La “vuelta en v” del S&P 500 ya se ha completado en su totalidad -históricamente tras un movimiento de este tipo suele verse cierta consolidación en los precios, tanto a corto como a medio plazo-, pero a pesar de la fortaleza que están mostrando los índices estadounidenses, los principales gestores no se fían del actual rebote.
Según los últimos datos conocidos de la encuesta mensual de Bank of America Merrill Lynch, los niveles de liquidez en las carteras se han disparado hasta niveles no vistos desde enero de 2009 (en aquel momento el mercado acumulaba un desplome cercano al 50%, mientras que en la actualidad nos encontramos escasamente a un 6% de máximos históricos en el S&P 500). O más exactamente, el porcentaje neto de gestores que dicen estar sobreponderados en liquidez, ha alcanzado máximos de muchos años.
No es de extrañar que la liquidez, las empresas relacionadas con el sector de la salud (tradicionalmente considerado un sector defensivo) y el consumo discrecional hayan pasado a ser las apuestas principales de los gestores. Del mismo modo, han reducido de forma importante su exposición a renta variable así como al sector energético.
Por último, cabe apuntar que también se ha disparado el porcentaje de gestores que consideran que el S&P 500 ha hecho techo (septiembre de 2018).
Teniendo en cuenta estos datos y considerando que en muchas ocasiones los gestores se mueven únicamente por los acontecimientos recientes y por el sentimiento general de las masas, no sería de extrañar que por la “teoría de la opinión contraria”, los mercados prosiguieran su ascenso en busca de máximos históricos.
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