Cuando los multimillonarios de la lista Forbes hablan hay que escucharles. Y si estos ricos son inversores o gestores de fondos de inversión o hedge funds, más aún. En las últimas semanas, diversos inversores de gran prestigio nos han estado advirtiendo de los peligros que se ciernen actualmente sobre los mercados bursátiles. Vayamos por partes porque sus advertencias no tienen desperdicio, y viniendo de quien vienen, más nos vale prestarles atención, no sea que luego tengamos que arrepentirnos.
Uno de los primeros en dar la voz de alarma ha sido el legendario inversor macro Paul Tudor Jones, con una fortuna estimada de casi 5.000 millones de dólares, fundador de la sociedad de inversión Tudor Investment Corporation y que actualmente gestiona patrimonios por valor de 10.000 millones de dólares. En una conferencia privada realizada en Goldman Sachs, el gestor envió un mensaje muy claro y directo para Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, así como para todos los inversores: “Tened mucho miedo”.
Señala que los bajos tipos de interés implementados a nivel global por todos los Bancos Centrales, han llevado las valoraciones de los activos bursátiles hasta niveles no vistos desde el año 2000, justo antes de que la burbuja tecnológica estallara y el Nasdaq cayera un 75%. Según él, esta situación debería aterrorizar a los banqueros centrales.
A pesar de que considera la situación poco sostenible en el tiempo, señala que actualmente no está “corto” en el mercado, ni tiene ni idea de cuándo se producirá la tan comentada caída bursátil o la cuantía de la misma.
Pero sí se atreve a señalar a quienes serán los responsables de ésta. Según Paul Tudor Jones, el principal riesgo se encuentra en los miles de millones invertidos en los denominados “risk parity funds”, esto es, fondos cuyo objetivo es distribuir de forma equitativa el riesgo entre las distintas clases de activos, invirtiendo más dinero en aquellos activos de menor volatilidad y menos en los de mayor volatilidad. Como consecuencia de la baja volatilidad que se está viviendo en los mercados -hace pocos días el VIX marcó un mínimo no visto en más de dos décadas- (El ‘indicador del miedo’ en niveles de extrema complacencia), los gestores de estos fondos han estado invirtiendo masivamente en acciones. En el momento en que la volatilidad repunte, se verán obligados a vender dichos activos, propiciando que la caída de los mercados se amplifique.
Lo que Paul Tudor Jones ha hecho no es más que poner voz a lo que otros muchos gestores de hedge funds y traders de prestigio están diciendo en círculos privados a sus clientes, y no es otra cosa que advertir a los mismos de que las acciones están cotizando en niveles insostenibles.
Por otro lado, Jeff Gundlach, CEO de DoubleLine Capital, gestora de inversiones con sede en Los Ángeles y un patrimonio bajo gestión de alrededor de 100.000 millones de dólares, se mostró claramente bajista sobre el S&P 500 en la recién finalizada “Sohn Investment Conference” celebrada en Nueva York.
El mensaje de Jeff Gundlach fue muy claro. Actualmente recomienda posicionarse corto en el S&P 500 y largo (alcista) en los mercados emergentes (él lo está haciendo a través del iShares MSCI Emerging Markets ETF). Señala que la valoración de los mercados emergentes, si analizas ratios como el “price to sales” o el “price to book”, es la mitad que la del S&P 500 y que la fortaleza del dólar ha afectado de forma negativa a estos mercados.
Por último, Seth Klarman, fundador de Baupost Group, con un patrimonio bajo gestión de 30.000 millones de dólares y uno de los mejores “value investors” de la actualidad, también nos lanza interesantes y preocupantes señales de alerta que se unen a las indicadas por Paul Tudor Jones y Jeff Gundlach.
Por un lado, indica que los “insiders”, es decir, los directivos y miembros de los consejos de administración de las empresas, han estado vendiendo acciones de sus propias compañías de forma significativa en el primer trimestre, lo cual es un signo de que las valoraciones han alcanzado niveles exagerados. Por otro lado, ha alertado de la peligrosa situación en que se encuentra el “margin debt”, ratio que nos indica el volumen de dinero utilizado para la compra a crédito de acciones. Éste alcanzó un máximo histórico de 537.000 millones de dólares en marzo, señal clara del entusiasmo existente por las acciones.
Valoraciones bursátiles en terreno no visto desde el estallido de la burbuja tecnológica allá por el año 2000, “insiders” vendiendo masivamente acciones de sus propias compañías, apalancamiento para la compra de acciones en máximos históricos o volatilidad en mínimos de las últimas décadas no son el mejor cóctel para los próximos meses. Es más, tenemos todos los ingredientes para que en los próximos meses se desate la tormenta perfecta.
Como vemos, quienes nos están enviando estas preocupantes señales no son meros aficionados a la bolsa. Se trata de personas con una amplia y exitosa trayectoria profesional, que han conseguido unas rentabilidades históricas al alcance de muy pocos inversores, por lo que sus opiniones merecen ser escuchadas con toda la atención del mundo. Así que más nos vale apretarnos los cinturones antes de que sea demasiado tarde y sólo nos quede lamentarnos.
Quien advierte no es traidor