El pasado 26 de agosto publiqué un artículo titulado "Septiembre es el peor mes para la bolsa española, pero no ha llegado la hora de vender", en el que explicaba que no había que hacer caso a la idea de estar fuera de la renta variable durante ese mes. Argüí razones macro-económicas (la economía está saliendo de la recesión), lógicas (es un comportamiento medio sin sentido para la operativa de medio plazo) y sobre todo esto:
"Lo peor de todo, es que no se sabe porque existe este patrón. Y el problema de los patrones sin significado conocido, es que si el significado oculto cambia, no podremos adaptarnos a posibles cambios de la realidad"
Y así es. A pesar de lo que algunas ramas de inversores / traders opinan que un patrón rentable sin significado es tan bueno como un patrón con una explicación lógica, en mi opinión esto no es así por lo que explico en esa frase que publiqué en aquél artículo de agosto.
Leyendo el fantástico libro de Nate Silver "The signal and the noise: The Art and Science of Prediction" (El ruido y la señal: el arte y la ciencia de la predicción), encontré en el capítulo dedicado a las predicciones económicas una frase que apoya esta idea:
Statistical inferences are much stronger when backed up by theory or at least some deeper thinking about their root causes
En español:
Las deducciones estadísticas son mucho mejores cuando están respaldadas por la teoría o por algún tipo de pensamiento que aborde las causas
Nate Silver nombra esta frase porque en ese capítulo habla de como las predicciones económicas son tan buenas como las predicciones sobre los terremotos, es decir, no aportan ningún valor real. Una muestra son las predicciones de los economistas en noviembre de 2007 sobre lo que ocurriría en el año 2008. El 45% pensaba que la economía crecería entre el 2% y el 2,9%, más del 20% pensaba que crecería más de un 3% y solo una fracción mínima (menos del 3% de los economistas) pensaba que la economía retrocedería en 2008. El resultado del Producto Interior Bruto aquél año de 2008 fue del -3%.
Siguiendo con la explicación, Nate Silver dice que la única manera de hacer un mejor pronóstico económico -y por extensión bursátil-, consiste en no confiar ciegamente en los indicadores económicos; no fiarnos de algo solo porque ha tenido una alta correlación con la economía o la bolsa, ya que puede que se trate de una relación espuria. Al fin y al cabo, hay todo tipo de indicadores que por pura casualidad se correlacionan bien con la economía y la bolsa durante un tiempo. Un caso mítico de correlación espuria conocido en todo el mundo, es el que sostiene que cuando el ganador de la Super Bowl norteamericana es un equipo de la división AFC, el mercado retrocede.
Esta correlación "funcionó" durante bastantes lustros, hasta que el tiempo empezó a poner las cosas en su lugar -el tiempo deshace todas las correlaciones espurias- y el patrón dejó de existir.
Pero las correlaciones espurias no son todas tan evidentes como éstas. El mismo Nate Silver nombra el caso del ECRI-instituto que estudia el ciclo económico- que en 2011 lanzó una alerta de recesión sobre la economía estadounidense, recesión que nunca llegó. La alerta estaba justificada en nada menos que 400 indicadores económicos que el director del ECRI Lakshman Achuthan resumía de esta manera:
La alerta de recesión del ECRI no se basa en uno o dos indicadores económicos adelantados, sino en docenas de indicadores adelantados específicos incluyendo el U.S. Long Leading Index, seguido por un retroceso del indicador semanal adelantado y otros indicadores de corto plazo. De hecho, los más fiables indicadores se están comportando como históricamente lo han hecho cuando la economía norteamericana entra en una recesión.
Lo que critica Nate Silver, es que este tipo de predicción está basada en una lógica enferma en la que parece que son los propios datos económicos los que causan las recesiones y no algún factor económico o social.
Yo mismo utilizo muchos indicadores económicos adelantados y coincidentes y me esfuerzo en que no sean muchos y que tengan una lógica económica impecable. Por ejemplo, es lógico pensar que cuando el número de personas que solicitan el seguro de desempleo no va a más, estamos ante un punto de inflexión en el que la recesión va a dejar de ser tan cruenta y que pronto (unos meses) se pasará a una fase de nueva expansión económica. Cuando el mercado percibe un cambio futuro en las condiciones económicas, entonces la bolsa hace suelo y por eso los techos en el número de personas que solicitan el seguro de desempleo correlacionan tan bien con los suelos del mercado bursátil. Es una correlación con una explicación económica impecable y que además la historia demuestra que funciona.
Sin embargo, si hubiera detectado este mismo patrón en un indicador llamado X cuyas causas últimas de existencia son desconocidas, ¿debería utilizarlo porque ha funcionado 100 años? Tal vez lo utilizaría de algún modo, pero nunca me fiaría mucho de él y ocuparía un lugar muy lejano en la lista de elementos que utilizo para mi toma de decisiones. Exactamente como ocurre con las pautas estacionales que no entiendo. Al fin y al cabo, si el significado oculto de ese patrón cambia y me encuentro posicionado en el mercado a causa de ese patrón, lo que ocurrirá será que me encontraré desnudo y desorientado porque algo ha cambiado y no sabré porqué.
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