Las narrativas cambian muy rápido y creo que por eso a veces nos cuesta entender cuando los escenarios cambian radicalmente, ya que nuestra mente suele ir mucho mas lenta. Hace cuatro meses todos hablaban del «crecimiento sincronizado global» y de cómo estabamos a las puertas de una subida en espiral. Hasta Ray Dalio decía que los que mantenían liquidez se iban a sentir bastante idiotas. Y ahora, unas pocas semanas después, los mercados del sur de europa están viviendo sus peores caídas diarias desde 2016. Un cambio radical de la narrativa de principios de año.
En realidad la moción de censura española no tiene mucho impacto, porque quien se presenta a nuevo presidente es del PSOE, un partido tradicional, y porque lo más probable es que antes o después se celebren nuevas elecciones y el centro-derecha vuelva a gobernar, esta vez con Ciudadanos como socio senior de la «coalición de gobierno». Es más, incluso si Podemos consigue remontar electoralmente, ya no mete tanto miedo porque Podemos no es el partido que era hace 2 o más años. Ahora es más «errejonista» y son propietarios de chalets. Aparte de que Podemos es claramente europeísta.
España sigue siendo un país estable, así que realmente el problema es Italia. He escuchado mucho lo de «esto es lo típico de la política italiana» que parece ser que han tenido 70 gobiernos desde la Segunda Guerra Mundial. A todos los españoles siempre nos ha llamado la atención ese «orden en el caos» o simplemente «caos llevadero» que siempre ha mostrado la política transalpina, en comparación con los 40 años de Franco y los 6 presidentes del gobierno que hemos tenido. Y sí, hay precedentes de otros presidentes de la república italiana bloqueando ministros, pero la situación actual no tiene nada que ver con nada que haya ocurrido en Italia en las últimas décadas.
El bloqueo del presidente Mattarella al euroescéptico ministro de finanzas Savona no se va a resolver como ha ocurrido en otras ocasiones con el partido mayoritario aceptándolo y punto. Esta vez tanto la Liga Norte como el Movimiento 5 Estrellas han anunciado movilizaciones de rechazo a Mattarella y al que será el nuevo primer ministro -por un breve espacio de tiempo-, que ha impuesto el presidente, Cottarelli. Para más señas Cottarelli es conocido como «señor tijeras».
La dinámica es muy peligrosa. La Liga y el M5E han insistido en intentar poner un ministro de finanzas euroescéptico y no han dado marcha atrás lo que provocará nuevas elecciones. Ahora afrontan esas nuevas elecciones con el eslogan electoral hecho «tecnócratas no, Europa de las finanza no, los italianos sí». Y las encuestas parece darles la razón y se augura una mejora electoral de ambos partidos con una mayoría holgada.
De repente nos encontramos en la misma jugada en la que se encontraba Grecia en 2015, cuando llegó al poder Alexis Tsipras y de la mano de Varoufakis quiso echar un pulso a Europa. Por eso, porque estamos en el mismo tipo de tensión geopolítica, los bonos italianos están saltando por los aires. El siguiente gráfico muestra el cambio diario de la TIR (rentabilidad efectiva en el momento de compra) del bono a 2 años italiano. El movimiento es propio de un terremoto. Esto no es un episodio cualquiera de volatilidad política en Italia y sí es un episodio más de la crisis del euro, esta vez con una de las cuatro grandes economías de la Eurozona como protagonista.
Más allá de movimientos repentinos a un día, efectivamente la rentabilidad (que sube porque refleja mayor riesgo) de los bonos italianos, ya se ha puesto a nivel de la primera etapa de la crisis del euro, allá por 2011.
De nuevo, no es la política italiana, es el euro y como diría la campaña de Bill Clinton a George Bush I, «es la economía estúpido».
Según ha argumentado el presidente Mattarella, ha rechazado al euroescéptico ministro de finanzas Savona porque es euroescéptico y eso traería problemas para Italia, pero sobre todo porque ni la Liga Norte ni el Movimiento 5 Estrellas centraron su última campaña electoral en la conveniencia o no de estar dentro del euro o de renegociar sus términos. Y tiene toda la razón Mattarella, dejar que cuelen por la puerta de atrás unas políticas que no han sido habladas en campaña, en algo tan importante como la pertenencia al euro, es un fraude electoral para con los italianos.
Ahora parece que por fin el tema del euro va a ser el centro de la campaña y entonces Mattarella ya no podrá negarse si ambos partidos van de cara a esas elecciones sugiriendo que el centro de su agenda es renegociar todo lo que tenga que ver con el euro. Y ahí está el peligro, la campaña ha empezado y parecen tener el voto de los italianos.
En su día Alexis Tsipras acabó claudicando y Varoufakis saliendo del gobierno. El caso de hoy es peor, porque estos no tienen gobierno y están enfrentando un nuevo proceso electoral que sólo puede enconar las posiciones.
Como decía ayer, el euro es un proyecto fallido en tanto en cuanto que no hay unidad política en Europa, así que es muy probable se produzca una crisis hasta que se pueda redefinir el proyecto de la moneda común.
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Descargo de responsabilidad por conflicto de interés: el autor de este análisis está o puede estar invertido en los subyacentes e instrumentos mencionados a través del compartimento del fondo de inversión Renta 4 Multigestión / Ítaca Global Macro que asesora a través de su sociedad Ferrer Capital Management.
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