Muy interesante todo el artículo. Gracias jorge.
En la medida en que en España el sector inmobiliario también se considera un macro sector indicador adelantado a muchas otras cosas, lo dicho para US, me vale para este último país. Por lo tanto, mi observación (por si pudiera tener algún viso de razonabilidad) es la que sigue (tomados párrafos completos de un artículo de divulgación publicado en lalibertadylaley y que conservo en mi repositorio -no se citaba autor-:
https://lalibertadylaley.wordpress.com/crisis-economicas-el-ciclo-austriaco/):
perspectiva austriaca: “...la falta de correlación entre el nivel de ahorro, la oferta consecuente de fondos prestables, y los tipos de interés, que no son fijados de forma natural sino por acción política", genera ls distorsiones que producen los ciclos económicos.
Ahora bien, ¿en qué fase en concreto de dicho ciclo nos encontraríamos actualmente?
Recordemos las tres fases del ciclo:
"1ª Fase: se produce una bajada artificial de los Tipos de Interés, que es señal falsa lanzada al mercado: La gente no ahorra, los empresarios tienden a endeudarse para invertir a largo, y los consumidores pugnan contra estos por acaparar el dinero barato, fácil, para incrementar su consumo de hoy.” Sin embargo, en España se está incrementando el ahorro de los españoles (un mero consumo), no se está produciendo un incremento del crédito (las condiciones de concesión son más elevadas) y tampoco se está viendo una preferencia por situar el ahorro en la vivienda (sea por insolvencia del potencial comprador, o por preferencia del potencial inversor, la vivienda no es un activo refugio hoy en día; más bien pudiera verse como un activo-trampa susceptible de arrebatarse caso de impago). Por los datos externos, pudiera parecer estarse en esta fase, pero el comportamiento del consumidor no se corresponde a la misma.
"2ª Fase: El aumento de la demanda, consumo, de bienes presentes hará que estos suban de precio, haciendo más rentables las últimas etapas del proceso productivo en detrimento de las más alejadas del consumo, es decir, donde los empresarios habían invertido previamente. Esta situación hará que pocos renuncien a esas malas inversiones, y la mayoría recurran a mayor endeudamiento para mantenerlas e intentar salvarlas. La lucha entre empresarios y consumidores por los créditos y la inflación de bienes de consumo forzarán una subida de tipos de interés, que dejarán a los ya endeudados en serias dificultades para responder por las deudas contraídas.”
Ni qué decir tiene que los titulares en donde aun día sí y otro también se dice que el periodo de tipos bajos tiene traza de postergarse en el tiempo de forma indefinida es el escenario con el que debemos de contar. Escenario que no es sino una prolongación consciente y querida (en términos de voluntad del actor, se diría que es ‘dolosa’) de la situación de burbuja. Resulta razonable pensar que no se deseen adoptar medidas restrictivas de la masa monetaria como el aumento de los tipos de interés, por que -de suyo- conducirán directamente a la tercera fase. Parece que estamos aquí (situación en la que incluyo al macrosector inmobiliario, que es de lo que va este comentario, pero el consumidor final no lo está acompañando, pues parece que se quedó en el escalón previo, en la Fase nº 1.
Añadiría que el intento de integrar como elementos de unidad monetaria las nuevas formas de criptomonedas, se llamen ‘stablecoins’ (caso de Libra o de Monero) o ‘tokenización’ de créditos, y ponerlos como contrapartida de los compromisos de pago no es sino integrar nuevos agentes generadores de liquidez (originadores de moneda) sin contrapartida alguna, no deja de ser sino crear dinero from the thin air, pero envuelto en un celofán tendido con un material novedoso (nota: a mí el universo que genera el protocolo blockchain no me incomoda y me resulta muy prometedor sobre la integración de protocolos, certezas e innovación en procesos; pero diferente es la intención que se tiene de convertirlo en una herramienta para el mal monetario, pese a lo que dicen que dicen los bancos centrales; y es la forma como se da entrada a nuevos originados de crédito que no se han tenido que sacar una ficha bancaria).
“3ª Fase: Las empresas verán cómo sus malas inversiones, producidas por esa situación de expansión crediticia y falsas expectativas, tendrán peores proyecciones de beneficio. La falta de liquidez, el alto endeudamiento general y los tipos más altos llevarán a muchas empresas a la quiebra, o como poco a una reasignación brutal de los factores de producción, dejando a muchos en el paro. Esto conducirá a mayor morosidad, dentro de una situación inflacionaria sin control.”
Esto esto que dice la teoría del ciclo sobre la tercera fase, pero aunque a ojos vistas se observa que no se están comprando viviendas (= productos finales dentro del sector inmobiliario a ojos del consumidor) y que, por otro lado, sí se dice que se están subiendo alquileres y ocupando superficie de ‘retail’ y ‘oficinas’ (=productos finales a los ojos del consumidor que es empresa, y que proyecta inversiones a futuro en Capital Circulante). Lo que lleva a diferenciar dos escenarios: el del particular como consumidor, que se ha apeado de la operativa de un mercado sano: no participa; y el consumidor de producto inmobiliario que se posiciona en el curso de las aplicaciones de capital para el desarrollo de su propio producto/servicio final; es decir como si éste se hubiera quedado, o estuviera todavía, en la Fase 2. Alimentado por las expectativas de que los tipos de interés tienen un escenario incentivador del crédito fácil durante bastante más tiempo del previsto.
Dos preguntas a quien por aquí se asome y tenga respuesta:
1ª. En qué fase del ciclo inmobiliario estaríamos, entonces? Por extensión, ¿en qué fase del ciclo económico austriaco, en general, estamos? Y como spin-off de lo anterior: ¿Deberíamos entender que hay más de un ciclo económico según a qué macrosector económico nos refiramos o según a qué sector de actividad económica? (Lo cual me trae el recuerdo de la arquitectura secuencial de la teoría del reloj de la inversión, pero esa es otra historia).
2ª. Esta dilatación del momento burbuja, ¿debería de entenderse como una ventana de oportunidad para llamar a la transformación tecnológica, arrumbando con las tecnologías obsoletas (entiéndase tecnología de una forma muy amplia). Mi impresión inicial: desde el Instituto Mises algunos defienden que los tipos negativos no son sino expresión de una forma de destrucción de Capital Financiero (pero también material); esta forma creativa de generar obsolescencia -esto lo digo yo- sería una manera ingeniosa (y cínica) de provocar una sustitución en el Capital Financiero (y material), por otro innovador, para cuya integración en el caso de haberse seguido las habituales protocolos de sustitución se hubiera necesitado de la amplia curva de aprendizaje que arrumba las inversiones obsoletas y adopta las nuevas. Además de abaratar el coste de la inversión por el novedoso Capital entrante (y, de nuevo, entraríamos en la integración de las tecnologías derivadas del universo blockchain y todo lo que significa). Pero quizás haya por aquí quien considere desde otra luz que esto es exagerar.
Espero noticias, y espero no haberme salido mucho del hilo; por lo demás buen día de martes a todos.