El sector inmobiliario es indudablemente uno de los motores de la economía estadounidense, puesto que involucra a otros muchos sectores (industria, banca, construcción, bienes duraderos, materias primas, transporte, comercio internacional, etc.) por lo que su análisis es clave si queremos conocer en qué punto del ciclo nos encontramos. Si bien es cierto que su peso no es tan elevado como hace años ya que otros nuevos sectores (fundamentalmente los relacionados con la “nueva economía” y el sector tecnológico) están ganando cada vez más peso en la economía, su importancia aún sigue siendo muy elevada. Como bien apuntaba Liz Ann Sonders, vicepresidenta senior y jefa de estrategia de inversiones de Charles Schwab, “la vivienda es lo que llamamos un indicador adelantado: puede señalar futuros puntos de inflexión de la economía antes de que se presenten” (se estima que este sector suele adelantar la llegada de las recesiones con unos 14 - 16 meses de adelanto).
A finales del mes de julio hablábamos abiertamente de la debilidad que estaba mostrando este sector, ya que las licencias de construcción, uno de los indicadores del sector inmobiliario más adelantados que existen, empezaban a mostrar cierta ralentización. Sin embargo, la realidad es que los datos del mes de agosto han mostrado un sorprendente repunte, subiendo más de un 8% con respecto al mes anterior (las cifras del mes de julio también han sido revisadas al alza).
Del mismo modo, si analizamos la evolución interanual de las mismas, vemos como los datos del mes de agosto han roto al alza la preocupante tendencia bajista que venía arrastrando desde hace meses. Tal y como señala Hugo Ferrer, “antes de las recesiones cae durante un buen tiempo y al menos declina un -20% interanual”. Actualmente este indicador está creciendo a tasas interanuales cercanas al 20%, lo cual da una idea de la importante mejoría que está teniendo en estos momentos el sector inmobiliario.
Otro dato que también ha mostrado una mejoría significativa ha sido el de la venta de nuevas viviendas. Aunque se trata de un indicador mucho más retrasado que el de las licencias de construcción (estas se otorgan muchos meses antes de que se inicie la construcción y posterior venta de la vivienda), es importante destacar la notable subida del 7% respecto al mes de julio, lo que hace que este sector esté creciendo a una tasa interanual del 18%.
(Fuente: Calculated Risk)
Además, y en contra de lo que pudiera parecer teniendo en cuenta la desaceleración económica en la que se encuentra inmersa Estados Unidos, las ventas de nuevas viviendas en este año están mejorando sustancialmente con respecto al año pasado. Esta mejoría se puede apreciar en el gráfico inferior, en el cual podemos ver que en todos los meses de este año 2019 (salvo en el mes de mayo) han aumentado las ventas con relación al mismo período del año anterior.
(Fuente: Calculated Risk)
Al igual que las viviendas nuevas, la venta de viviendas de segunda mano también han repuntado durante este mes de agosto, si bien de forma algo más moderada, creciendo un 1,3% respecto al mes de julio y cerca de un 3% en tasa interanual.
(Fuente: Trading Economics)
Si echamos un vistazo a la evolución de los precios del sector inmobiliario, comprobamos que estamos muy lejos de poder hablar de burbuja. Actualmente están creciendo a un ritmo ligeramente superior al 3%, y como bien apunta Scott Grannis “en las 20 áreas metropolitanas más grandes muestra un creciendo de sólo el 2% en el último año”, lejos de los crecimientos interanuales cercanos al 15% que se vivieron en justo antes del estallido de la última gran crisis financiera. Si bien un crecimiento tan moderado de los precios es beneficioso para aquellos que deseen adquirir una vivienda, también es cierto que no es positivo para aquellos que tengan propiedades inmobiliarias y tengan intención de venderlas. Como sabemos, en Estados Unidos (y evidentemente en España) una gran parte del patrimonio de los hogares está invertido en “ladrillo”, por lo cual estamos ante un dato que es conveniente tener muy presente.
De este modo, lo que se puede deducir del análisis de estos últimos datos es que estamos ante una nueva reaceleración de uno de los sectores más importantes para la economía de Estados Unidos. Aún parece pronto para afirmar si estamos ante un movimiento más sostenido en el tiempo o es un simple repunte temporal. En cualquier caso, los dos últimos recortes de tipos por parte de la FED y los que se esperan para los próximos meses deberían abaratar el coste de financiación para quienes decidan comprar un inmueble, lo cual podría ser un importante balón de oxígeno para este sector.
Sin embargo, parece prudente tomar con cautela los buenos datos procedentes del sector inmobiliario. Los últimos datos macroeconómicos procedentes de Estados Unidos han sido realmente preocupantes. Por un lado, el sector manufacturero se ha metido de lleno en terreno recesivo y las perspectivas apuntan a que su deterioro continuará en los próximos meses. Por otro lado, el sector servicios (con un peso del 80% en el PIB de Estados Unidos) se está ralentizando bastante más de lo que descontaba el mercado. De este modo, si la situación económica global no se revierte y los efectos de la guerra comercial siguen impactando en la economía, es altamente probable que este repunte del sector inmobiliario sea vea truncado.
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