Este miércoles temprano tenemos en la agenda la decisión sobre tipos de interés y política monetaria del Banco de Japón.
Más allá de la compra de activos financieros (QE), que continuará, las claves son si se acelerarán esas compras, si tras 9 meses de tipos de interés negativos el BdJ ha cambiado su visión sobre ellos -recientemente el Gobernador Kuroda parece haber modificado su discurso parcialmente- y, en resumen, si el Yen se apreciará o depreciará, ya que el tipo de cambio conlleva importantes repercusiones sobre el mercado y economía japonesas.
Es más, en realidad la situación es más dramática de lo que pudiera parecer. Los 100 yenes por dólares son vistos por el mercado como el nivel que señalaría el fracaso absoluto de Kuroda en su programa de estímulos monetarios iniciados en 2013 (la inflación es del -0,4% cuando prometió un 2% para 2015) y, además, es una frontera psicológica en una divisa que es el termómetro más claro de las fases de asunción y aversión al riesgo que se dan en los mercados globales, por ser la 'divisa refugio' por excelencia. Es decir, que todo el mundo está observando lo que ocurre con el Yen.
A pesar de que a primera vista suena raro que el Yen sea una divisa refugio cuando hablamos del país más endeudado del mundo, en realidad con respecto al mundo Japón es una nación acreedora donde los japoneses tienen más activos en el exterior que el resto del mundo en Japón. Con ello, cuando el mercado se encuentra en una fase de aversión al riesgo, los japoneses venden los activos en el exterior en moneda extranjera y hacen regresar su capital comprando yenes.
Concomitante a este fenómeno también ocurre que, al ser una divisa con bajos tipos de interés con respecto al resto del mundo desde hace muchos años, es utilizada para las llamadas operaciones de 'carry trade', en la que los operadores se endeudan en yenes a bajos tipos para comprar activos en otras regiones económicas con tipos de interés mayores.
La consecuencia de esto es que en la fases de asunción de riesgo el Yen se debilita porque se vende y a la vez se compran otras divisas en las que se invierte. Y viceversa, en las fases de aversión al riesgo el Yen se fortalece porque los operadores cancelan sus deudas y para ello tienen que vender la divisa extranjera y recomprar en yenes.
Y así es como el yen, por causas propias y también por un sentido de profecía autocumplida -se compra Yen de forma automática cada vez que la percepción del riesgo aumenta-, ostenta el estatus de moneda refugio y, como decía anteriormente, es uno de los mejores barómetros de la situación en los mercados globales.
Tanto es así que la correlación del tipo de cambio entre el euro y el yen es muy elevada con el de la evolución del índice de las grandes empresas de la Eurozona, el Euro Stoxx 50 (índice bursátil en negro en el siguiente gráfico).
No es que el Euro Stoxx 50 o el tipo de cambio del Eur/Yen sea más adelantado el uno con respecto al otro en el corto plazo. A veces uno cambia de tendencia un poco antes y otras veces lo hace después. En definitiva, uno no pronostica el otro ya que en realidad ambos son moldeados por las mismas fuerzas macroeconómicas.
Lo que tiene de interés la observación de ambos mercados, es que el tipo de cambio del Eur/Yen -también el Usd/Yen- es una medida más que nos puede ayudar a calibrar si, por fin, una nueva fase de apetito por el riesgo está en marcha. El Yen es la prueba del algodón.
Igual que históricamente se ha utilizado la Teoría de Dow, en donde el índice Dow Jones Transportes ha de confirmar las tendencias del Dow Jones Industriales, para entender que se está en una determinada tendencia, el inversor en bolsa europea puede observar el tipo de cambio Eur/Yen para intentar confirmar si su idea macro-técnica coincide en ambos.
En la actualidad, observando más de cerca la situación del Yen y del Euro Stoxx 50, si vemos que el tipo de cambio Eur/Yen (caídas en este cruce supone apreciación del yen) rompe la directriz alcista de los últimos dos meses, sugerirá cautela en los activos de riesgo; y, en cambio, un Eur/Yen que supera la tendencia bajista de 2015-2016 a la vez que el Euro Stoxx 50 consigue situarse por encima de los 3.000 puntos, será una confirmación de que esa rotura probablemente sea cierta y no una trampa bajista.
Este miércoles los mercados van a ser volátiles porque aparte del Banco de Japón también hay decisión sobre política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Más allá de las reacciones de corto plazo, lo que ocurra con el Yen es una de las claves en las próximas semanas.
Descargo de responsabilidad por conflicto de interés: el autor de este análisis está o puede estar invertido en los subyacentes e instrumentos mencionados a través del compartimento del fondo de inversión Renta 4 Multigestión / Ítaca Global Macro que asesora a través de su sociedad Ferrer Capital Management.
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