Con el verano se rompe parcialmente la rutina. Ves a amigos y familiares que no ves el resto del año y gracias a ello recibes impresiones frescas de otras personas que no son las que te rodean normalmente.
Lo que me ha llamado la atención este verano, es la insistencia de muchos en la idea de que los mercados "andan mal" y revueltos por la situación política en España: la incapacidad de formar gobierno y la amenaza latente del acecho al poder de un partido sin pies ni cabeza promocionado por un grupúsculo de teóricos académicos.
No me malinterpreten. La gente tiene derecho a estar cabreada y buscar soluciones, pero unos académicos teóricos llevan mucho peligro sea cual sea su sesgo ideológico.
Está claro que no podemos estar sin gobierno ad eternum y que de vez en cuando el parlamento tiene que legislar porque se hace absolutamente necesario. Pero no es menos cierto que un parlamento constantemente activo legisla en exceso, lo cual retrotrae la actividad económica ya que exige a los diferentes agentes económicos y administrativos costosas adaptaciones.
Como cómicamente resaltaba Salvador Más en twitter, se entiende bien cuáles son los beneficios de estar sin gobierno cuando uno de los miembros más importantes del PP piensa que es una buena idea dar 500 € a los jóvenes para que lo gasten en cultura.
Así, paradójicamente para muchos, sin gobierno y sin nueva legislación la economía española creció un 0,8% trimestral en cada uno de los últimos cuatro trimestres y el avance anual es del 3,2%, una magnitud muy destacable teniendo en cuenta que son 3,2 puntos de crecimiento real ya que hemos experimentado una época sin inflación.
De esta manera, si estar sin gobierno ni parlamento funcionando con normalidad no ha sido negativo para la economía, tampoco lo será para la bolsa.
Los mercados financieros, y en concreto los mercados españoles, no perciben riesgo porque España esté un tiempo sin gobierno. Y no percibirán riesgo mientras que quienes negocien ese gobierno sean PP, PSOE y Ciudadanos.
Incluso mi opinión es que los mercados no percibirían riesgo si gobernaran PSOE y Podemos conjuntamente, ya que es harto difícil que las reglas cambien radicalmente mientras haya un partido tradicional en la ecuación.
Y es que lo que realmente pondría nervioso a los mercados, es la percepción de que se pueda producir un cambio radical del sistema, de las reglas del juego: que el mix de economía capitalista y social que tenemos descarrille totalmente y se lleve este país al sinsentido más absoluto.
Solo ahí, o cuando se perciba que se va en esa dirección, los mercados temblarían de verdad. Mientras, todo esto que se dice sobre la inestabilidad política y los mercados es demagogia bursátil de tan "buena" calidad como decir que las SICAVs son un privilegio para los ricos (tanto Ciudadanos como Podemos están perdidos en este asunto sobre los vehículos de inversión, pero debe ser fácil conseguir votos con ello).
Lo cierto es que, mientras no haya riesgo de un cambio radical, a los mercados les da igual los juegos de silla y sí les importa más los fundamentos económicos y empresariales coyunturales. Haya gobierno o no, mientras haya crecimiento económico eso será generalmente positivo para los activos de riesgo.
Y ese crecimiento económico, por supuesto, depende en buena medida de factores locales, pero sobre todo de factores globales. Con una Europa y EEUU en recesión, es muy difícil que España no esté en recesión. Por mucho que Mariano Rajoy mueva la barba, que Pedro Sánchez enceste la canasta, que Rivera sea más o menos guapo o que la coleta de Pablo Iglesias dé más vueltas que un tiovivo, al final el crecimiento, la inflación y otros acontecimientos globales marcan el paso de las cotizaciones. De nuevo, siempre y cuando no se produzcan cambios radicales de las reglas del juego.
Tanto es así que debido a la fuerte ponderación del sector financiero en la bolsa española, esta se encuentra bajo la influencia de los tipos de interés, que a su vez están bajo la influencia del Banco Central Europeo y, sobre todo, bajo la influencia de las expectativas de crecimiento económico e inflación globales.
El siguiente gráfico muestra el ratio de la bolsa española con respecto a la alemana y la evolución de la "rentabilidad" del bono alemán a 10 años. La correlación anual es consistentemente elevada desde hace algunos años.
¿Estados Unidos por fin reacelerará después de casi dos años a ralentí? ¿La economía China podrá remontar la fuerte desaceleración que sufre? ¿Los países exportadores podrán recuperarse de su debilidad financiera tras la fuerte depreciación de las materias primas?
En el mundo en el que vivimos, esas son las preguntas que importan y no los paseos de 4 tíos con o sin corbata.
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