Con el aumento implacable de la renta variable en el último año, varios clientes me han preguntado si deberían estar más agresivamente posicionados en sus carteras de inversión. Percibiendo que, para algunos, los anteriores temores a las grandes caídas del mercado han sido reemplazados por el "fear of missing out" (FOMO, miedo a perderse el rally), siempre me apresuro a recordarles que deben pensar en los últimos diez años y hacerles rememorar lo emocionalmente agotados que estaban durante las caídas de 2010-2011 y 2015-2016, y mucho más durante los terribles descensos de 2008-2009.
La verdad es que la disciplina en las subidas es igual de importante -y posiblemente sea más difícil de mantener- que la disciplina en las bajadas. Por ejemplo, si estás infrainvertido cuando finaliza un mercado bajista, tu mayor temor es incurrir en cierto coste de oportunidad. Sin embargo, si tu cartera está demasiado cargada de riesgo cuando termina un mercado alcista, te enfrentas a un escenario mucho más peligroso de probable destrucción de capital, que pudiera coincidir con períodos en los que más se necesita el capital, como en la jubilación.
En los Estados Unidos, los inversores se han visto mimados con períodos de drawdown (caídas de máximos a mínimos, una manera educada de decir "crashes") que no han durado mucho tiempo, al menos en términos nominales:
Sin embargo, los inversores en otros mercados no han tenido tanta suerte. Por ejemplo, las acciones japonesas (en términos de dólares y de retorno total), apenas han recuperado recientemente los niveles alcanzados por primera vez hace casi tres décadas:
Estoy seguro de que durante el vertiginoso mercado alcista japonés de los años ochenta también hubo un generalizado "fear of missing out" (temor a perderse el rally), pero una vez que estalló, estoy seguro de que también hubo alivio por habérselo perdido, al menos entre los (probablemente) pocos que lograron mantener la disciplina y diversificación durante todo el periodo.
Nadie sabe, obviamente, cuándo se dará la vuelta el ciclo y cuánto tiempo durará la consiguiente sequía de la renta variable. Nadie sabe ni siquiera qué forma tomará el próximo mercado bajista, ni qué estrategias les ayudarán a sobrevivir. Con los tipos de interés en mínimos de varias décadas, y con una duración de los bonos a largo plazo aproximadamente igual a la de las acciones, un mercado bajista impulsado por la inflación probablemente aplastará tanto a las acciones como a los bonos. Dudo que después de una década sin rentabilidad sobre el efectivo, los inversores dispongan de suficiente liquidez a corto plazo en caso de un mercado bajista simultáneo de acciones y bonos.
No se trata de algo innovador, pero nunca está de más repetirlo: puesto que los inversores no pueden controlar el futuro, en su lugar deberían ocuparse de las cosas que pueden controlar. Esto incluye mantener los costes de sus inversiones a un mínimo razonable, optimizar la carga fiscal de la cartera, diversificar suficientemente y rebalancear con regularidad. Estas son estrategias simples, pero forzarse a utilizarlas cuando el mercado está subiendo como la espuma puede ser difícil.
Concluiré con una cita oportuna del levantador de peso Josiah O' Brien, quien explicó por qué trabajó tan duro para recuperarse de una lesión desastrosa y competir de nuevo: "Hay dos dolores en la vida: el dolor de la disciplina, y luego el dolor del arrepentimiento. Tú eliges cuál". Hoy en día los inversores deberían considerar esta disyuntiva y elegir sabiamente.
Nota del editor:
Este artículo se publicó originalmente en inglés, en el blog de Fortune Financial Advisors. El lector puede seguir al autor en Twitter. Traducción realizada por la edición de inBestia.
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