Indicadores hay muchos, algunos adelantados, otros coincidentes y otros retrasados. Los más interesantes, por supuesto, siempre son los adelantados y coincidentes. Entre estos indicadores, digamos adelantados/coincidentes, de los más interesantes son aquellos que reflejan la evolución del crédito, es decir, la evolución del dinero. Y es que, en definitiva, el ciclo económico no es más que el ciclo de crédito, el ciclo del dinero. Y a donde va el dinero, hacia allí se dirigen los mercados y la actividad económica. Es decir, si el dinero corre, se está en una expansión económica y si "deja de fluir" (es decir, fluye más lento), entonces llega una recesión.
Hoy, en nuestro intento de evaluar la actual situación del ciclo económico en Europa, veremos algunos datos que difunde el Banco Central Europeo en su "Euro bank lending survey", una encuesta trimestral que el BCE realiza a los principales bancos de la eurozona, con la que el banco central intenta conocer cuál es la situación del sistema bancario y del crédito. Y también veremos otros datos de carácter mensual, que ya no son encuestas sino datos reales de la evolución del crédito.
Creo que con los siguientes datos nos haremos una buena fotografía de la situación actual. Una fotografía que, ya lo adelanto, habla de fuerte debilidad del ciclo -eso no es noticia a estas alturas-, pero que confirma que el ciclo expansivo de la economía europea sigue "vivo" y, por tanto, la economía sigue creciendo, al menos hasta el día de hoy.
Aunque hablamos de desaceleración, la mejor noticia llega del mercado hipotecario; y es que los bancos informan de un repunte de la demanda de hipotecas durante el primer trimestre de 2019. El siguiente gráfico muestra el porcentaje neto de bancos declarando que la demanda repuntó en el trimestre. Esta es una buena noticia ya que la caída en la demanda y concesión de hipotecas en un signo claro de recesión y tras pasar algunos trimestres de debilidad, se confirma el repunte iniciado en el tercer trimestre de 2018.
Sin embargo, no todas las noticias son tan buenas y es que la demanda de otros créditos y préstamos de naturaleza no hipotecaria por parte de los hogares, declinó el pasado trimestre hasta el punto más bajo del actual ciclo expansivo de la economía europea. Justo lo que venía siendo el motor del crédito en los últimos trimestres, parece haber sufrido un fuerte frenazo. Así, todo lo que de buena noticia tiene el repunte en la demanda de hipotecas, lo tiene de mala noticia la fortísima desaceleración de la demanda del resto de créditos y préstamos.
Dejando los hogares a un lado y centrándonos en el sector corporativo, vemos que la expectativa de los bancos sobre la demanda futura de crédito por parte de las empresas no financieras, sigue muy débil por segundo trimestre consecutivo. De hecho, el nivel es excepcionalmente bajo y es poco común en un ciclo expansivo.
Observando el conjunto de estos tres datos y teniendo en cuenta que la serie de demanda de hipotecas es algo más errática que las otras dos, todo parece indicar que nos encontramos ante un severo frenazo del crédito, tanto que el riesgo de recesión se ha incrementado a niveles no vistos desde la última contracción económica. Ahora bien, como dice el refranero, hasta el rabo todo es toro y, si el riesgo de recesión objetivamente ha aumentado, nada impide que todo quede en una fuerte desaceleración y el ciclo recobre nuevos bríos. Al fin y al cabo, como dijo Mario Draghi ayer mismo, en la historia del euro se han producido 15 desaceleraciones y solo 4 contracciones económicas. Según mis propias cuentas, son menos desaceleraciones y contracciones, pero el principio aplica.
Por ello, mientras la demanda siga siendo netamente positiva, es mejor pensar que el ciclo sigue siendo expansivo. El próximo trimestre -conoceremos los datos en julio- será muy interesante. Y, en todo caso, si por ejemplo cae la demanda de créditos de los hogares y de las empresas (ambas), probablemente es porque estemos entrando en una recesión económica. Digamos que si de los 3 indicadores anteriores vemos 2 entrar en terreno negativo, será una alerta roja de recesión.
Ahora bien, no solo tenemos datos trimestrales de esta encuesta del BCE, sino que también contamos con los datos mensuales de la propia evolución del crédito. Probablemente, mi dato macroeconómico favorito para entender donde estamos con respecto al ciclo de crédito -y por tanto del ciclo económico-, es el llamado "impulso del crédito", es decir la aceleración o desaceleración del crédito, en este caso del total de préstamos (hipotecarios, consumo y otros) a los hogares de la eurozona. Como se puede observar en el siguiente gráfico, está en uno de los niveles más bajos del actual ciclo expansivo de la economía europea, pero sigue siendo positivo (el crédito sigue acelerándose).
Si las encuestas trimestrales son tremendamente útiles y suficientemente adelantadas, más útil es este tipo de indicador. No tanto porque sea más adelantado, sino porque se da a conocer cada mes.
En los próximos meses y trimestres estos serán los principales indicadores que monitorizaremos para evaluar si el ciclo finalmente pasa de una situación de desaceleración a una de contracción. Mientras tanto, la conclusión es que la expansión económica sigue su marcha.
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