En mi artículo anterior estuve razonando por qué, esta vez sí, considero que tiene sentido plantear que hemos entrado en la fase final de ciclo. Hay motivos macro (desaceleración crecimiento mundial, guerra comercial, subidas de tipos y políticas monetarias más restrictivas), aunque habrá que seguir vigilando la evolución de estos factores y de otros como el empleo y la evolución del crédito. Hay motivos técnicos porque el susto de finales de 2018 constituye el aviso más serio de todo este ciclo alcista, y tiene más relevancia al ocurrir después de 9 años alcistas y una subida significativa (hablo de las bolsas USA), por lo que seguiremos la evolución durante los próximos meses y trimestres para ver si cobra sentido que este gran susto sea la primera piedra de una gran estructura de techo. Insisto en este punto: no doy por hecho el techo, simplemente planteo que podría tener sentido durante los próximos meses o trimestres. Por lo tanto, no doy por terminada la tendencia alcista de largo plazo, aunque me preparo para esa eventualidad.
En dicho post anterior no hablé de los motivos fundamentales ni del sentimiento. A nivel fundamental hace años que se puede hablar de mercado caro, pero no tanto como argumentan los bajistas. El CAPE ha perdido relevancia a nivel histórico, y debemos considerar que desde 1980 hemos entrado en una nueva era. Las FAANG y sector tech en general están caras, sí...pero es probable que lo sigan estando. Así que no creo, en absoluto, que estemos en una burbuja, pero sí en un mercado caro donde existe poco margen para las sorpresas al alza, y en cambio hay espacio para algún susto a la baja. Por lo tanto, a nivel de valoración fundamental, también tiene sentido plantear un próximo techo en formación, aunque recordando que los fundamentales no sirven para nada a la hora de determinar el timing.
A nivel de sentimiento, 2018 ha sido el año de los extremos. Pasamos del extremo de optimismo en enero a extremo de pesimismo en diciembre. ¿Qué significa esto? Pues sencillamente que 2018 ha sido el año de la vuelta a la volatilidad, después de un año 2017 que batió récord histórico de baja volatilidad. Los mercados son un péndulo, y aunque las formas cambian y se enmascaran para despistar, en realidad no hay nada nuevo bajo el sol.
Mi escenario principal es que no existe una euforia ni remotamente parecida a la que se da en los techos de mercado asociados con burbujas. Esto no significa que no se pueda formar un techo, porque no todos los techos implican burbuja. Eso sí, las consecuencias no son las mismas: después de una euforia y una locura de optimismo, las crisis que vienen son muy destructivas. En 2000-2003 el Nasdaq100 cayó un 80% (hablamos de un índice…). En 2008-09 el SP500 cayó un 55%. En cambio, los techos y correcciones posteriores sin euforia previa, en principio son más suaves. Digo “en principio” porque una guerra o cualquier otro evento extremo de tipo “cisne negro” podría provocar una caída fuerte sin euforia previa. Cualquier estrategia de inversión de largo plazo debe tener en cuenta qué pasaría si ocurriera alguno de estos cisnes negros: ¿sobreviviría mi cartera y mi patrimonio? Por remota que sea esa posibilidad, siempre hay que asegurarse de sobrevivir.
En el siguiente video que he subido a mi canal de youtube, hablo en detalle de la situación técnica de los índices a muy largo plazo, desarrollando los gráficos que puse en mi último post. El objetivo es describir qué significa eso de “hemos entrado en zona de techo aunque los índices podrían subir un 30-50% adicional”. Básicamente significa que podríamos estar en un momento parecido a 1998 (pero a menor escala), cuando realmente la bolsa hizo techo (la mayoría de valores marcaron techo de largo plazo en ese año), pero los índices siguieron subiendo otro 50% (el SP500) o 220% (el Nasdaq), desde los mínimos de la corrección de 1998 hasta el techo de marzo de 2000.
Al final del vídeo comento el gráfico que pongo a continuación, donde hago un ejercicio de “imaginación”, buscando una posible extensión alcista. Me sale una subida adicional del 30% desde los niveles actuales del S&P500, para que los retrocesos de Fibonacci cuadren perfectamente con los niveles clave de soporte que se han ido formando a lo largo del ciclo alcista.
Antes de poner el vídeo, os dejo con las consecuencias prácticas de mi escenario, a nivel de operativa y estrategia:
- En una zona de techo, la volatilidad y el ruido crecen -y en principio también el volumen, aunque estoy hoy día es muy relativo, debido al peso de la operativa automática (máquinas y algoritmos)-.
- Antes de girarse, un mercado alcista se desacelera: esto es un techo. Por lo tanto, no hay que tener prisa por ponerse bajista, ni tampoco por “dejar de ser alcista”.
- Se estaría formando una onda quinta de Elliott, o una onda B, lo cual tiene implicaciones potencialmente muy especulativas. Es decir, puede darse un mercado explosivo, con sobrecompras fuertes (tal y como estamos viendo en esta “vuelta en V”).
- Si realmente se está empezando a formar un techo, entonces “ya no habría tendencia”, y por lo tanto no tiene sentido ya una estrategia basada en la operativa tendencial. Si tenemos en cuenta el punto anterior, tendremos que decidir en cada momento si nos interesa “apostar por una extensión alcista y más sobrecompra”, o preferimos asumir el riesgo de “dejar marchar al mercado”.
- La contradicción entre los puntos 3 y 4 se resuelve, una vez más, teniendo en cuenta los distintos horizontes temporales, me explico. La parte especulativa (punto 3) es de corto-medio plazo (horizonte semanas o meses como mucho), mientras que la parte de “no tendencia” (punto 4) es de largo plazo (horizonte años). Por lo tanto, la estrategia es la siguiente:
- No dar por terminado un tramo alcista de corto plazo (días / semanas) solo porque hayamos entrado en sobrecompra. Tiene sentido esperar “extensiones” alcistas que retrasan el momento de consolidar o corregir, tal y como está ocurriendo ahora mismo a finales de enero.
- En zonas de sobrecompra o resistencias de largo plazo, no debemos apostar por extensión alcista, porque no es momento de fugas alcistas de largo plazo.
- A nivel de estrategias de opciones, todo esto significa que la estrategia de venta de PUTs tiene sentido: si se forma techo (movimiento lateral), se batiría al mercado. Si en vez de techo, se produce una extensión alcista, entonces la venta de PUT daría beneficio, pero no batiría al mercado. Para eso habría que combinarlo con otro tipo de operativa, como la simple compra de CALL, que en un mercado especulativo es precisamente donde es más interesante. Ambas cosas son las que estamos desarrollando ahora mismo en mi servicio de estrategias y cartera de opciones.
Servicio de Estrategias y Cartera de opciones: si estás interesado en la operativa con opciones, tanto a nivel especulativo como a nivel de cobertura de carteras de acciones y fondos, consulta aquí los detalles del servicio. Cualquier duda que tengas, no dudes en preguntarme.