Al continuar el análisis de compañías en la Cartera Value, me he encontrado con un diagrama muy interesante en el informe anual de Linde (compañía de gases industriales). Este viene a representar el ciclo de expectativas del hidrógeno y se titula ‘El ciclo del hype del hidrógeno’. No he podido resistirme a hacer una analogía con otros ámbitos y otras épocas en un comentario completo para los suscriptores.
En el gráfico se muestra un fenómeno recurrente en muchos otros ámbitos en los que surgen tecnologías nuevas, y es que en los inicios se tiende a exagerar el impacto y advenimiento de la nueva tecnología en el mundo empresarial:
Imagen extraída del Informe anual de Linde en 2016
El gráfico establece 1963 como el pico del hype o exageración de una tecnología entonces incipiente como el hidrógeno, seguido de varias décadas de decepción y desilusión por no ver las expectativas materializadas. No es muy diferente a lo que sucedió con el tractor agrícola o los refrigeradores, casos bien documentados en el libro ‘Innovation and its enemies’ (enlace a artículo y reseña).
Otro gran ejemplo es la burbuja.com a finales de los años 90. Internet acabó expandiéndose de forma espectacular, pero la mayoría de modelos de negocio que se llevaron el gato al agua surgieron después. El impulso final a Internet lo dio la aparición del smartphone en 2008, casi una década después del pico de la burbuja tecnológica. Por supuesto, Facebook no fue la primera red social, pero sí la triunfadora. Las valoraciones y cotizaciones de aquella época por supuesto eran absurdas.
Y es muy probable que un pico de expectativas se esté formando en torno a conceptos que dominan los medios de comunicación de forma reciente: blockchain, criptomonedas o incluso el coche eléctrico. En muchos medios financieros y de tecnología se considera el impacto de blockchain como algo imparable en sectores como el bancario/pagos. Pero se habla poco de las ventajas y desventajas o los problemas y retos que hay que solucionar para que acabe triunfando definitivamente. La implementación de nuevas tecnologías en cuestiones tan sensibles como los pagos no es nada sencilla, ya que hay que tener en cuenta problemas técnicos, la experiencia de usuario, el marco legal, etc. Los análisis sobre la expansión de blockchain no tocan estos temas mínimamente, más bien consideran que es un sistema totalmente nuevo que va a tirar abajo muchas instituciones actuales, o al menos eso se entiende cuando se utiliza el concepto de ‘nuevo paradigma’.
Pasar por alto los inconvenientes que todas las tecnologías tienen es un signo inconfundible en mi opinión de un pico de expectativas. Mi intención no es negar la posibilidad de cambios que pueden traer las nuevas tecnologías, sino aportar una perspectiva histórica de los plazos de tiempo y baches que tienen que acabar superando. Este es un camino muy irregular, con diversas curvas, retrocesos y pinchazos. Por supuesto, sin garantías de triunfo. Las ideas sobre el papel borran de golpe y porrazo muchos de los problemas que aparecen luego en el mundo real a la hora de aplicar la tecnología (¿Te pueden robar tus bitcoins?), pero solo si sus ventajas superan los inconvenientes las empresas trabajarán duro para solucionar esos problemas. El tiempo es el factor más importante a la hora de analizar inversiones, no es lo mismo lograr x rendimientos el próximo año que viene que dentro de 15.
Blockchain y Bitcoin serán novedosos, pero el fenómeno de exageración de expectativas es tan viejo como el ser humano.
Cartera Value: Si está interesado en el análisis de compañías desde una perspectiva de largo plazo, no dude en visitar la página de información de la Cartera Value.
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