumentos que oyes a tu alrededor explican y justifican lo que está ocurriendo, y parecen muy buenos argumentos. Y sobre todo, porque los argumentos optimistas no existen, así que o los generas tú...o te tienes que tirar a la piscina sin saber si hay agua. Por eso siempre digo que en esos momentos la filosofía es superior a la ciencia: tú sabes que psicológica y conceptualmente, es momento de comprar, pero es muy posible que te falten argumentos para hacerlo (argumentos pseudo-científicos, puesto que la economía no es una ciencia como la química o la física). Así que resulta doblemente difícil comprar en los grandes suelos de mercado y vender en los techos: tienes que ir en contra de literalmente todo el mundo (con el riesgo de pasar por tonto) y tienes que hacerlo probablemente con la sensación de que tus argumentos son muy poco sólidos frente al torrente de malas noticias y argumentos bajistas que oyes por todas partes.
Desde la fundación de zero hedge, el S&P 500 ha subido un 240% aproximadamente. Dado que desde su fundación se dedican a avisar del fin del mundo y publicar artículos bajistas sobre la bolsa, puede decirse que difícilmente podemos encontrar un servicio de peor calidad, un servicio más destructor de valor para sus lectores y usuarios. Y sin embargo, ahí siguen, publicando cada día con una audiencia envidiable. Los lectores y usuarios de la web, probablemente se sienten muy contentos con una web que les alerta y les avisa de los riesgos y trampas del mundo en que vivimos. Pero ocurre algo parecido que con los votantes de partidos políticos que en caso de gobernar, destruirían riqueza y empobrecerían especialmente a los que votaron por ellos. Esto es así, pero aunque ocurra, el ser humano negará esa realidad, y sus votantes siempre considerarán que los culpables son “otros”. Su fidelidad no flojeará, ¡ al contrario !
Me alucina que tenga éxito una web perma-bear (siempre bajista) como zero hedge, y no porque sea bajista, sino porque publica exclusivamente artículos negativos, y la objetividad es evidente que brilla por su ausencia, aunque por supuesto, los argumentos que presenta parecen de gran calidad. Es un poco como el canal de TV “La Sexta”: ¿acaso no ven los lectores y televidentes que les están tomando el pelo y simplemente son negocios que explotan sus debilidades? No hay ninguna buena intención ni en los periodistas de la sexta ni en los redactores de zero hedge: es puro negocio, pura explotación de un nicho de mercado, donde el respeto a los consumidores (seres humanos) no existe. Dicho de otra manera, son medios que faltan al respeto a sus clientes (aunque no digo que los demás medios tengan un respeto escrupuloso por la verdad y por los “clientes”...). No hay respeto porque los clientes no demandan la verdad, sino una línea editorial que confirme sus creencias y prejuicios. En este sentido sí que respetan a sus clientes, puesto que les ofrecen exactamente lo que quieren.
Como en el famoso “timo de la estampita” es imprescindible que el timado se considere muy listo y trate de timar al otro, es decir, es necesario que el timado intente timar al otro. Pues bien, en la tele y en zero hedge hacen que la gente se sienta “superior”, porque “han descubierto o saben algo que la mayoría no sabe”.
Cuando deje de leer artículos catastrofistas y anunciadores del fin del mundo en los mercados y las economías desarrolladas, me asustaré de verdad. Mientras tanto, no bajo la guardia, en absoluto, pero mi escepticismo sigue siendo alto. Me sigue alucinando que a estas alturas del ciclo (al menos en apariencia) haya todavía tal nivel de alarmismo, más propio de suelos de ciclo que de techos. Como comenté en un artículo reciente, el sentimiento es la variable clave de los mercados (ver “Las emociones mueven el mundo”). Y tras haber alcanzado en diciembre un extremo de pánico, me cuesta ver un mercado bajista inminente. Ya lo veremos, porque insisto, no bajo la guardia para nada. Creo que probablemente hemos entrado en la fase final de ciclo pero no tengo prisa. De hecho, considero que en bolsa a largo plazo, no hay que intentar ser el primero en anticipar nada: es mucho mejor ser de los últimos y esperar a constatar en vez de anticipar.
Por otro lado, tampoco quiero cerrar la puerta a un mercado alcista explosivo, y en concreto, a la posibilidad de ver un rally significativo en Europa (y sorprendente para la mayoría), tirado por sectores muy castigados, denigrados e incluso odiados, como la banca, las telecos o el sector del automóvil. La banca cotiza a unos ratios de valor en libros del 50-70%, lo cual es un ratio históricamente bajo, y el sector del automóvil es una de las mayores apuestas “value”, con valores como Renault cotizando a PER 3-4 (históricamente ridículo). Las petroleras tampoco están caras (siempre que el petróleo no se hunda, cosa que según los expertos parece poco probable durante los próximos años…) así que no me parece nada descabellado imaginar un tirón alcista mayor en las bolsas europeas, tras el pesimismo extremo alcanzado en 2018.
Termino mostrando algunos gráficos: primero, el canal alcista del índice suizo SMI en su versión Total Return (dividendos incluidos), donde hay que destacar las dos últimas velas blancas mensuales, que suponen nuevos máximos históricos. Es decir, estamos en una ruptura de continuación alcista, después de una especie de fallo bajista que en realidad ha supuesto un apoyo en la base del canal alcista de fondo.
Segundo, el CAC40 francés, que está rebotando en vertical desde mínimos. El gráfico en velas semanales ha superado las expectativas de los más optimistas. De nuevo en la parte central del rango de fluctuación lateral de estos últimos años, pero después de un amago de crack, significa que existe fortaleza de fondo. Eso no excluye una caída del 3-4% durante las próximas semanas (la sobrecompra es fuerte), pero a 3-9 meses no me sorprendería que terminara superando los máximos de 2017 y 2018.
El IBEX ha superado una resistencia importante, cuya proyección alcista se sitúa cerca de los 10.000 puntos. Además, esto ocurre después de un fallo bajista (círculo amarillo), lo cual le da más fiabilidad.
Para terminar, el Euro Stoxx 50, cuya verticalidad en el rebote es igualmente sorprendente. La sobrecompra (como actualmente) es habitualmente una señal de que difícilmente se seguirá subiendo a ese ritmo. Sin embargo, a veces esa sobrecompra se traduce en más subidas. ¿Cuándo? Pues cuando estamos ante un movimiento tendencial de un horizonte temporal superior al que se observa en el gráfico (que es donde hay lectura de sobrecompra). Ahí es cuando una situación de sobrecompra se extiende en el tiempo, y pilla a contrapie a todos los especuladores que están convencidos de que “esto tiene que corregir”. ¿Estamos ahora en uno de esos movimientos tendenciales o “saltos de mercado”? En mi post de hace dos semanas sobre las bandas de bollinger muestro cómo la mayoría de las sobrecompras se resuelven a la baja (corrigiendo) pero unas pocas se traducen en significativos movimientos tendenciales. En ese post expongo mi opinión de que el momento actual podría ser uno de esos saltos o movimientos tendenciales.
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