Han pasado ya casi cuatro meses desde que hablara que todo apuntaba a que la renta variable estadounidense parecía encontrarse en un nuevo ciclo alcista, pero que la renta variable global aún no había dado señal (ver artículo).
Entonces decía que parecía que lo más probable era que, al igual que ocurría en EE.UU., se generara, más pronto que tarde, una señal alcista global. Cuatro meses después la situación es la misma. Las cosas apuntan, parecen señalar, se intuyen que van al alza a nivel global, pero la suma de la señal técnica más la señal macro no se ha generado aún, después de un mes de septiembre muy débil.
Para llegar a la conclusión de que un mercado o índice es alcista, nos basamos en dos premisas sencillas pero poderosas. Por un lado que el indicador líder haya girado al alza desde su caída en medio de la recesión y que, a la vez, la Curva de Coppock (un sencillo pero sólido indicador técnico de largo plazo) también gire con determinación al alza desde el terreno negativo. Así, la suma del factor macroeconómico más el técnico, es lo que confirma la tendencia alcista de un mercado.
Desde el punto de vista macro, la utilización de indicadores líderes nos sirve para no estar haciendo juicios sobre la economía, los cuales son normalmente muy esquivos y llenos de sesgos. Por ejemplo, la mayoría de analistas suelen comentar la mala situación del mercado laboral en todo el mundo -con el paro creciendo- como un elemento que impediría la recuperación económica y que pondría en duda la sostenibilidad de las posibles subidas bursátiles. Sin embargo, este tipo de apreciaciones son más opiniones que realidad, ya que el mercado laboral tiende a ser una de las últimas métricas económicas que se recuperan tras una crisis, siendo esto así porque las empresas tardan bastante tiempo en contratar de nuevo tras haberse ajustado el cinturón.
Por cosas como estas, normalmente las apreciaciones económicas "discrecionales" suelen estar equivocadas casi siempre. Y es ahí donde los indicadores líderes son útiles. Primero porque recogen las variables o datos económicos más adelantados, en vez de los más retrasados como por ejemplo los datos del mercado laboral. Y, segundo, porque aunque todo indicador tiene sesgos, desde luego los indicadores adelantados suelen tener menos sesgos que la mera opinión de muchos economistas, analistas y opinadores.
Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) elabora indicadores líderes que están diseñados para señalar cuando se producen cambios en las condiciones económicas más actuales. Son indicadores que no hablan de la magnitud de las oscilaciones que se producen, sino de la "dirección" de las mismas. Así, en medio de las recesiones, cuando ya han caído y de repente giran al alza desde lecturas negativas, estarían señalando no el fin de la recesiones en sí mismas, sino el principio del fin. O lo que muchos llaman, a veces con sorna, "brotes verdes". Aunque no hay una ley universal que diga que cuando se produce un brote verde este sí o sí va a dar lugar a una pronta recuperación económica, la realidad es que suele acabar siendo así en casi todos los casos.
Actualmente, el indicador líder de la OCDE sobre el global de sus países miembros, giró al alza el pasado mes de abril (un dato conocido en mayo) y desde entonces ha seguido repuntando. Aún no se ha salido de la recesión, pero este indicador señala que se va en la buena dirección. Por ello, desde abril, en realidad desde mayo cuando se supo, la señal macro está activada hacia el lado alcista. Por supuesto esto puede cambiar de un mes para otro (¿doble recesión?), pero de momento es así y personalmente me fío más de este indicador que de mi propia opinión de la economía o de la opinión discrecional de cualquiera sobre la economía.
Ahora bien, como señalaba al comienzo, la señal alcista completa se genera cuando la macro y lo técnico riman. Se pueden utilizar muchos tipos de indicadores, pero a mi me gusta utilizar la Curva de Coppock por su sencillez y porque con una fiabilidad mayor al 85% durante décadas, ha señalado con poco retraso la llegada de los mercados alcistas. De esta manera, si se une la alta fiabilidad se la señal técnica con la alta fiabilidad de la señal macro, entonces se obtiene una señal general muy fiable. Claro que siempre te has perdido la primerísima parte de cualquier mercado alcista, pero también es cierto que una vez que se generan ambas señales, el mercado suele subir sin mirar atrás (el ratio rentabilidad / riesgo se dispara).
En el siguiente gráfico del índice Global Dow (índice en precios y en dólares), un índice compuesto por las principales 150 compañías del planeta, he señalado con flechas azules los momentos en los que el indicador adelantado de la OCDE giraba al alza desde una lectura negativa. Y con flechas verdes he señalado los momentos en los que la Curva de Coppock gira al alza al menos dos puntos -para filtrar ruido- desde terreno negativo.
Como puede observarse, la señal más importante es la macro, la que además es la primera que suele generarse. Pero cuando a esto se le suma la señal técnica, aumenta aún más la fiabilidad. O al menos confirma con mayor fiabilidad la llegada del mercado alcista, ya que el mercado estaría efectivamente subiendo tal y como sugeriría "el indicador de los brotes verdes".
Así, en los últimos 20 años hemos tenido señales alcistas en 2002, en 2009, en 2012, en 2016 y en 2019. De esas 5, cuatro funcionaron estupendamente. La última se vio truncada por la llegada de la pandemia. Al cierre del mes de octubre la señal alcista cae sólo de lado de la macro, pero aún no se ha activado la señal técnica, ya que la Curva de Coppock no ha podido girar al alza más de dos puntos desde terreno negativo.
Cuando ambas señales apunten en la misma dirección, entonces podremos decir que las condiciones generales lucen favorables y que el ratio rentabilidad / riesgo es muy favorable. Pero lo cierto es que eso aún no ha ocurrido. Tal vez el próximo mes si los mercados consiguen estabilizarse tras las últimas caídas.
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