Así es, la próxima crisis financiera será devastadora a todos los niveles, y lo peor de todo es que ya ha empezado, tal y como nos advierte Mike Maloney, fundador y propietario de GoldSilver.com.
Las decisiones sin precedentes de todos los bancos centrales del mundo de reducir y mantener artificialmente los tipos de interés en el 0% así como las masivas compras de deuda por parte de éstos no han solucionado nada, sino que lo único que han conseguido ha sido posponer la resolución de los problemas. Todas estas actuaciones monetarias de los bancos centrales son el germen de la próxima crisis, que no tengan ninguna duda que será la peor de todos los tiempos.
Como muy acertadamente señala nuestro compañero Maloney, más pronto que tarde los inversores se verán obligados a aceptar esta situación, que no es otra que una expansión masiva y sin precedentes de la deuda, con una caída del crecimiento y la productividad. Si recuerdan bien, la última gran crisis del año 2007 trajo una fuerte caída en el mercado inmobiliario así como en el de acciones. La crisis que se avecina será el resultado de una triple burbuja: acciones, sector inmobiliario y bonos, por lo que Maloney espera que los inversores se muevan hacia activos más seguros como el oro, la plata o incluso el bitcoin. Con respecto a esto último, podemos ver como el bitcoin está siendo noticia estos días porque se encuentra en máximos históricos, cotizando en torno a los 2700 dólares.
Mike Maloney nos expone una serie de argumentos que, a su juicio, son extremadamente peligrosos y que harán que la próxima crisis financiera global sea realmente devastadora.
En primer lugar, nos habla de la situación del sector inmobiliario, una de las tres burbujas que existen. Señala que la recuperación inmobiliaria en Estados Unidos ha sido pausada, pero mercados como el de Reino Unido, Nueva Zelanda o Canadá están viviendo una burbuja no vista en décadas. Apunta a que los responsables de esta burbuja inmobiliaria son los inversores extranjeros, particularmente los ricos inversores chinos, que han buscado alternativas para invertir su dinero. El gráfico que vemos a continuación es tremendamente revelador de la situación que señala Maloney.
En segundo lugar, la compra a crédito de acciones por parte de los inversores (también conocido como “margin debt”) en Estados Unidos se encuentra en máximos históricos. Los niveles actuales están claramente por encima de los alcanzados en la burbuja puntocom (2000) y la burbuja subprime (2007). Cuando explotaron aquellas burbujas, los mercados bursátiles cayeron en torno al 50%. Imagínense lo que puede ocurrir cuando se desate la próxima tormenta financiera. Este indicador no se anticipa al mercado, es decir, no se puede considerar como un indicador adelantado, pero será el combustible que haga que los precios de las acciones se desplomen de forma muy violenta en la próxima crisis. Se creará un efecto “bola de nieve” que será tremendamente difícil de parar.
En tercer lugar, la volatilidad, aspecto que comentamos semanas atrás (El ‘indicador del miedo’ en niveles de extrema complacencia) se encuentra en unos niveles que no se han visto en más de dos décadas, lo que es una muestra clara y evidente de la complacencia y tranquilidad de los inversores. No sabemos cuánto durará esta situación de calma, pero no tengan dudas de que no será eterna.
En cuarto y último lugar, Maloney señala que el mercado de renta fija ha vivido un mercado alcista de 36 años de duración, gracias en parte a las actuaciones de los bancos centrales y estima que como mucho le quedan dos o tres años de duración.
Todas estas cuestiones le llevan a preguntarse en último término cómo será el crash cuando éste se produzca. Maloney cree que ocurrirá en 2 etapas o fases. En la primera fase los inversores se moverán hacia la “aparente” seguridad del mercado de bonos, mientras que el mercado de acciones e inmobiliario se hundirán. En la segunda fase, los tres mercados (bonos, acciones e inmobiliario) se desplomarán como consecuencia del colapso de la ingente cantidad de deuda en el sistema, lo que traerá en última instancia el final del sistema monetario global basado en el dólar.
En consecuencia, y teniendo en cuenta estos aspectos, Maloney señala que desde hace tiempo tiene en cartera oro y plata y que en las últimas semanas ha estado comprando bitcoins.
Como vemos, Mike Maloney nos arroja un panorama muy preocupante de cara a los próximos años. No cabe duda de que los bancos centrales han originado una burbuja sin precedentes, y todos sabemos cómo acaban las burbujas. Pero es que no sólo los aspectos que Maloney señala son preocupantes.
Ya hemos venido advirtiendo en nuestros últimos artículos que hay problemas realmente graves en el horizonte, como el desplome del crédito bancario en China y su repercusión en la producción industrial de Estados Unidos (El Tsunami financiero que nadie ve y ya está aquí) o la inversión de la curva de tipos de interés en China (La curva de tipos de interés se invierte en China: recesión inminente). Y por si esto fuera poco, grandes y reputados inversores también nos están alertando de estos y otros peligros potenciales (Varios inversores multimillonarios de la lista Forbes hablan de mercado bajista a las puertas).
Quien advierte no es traidor
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