Los activos de Rusia han vuelto a sufrir un duro castigo en estos dos últimos días, tras la noticia de que Estados Unidos podría imponer nuevas sanciones al país ruso.
El principal responsable de esto no es la caída de la bolsa sino el desplome del rublo, la divisa rusa, como queda reflejado en el gráfico:
Ayer el USD/RUB subía un 3%, es decir, el rublo se depreciaba un 3% frente al dólar.
La correlación bastante estrecha que suele seguir la divisa y los activos rusos con el precio del petróleo se ha roto este año. Las sanciones de EEUU están teniendo mayor impacto, para descontento de aquellos que apostaban por el rublo ruso como apuesta por un petróleo más caro. Ya lo vimos a comienzos de abril.
Seguramente el lector medio de inBestia no tenga exposición directa al mercado ruso vía un fondo en bolsa rusa y menos aún compañías rusas directamente. Pero sí habrá quien tenga algo de exposición indirecta a Rusia, ya sea a través de fondos que invierten en mercados emergentes u otros fondos globales de RV que tengan parte de su cartera en Rusia. Un ejemplo de ello es Horos Internacional y Metavalor Internacional (el segundo tras la salida del equipo gestor liderado por Javier Ruiz ha mantenido estable la cartera que dejaron) con su participación en la compañía rusa Qiwi, pero que apenas representa un 3-4% del fondo.
¿Significa esto que se debería evitar este tipo de exposición a Rusia a toda costa, dentro de una cartera diversificada? No, siempre y cuando se cumpla el requisito de la diversificación y se sea consciente de los riesgos y la volatilidad que llevan implícito estos mercados. Recordemos que volatilidad no es riesgo, y que a largo plazo mercados emergentes como Rusia pueden ofrecer su recompensa.