La constatación hace unos días de que el PIB de Alemania se había contraído un 0,1% durante el segundo trimestre ha sido el detonante para que en la Eurozona ya se hable abiertamente de recesión. Si a esto le sumamos el hecho de que la curva de tipos de interés de Estados Unidos acaba de invertirse por primera vez desde 2007, no es de extrañar que los inversores estén asustados y los mercados reaccionen con fuertes caídas ante lo que podría ser la antesala de una nueva crisis económica.
Lo que es incuestionable es que la economía de la Eurozona está muy débil. Si Alemania, el principal motor económico de la misma se resiente, el resto de economías no parece que tengan la capacidad suficiente como para evitar que la Eurozona entre en recesión: Italia enfrenta una crisis de gobierno importante, España carece actualmente de gobierno y es una economía altamente sensible al ciclo, Francia muestra una gran debilidad económica (a pesar de que los PMIs flash del mes de agosto han mostrado un inesperado y positivo rebote) y los nuevos datos que se van conociendo de Alemania no muestran síntomas de mejoría (el índice de confianza económica ZEW volvió a desplomarse en agosto hasta situarse en niveles de 2012 [ver gráfico inferior]).
Toda esta debilidad que señalamos queda reflejada en los indicadores sectoriales de actividad de la Eurozona, particularmente del sector manufacturero. El sector servicios aún sigue en terreno expansivo, pero el sector manufacturero acumula ya siete meses consecutivos en contracción (arrastrado por la enorme debilidad de la industria alemana), lo que hace que la economía en su conjunto esté creciendo a tasas muy reducidas.
Evolución de la tasa de crecimiento trimestral del PIB de la Eurozona
Es evidente que las perspectivas no son buenas, y si hacemos caso al indicador Sentix de la Eurozona, esta desaceleración podría convertirse en recesión en los próximos trimestres. El indicador de confianza del inversor (Sentix) es un índice que mide el nivel de confianza de los inversores en la actividad económica. Desde el año 2001 es elaborado por la agencia alemana Sentix y consiste en una encuesta realizada a más de 3.100 inversores particulares e institucionales de 20 países diferentes en los que se les pregunta por sus expectativas para los próximos seis meses.
Teniendo en cuenta este indicador, Andreas Steno Larsen, analista y estratega global de Nordea, se pregunta si la Eurozona no será la próxima en “caer”. Tal y como se aprecia en el gráfico inferior, la actual evolución del indicador Sentix sugiere que en los próximos trimestres podríamos ver tasas de crecimiento negativo en la Eurozona, si bien los datos que se manejan actualmente no apuntan a una recesión muy fuerte (como la de los años 2008 - 2009).
(Fuente: Andreas Steno Larsen)
Si analizamos igualmente la evolución del indicador económico adelantado de la Eurozona, elaborado por The Conference Board, las cosas no pintan mucho mejor. El indicador se giró a la baja a principios de este año y los nuevos datos que se van publicando no hacen sino ahondar en esta desaceleración. En las dos últimas recesiones, el techo del indicador señaló con gran exactitud el inicio de la recesión. ¿Será esta vez diferente?
(Fuente: The Conference Board)
Sin embargo, no todo son malas noticias. Ayer se publicaron los PMIs flash del mes de agosto de Francia y Alemania, los cuales se situaron por encima de los niveles del mes pasado batiendo las expectativas de los analistas. El caso más significativo es el del sector manufacturero francés (ver gráfico inferior), que consiguió salir del terreno recesivo en que se encontraba (51.0 agosto vs 49.7 julio). Se trata pues de una noticia más que positiva para la economía de la Eurozona, aunque lo realmente importante será comprobar si esta mejoría del mes de agosto es un cambio de tendencia o un simple rebote puntual dentro de la desaceleración que venimos arrastramos desde hace meses.
(Fuente: Trading Economics)
De este modo, si finalmente se produce una recesión, la intensidad de la misma en caso dependerá en gran medida de lo que suceda en el resto del mundo. La evolución del comercio global, el desarrollo de todos los acontecimientos relacionados con la guerra comercial o una potencial recesión en Estados Unidos son aspectos a los que debemos prestar mucha atención, especialmente en el caso de economías tan dependientes del comercio exterior como la alemana.
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