Los últimos datos macro conocidos de la eurozona todavía no han podido sacarnos de dudas respecto a si se agrava la desaceleración, se produce una estabilización o vuelve a acelerarse la economía. Por ello seguimos pendientes a cualesquiera nuevas pistas, como por ejemplo los datos de PMIs definitivos que se publicarán en breve en referencia al mes de abril.
Pero mientras tanto, resulta interesante echar un vistazo a los agregados monetarios, particularmente la M1 (básicamente incluye los depósitos bancarios), que puede ser catalogado como el indicador monetario por excelencia. Como escribió recientemente Hugo Ferrer:
el ciclo económico no es más que el ciclo de crédito, el ciclo del dinero. Y a donde va el dinero, hacia allí se dirigen los mercados y la actividad económica. Es decir, si el dinero corre, se está en una expansión económica y si "deja de fluir" (es decir, fluye más lento), entonces llega una recesión.
El crecimiento interanual real de M1 ha repuntado desde el 6,2% en enero al 7,4% del dato más reciente, lo que para el analista de Nordea, Martin Enlund, son buenas noticias para la actividad de la eurozona… pero quizás no con efecto inmediato, dado que el crecimiento monetario tiende a liderar el crecimiento de la actividad en alrededor 9 meses.
Lo cual no deja de ser más interesante si cabe, porque como inversores lo que nos interesa no es el dato presente y mucho menos el pasado, sino lo que nos depara el futuro. En la búsqueda de los datos macro adelantados o líderes, el crecimiento de M1 es sin duda uno de los que seguir de cerca.
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