Ni Déficit ni Deuda determinan lo que hará la Bolsa o la Economía

El otro día tuve un debate con alguien que se decía libre de las convenciones sociales y toda su conversación solo giraba en torno al pesimismo. ¿Puede haber alguna moda más extendida que ésta? ¿Habrá algo más manido que hablar de crisis, ser un pesimista y decir lo mierda que es el mundo? 

Ser optimista es pecado. Pensar que el mundo está en una de sus fases más brillantes solo lo pueden decir los idiotas, o los que no queremos confundir la coyuntura con la perspectiva. El mundo va a mejor, no siempre de forma lineal, pero a mejor. Todos los experimentos antinaturales que intentan cercenar la libertad económica o civil se resquebrajan, ellos solos, en pocas décadas. 

Me aburre ver la unanimidad con la que la sociedad se ha sumido en la apatía, en repetir la palabra crisis como un mantra que lo envuelve todo. Como una manta en la que esconder la mediocridad. Mezclo ese aburrimiento con la curiosidad intelectual de imaginar a los mismos pesimistas de hoy, botar de optimismo en la próxima oleada al alza. Ocurrirá.

El mundo va a cambiar dicen. ¡Qué cambie les repondo! Si se sigue el patrón será para mejor. De hecho lo malo sería que el mundo no cambiase. Pero nuestras mentes, acojonadas, egoístas y aferradas al pasado, quieren que nada cambie, pero el cambio es bueno. Lo dijo Steve Jobs. Lo antiguo tiene que dar paso a lo nuevo.

Me aburre la monotonía de las ideas y de las mismas respuestas de la misma gente a los mismos estímulos. Todo es previsible, y de entre lo previsible, no hay nada más inmutable que las mismas ideas erróneas sobre los mercados financieros.

Corren ríos de tinta por twitter. Los periódicos lo mencionan a todas horas: la deuda es mala, y el futuro es negro. 

¡No invierta! No solo a 10 años, sino a tres días ¡porque la deuda es alta y mala y solo trae oscuridad en el futuro cercano o lejano!

Expertos, gurús, entendidos, técnicos. Jerga, tecnócrata, tecnicismo, explicación, lógica.

¿Es la deuda "mala" para la bolsa o para la economía? Desde un punto de vista moral, un alto nivel de deuda, me parece negativo porque pervierte el sistema y a la sociedad. Crea incentivos falsos en la inversión y en la moral. Pero es un incentivo falso como tantos otros. En el casino puedes entrar o no. El arma la puedes tener para defenderte o para matar a 27 personas. La inversión la puedes hacer mala o buena. Al final cada uno es responsable.

Sí, podemos discutir legítimamente si la deuda es moral o no, si nos conviene más o menos deuda. Debatamos. Pero por favor, no establezcamos paralelismos entre deuda, déficit y rentabilidad bursátil porque, simplemente, no lo hay. 

No hay relación, entre el déficit y lo que hace la bolsa. Si así fuera, cuando hay mucho déficit (puntos hacia la izquierda) la rentabilidad debería ser muy negativa (por debajo de la horizontal 0%). Pero no es así. La rentabilidad a un año de los 6 años que tuvieron mayor déficit desde 1929, no fueron negativos para la bolsa ¡fueron positivos! y a veces muy positivos. El año con mejor superávit fue negativo para la bolsa. Y el segundo. Y la mayoría de los años con superávit fueron negativo para la bolsa. No crea a los expertos que pongan en sus labios la palabra déficit para hablar de lo mal que lo hará la bolsa el próximo año. La historia demuestra que no hay relación. O que ,sí la hay, tiende a ser al revés de la creencia del público y de los expertos.

¿Un año es poco? ¿Su experto favorito dice que el déficit de hoy es la mala rentabilidad de la próxima década? Todo un sin sentido. No hay relación entre una variable y otra. No se deje asustar por el déficit a la hora de invertir, la bolsa no responde a eso. Bueno, en realidad parece que un poco de déficit no le sienta nada mal. 

Y tal vez le digan que la bolsa es de los malvados especuladores. Un casino lleno de apostadores, malditos ladrones que juegan con las vidas de las personas. Pero ¿qué hay de la relación entre Producto Interior Bruto y déficit? No veo relación y, si tengo que forzar mi imaginación, lo que veo es lo contrario de lo públicamente aceptado.