El mundo de la bolsa y la inversión está rodeado de leyendas, mitos y creencias populares que, en la mayoría de los casos, son directamente falsas o no se corresponden totalmente con la realidad diaria de los mercados. Uno de estos ejemplos es aquella teoría que dice que las “small caps”, es decir, las pequeñas compañías, se comportan habitualmente como indicadores líderes del mercado.
En este sentido, el analista Urban Carmel trata de desmontar esta creencia que existe en relación con las “small caps” y su carácter de indicador adelantado de mercado. A mediados del mes de junio el S&P 500 marcó nuevos máximos históricos, el Dow Jones igualó el nivel alcanzado en octubre del 2018, el Nasdaq se quedó escasamente a un 1% de los anteriores máximos históricos y el Russell 3000 (índice que agrupa al 98% de las acciones cotizadas en el mercado estadounidense), tal y como vemos en el gráfico inferior, superó los máximos del pasado mes de mayo (a día de hoy, estos niveles ya han sido superados en algunos índices como el S&P 500). Por lo tanto, la primera conclusión que se puede extraer es que la salud global del mercado es razonablemente positiva.
(Fuente: The Fat Pitch)
Sin embargo, muchos inversores y analistas están alertando de la debilidad relativa del Russell 2000 (indicador por excelencia de pequeñas compañías). Actualmente, está cotizando en torno a un 11% por debajo de los máximos alcanzados en agosto de 2018 y la rentabilidad acumulada desde noviembre de 2017 es prácticamente nula.
(Fuente: The Fat Pitch)
Así pues, la cuestión radica en saber si los inversores deberían preocuparse más por la debilidad patente del Russell 2000 o por la fortaleza del resto de índices. Tal y como apunta Urban Carmel, la mayoría de gestores de fondos entrevistados en Bloomberg en relación con esta cuestión señalan que los inversores deberían estar más preocupados por la debilidad del Russell, ya que consideran que éste es un buen barómetro de la economía y un indicador adelantado para el resto de los índices.
Uno de los gráficos que utilizan estos gestores para defender su tesis es que la debilidad del Russell 2000 frente al resto de índices es un indicador de debilidad económica interna, lo que habitualmente se traduce en caídas posteriores de los grandes índices (Dow Jones, Nasdaq Composite, S&P 500).
(Fuente: The Fat Pitch)
Sin embargo, la realidad es muy diferente. En el gráfico inferior se muestran las veces durante los últimos 11 años en las que el Russell 2000 se ha quedado rezagado frente al S&P 500 (como está sucediendo en la actualidad). En la mayoría de las ocasiones no sólo no ha habido debilidad económica, sino que el S&P 500 ha estado muy cerca de formar un suelo de mercado (y no al inicio de una caída bursátil como apuntaba el gráfico anterior).
(Fuente: The Fat Pitch)
Un buen ejemplo que demuestra el error de esta argumentación es lo que sucedió durante la década de los 90. Como vemos en el siguiente gráfico, la revalorización de más del 250% del S&P 500 desde el año 1995 hasta el estallido de la burbuja tecnológica fue acompañado por un claro “underperformance” del Russell 2000. Es decir, estamos ante una divergencia que duró algo más de seis años. Y lo que es más notable es que el techo de mercado alcanzado a finales del año 2000 (y posterior caída del 50% en los principales índices bursátiles) ocurrió justo después de un período de increíble “outperformance” de las small caps (justo lo contrario de lo que señala la creencia popular).
(Fuente: The Fat Pitch)
Mark Hulbert, analista de MarketWatch, ha llevado a cabo un par de estudios para mostrar lo erróneo de esta tesis. El primero de ellos muestra que el S&P 500 ha tenido mayores rentabilidades cuando se ha comportado mejor que el Russell 2000 (justo lo que está sucediendo actualmente), mientras que cuando el Russell 2000 ha sido quien ha liderado el mercado, las rentabilidades del S&P 500 han sido negativas.
(Fuente: The Fat Pitch)
El segundo estudio refleja que en los últimos 29 techos de mercado desde 1926, el Russell ha hecho techo con posterioridad al S&P 500 en más de la mitad de las ocasiones. Esto significa que si en la actualidad el Russell estuviera comportándose mejor que el S&P 500 sería realmente un motivo serio de preocupación (sin embargo, la realidad es la contraria).
(Fuente: The Fat Pitch)
Pero, ¿por qué sucede esto? Según apunta Urban Carmel, el Russell 2000 es un índice mucho más pequeño que el S&P 500, Dow Jones o Nasdaq. El S&P 500 representa el 74% de la capitalización bursátil de todo el mercado frente al 8% del Russell 2000. Por ello, no parece lógico pensar que una pequeña parte del mercado proporcione más información útil sobre la salud interna del mercado que la que aporta el S&P 500.
(Fuente: The Fat Pitch)
Las compañías del Russell 2000 tienen una capitalización media de 1.300 millones de dólares, frente a los 50.000 millones de dólares de las compañías del S&P 500. Estas pequeñas compañías, mucho menos seguidas por los analistas de Wall Street, son mucho más especulativas. A juicio de Carmel, esta es la clave de todo el problema. Cuando los inversores son alcistas, lo normal es esperar que el Russell 2000 tenga un mejor comportamiento que el S&P 500. Lo contrario también es cierto cuando los inversores son bajistas, ya que éstos venden fundamentalmente aquellas pequeñas compañías que son más especulativas.
Por último, es importante poner en perspectiva este reciente “underperformance” del S&P 500. El comportamiento del Russell 2000 está en línea con el del S&P 500, tanto desde el techo de mercado de octubre de 2007 como desde el suelo cíclico alcanzado en marzo de 2009. Desde entonces, períodos de “outperformance” han sido seguidos por períodos de “underperformance”, por lo que lo que estamos viviendo en estos últimos meses no es más que una reversión a la media, tal y como sucedió en 2010, 2011, 2016 y 2018.
(Fuente: The Fat Pitch)
De este modo, todos los índices bursátiles estadounidenses están en máximos históricos, con la única excepción del Russell 2000. Históricamente, una situación como la actual (“underperformance” del Russell 2000 frente al S&P 500) ha sido síntoma de suelo de mercado en el S&P 500, no de un techo de mercado. Por lo tanto, los inversores deberían estar más preocupados si la situación fuera exactamente la contraria, es decir, si las pequeñas compañías (más especulativas y con mayor beta) fueran las que lideraran el mercado (en ocasiones anteriores ha sido síntoma de techo de mercado).
Por ello, y como bien nos ha mostrado Urban Carmel, es importante desconfiar de aquellas teorías y creencias populares, puesto que en la mayoría de los casos son simplemente “medias verdades”. Y aún en el caso de que estas sean ciertas, basar nuestra toma de decisiones en ciertas pautas temporales no parece una estrategia muy sensata.
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[Nota: este artículo es parcialmente una traducción del original publicado por Urban Carmel en The Fat Pitch. El lector puede seguir al autor en Twitter.]
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