Entre muchos inversores en compañías ha triunfado la idea de que hay que regatear en las compras de acciones para aumentar el rendimiento del inversor. Es decir, un inversor ve una compañía que le parece atractiva al actual precio de 77€ por acción, a lo mejor decide que no va a entrar hasta que el precio toque los 70€ por acción (un 10% más abajo). A menudo se llega a esta conclusión a través del Análisis Técnico, a través del cual el inversor en compañías establece cuáles son los puntos de entrada óptimos.
Otros inversores en valor critican fuertemente esta aproximación argumentando que no tiene sentido desde el punto de vista teórico. Entre algunas consignas destacan que el Análisis Técnico no tiene sentido o que el inversor no debe estar pendiente del corto plazo. Sin embargo, sigue siendo una costumbre en este estilo de inversión esperar a las caídas para entrar en las compañías que más atractivas le parecen al inversor.
Philip A. Fisher dejó unas líneas muy interesantes sobre este tema, aclarando cuál es la problemática y cómo debe enfocar el inversor el problema:
Changes in mass psychology and in how the financial community as a whole decided to appraise the outlook either for business in general or for a particular stock can have overriding importance and can vary almost unpredictably. For these reasons, I believe that it is hard to be correct in forecasting the short-term movement of stocks more than 60 percent of the time no matter how diligently the skill is cultivated. This may well be too optimistic an estimate. On the face of it, it doesn't make good sense to step out of a position where you have a 90 percent probability of being right because of an influence about which you might at best have a 60 percent chance of being right.
Los cambios en la psicología de masas y en cómo la comunidad financiera en su conjunto decide evaluar las perspectivas, ya sea para los negocios en general o bien para una compañía en particular, pueden tener una importancia extrema y pueden variar de forma casi impredecible. Por estas razones, creo que es difícil acertar en las predicciones de los movimientos de corto plazo más de un 60% de las veces, no importa cómo de diligente y habilidoso sea el inversor. Esta podría ser una estimación demasiado optimista. Teniéndolo en cuenta, no tiene sentido salirse de una posición cuando tienes un 90% de probabilidades de estar en lo correcto por una razón o factor sobre la que podrías tener un 60% de acierto en el análisis.
Philip A. Fisher - Common Stocks, Uncommon Profits
En el fondo, se trata de elegir entre dos criterios o análisis. Según el primer análisis del inversor, la compañía puede entregar unos rendimientos muy atractivos a medio y largo plazo. El segundo análisis indica que no debe comprar hasta que la acción caiga un 10% adicional. Por lo tanto, los criterios chocan mientras la acción esté por encima de 70€. Solo serán compatibles cuando la acción caiga a 70€ y el primer análisis no haya cambiado, entonces ambos criterios convergen y el inversor no tiene ninguna duda: debe entrar.
Pero la acción sigue estando a 77€ y hay dos criterios de inversión que están chocando. Y el inversor debe decidir cuál es más importante, que es lo que expone Philip A. Fisher. Si se decanta por el criterio de esperar hasta los 70€ por acción, entonces está dando más importancia y validez al análisis de corto plazo. Si el inversor confía más en su capacidad de seleccionar valores que en su capacidad de predicción a corto plazo, debería en realidad seguir el primer análisis y entrar sin regatear. Esto es básicamente lo que dice Philip A. Fisher. Algo muy razonable e indiscutible por otra parte. Acabamos de responder a la pregunta de si es adecuado regatear o no, la respuesta es depende de la confianza del inversor en sus dos análisis.
A veces tenemos varias compañías candidatas para ser incluidas y no suficiente capital para repartirlo entre ellas. Esto le sucede principalmente al inversor con un capital pequeño, ya que una excesiva división del capital puede elevar el impacto de las comisiones en su operativa. Para un fondo de inversión con más capital, siempre puede diversificar más. Aún así, a lo mejor desea un criterio para concentrar algo más en una compañía que en otra en ciertas circunstancias. Este asunto del timing o selección de momentos es para mí un tema interesante no tanto para la selección de compañías, sino para la gestión del capital o una cartera. Después de todo, los activos financieros y las cotizadas compiten por los dólares del inversor. ¿Existe un criterio para concentrar más en una idea frente a otras en determinados momentos? Este es otro tema que Philip A. Fisher se plantea y donde realiza observaciones interesantes.
Se dio cuenta que aquellas compañías que se encuentran en un círculo virtuoso, o que logran una trayectoria de crecimiento significativa y están introduciendo nuevos productos; son grandes oportunidades de compra cuando sufren algún bache o contratiempo en sus planes de negocios. Quizás tengan gastos extraordinarios porque están lanzando nuevas líneas de negocio o productos, y en ese proceso de lanzamiento, a veces hay retrasos y algunos datos financieros se deterioran muy ligeramente. La tendencia de largo plazo o el círculo virtuoso de la compañía siguen intactos, así como su posición financiera y capacidad de afrontar los problemas que puedan surgir.
Imagen de Kenneth Fisher - Super Stocks
La cotización ha sido castigada por todas estas circunstancias y, si ya era atractiva antes de ese castigo, puede que estemos ante una oportunidad de inversión única. Para que todo esto tenga sentido, es necesario que la compañía siga teniendo éxito a medio y largo plazo, obtenga buenas rentabilidades de sus inversiones y tenga margen de maniobra para afrontar esos contratiempos. No siempre va a ser posible lograr estas situaciones, pero en el caso de que el inversor por casualidad se las encuentre antes de haber invertido, puede ser un criterio muy valioso para concentrar más en esta posición frente a otras. Actualmente, hay dos posiciones que encajan en esta descripción en la Cartera Value en cierta medida, de las casi 20 posiciones que mantengo. Este fue un criterio importante para aumentar la exposición de forma significativa a una de esas posiciones hace unas semanas, ya que su potencial y posición competitiva siguen siendo muy potentes. La otra posición fue abierta ya en medio del bache con una exposición no despreciable, por lo que no he considerado necesario aumentar la posición.
En otras palabras, estas circunstancias de corto plazo son un factor muy importante a la hora de gestionar el capital, y aporta ciertos criterios de timing o selección del momento para entrar/incrementar en una posición. Cómo no, el inversor en valor puro confía en el análisis de la realidad y de la compañía, y no tanto en predecir que van a hacer el resto de inversores en el muy corto plazo o dónde va a hacer el mínimo la cotización.
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