Beyond Meat, empresa estadounidense dedicada a la fabricación de alimentos sustitutivos de la carne (básicamente alimentación orientada al colectivo vegano), fue una de las grandes estrellas bursátiles a mediados de este año. Salió a cotizar a un precio de 25$ y en poco tiempo alcanzó máximos históricos en los entornos de 240$ (el primer día de cotización se anotó una subida del 163%), lo cual supone una revalorización del 860% en cuestión de tres meses.
Esta increíble revalorización llevó a la compañía a capitalizar en aquel momento lo mismo que la suma de empresas como Viscofán, Acerinox, Melia Hoteles, Mediaset, Indra y Ence. ¿Era la "gran burbuja vegana"? Es evidente que son cifras injustificadas desde todos los puntos de vista, puesto que la compañía sigue generando pérdidas y tiene unas ventas muy moderadas. Sin embargo, en determinados momentos el mercado se comporta de forma absolutamente irracional y se producen situaciones como esta.
Sin embargo, parece que los inversores empezaron a darse cuenta de las exageradas valoraciones que se estaban pagando por la compañía, lo que ha motivado la huida de los inversores (la compañía acumula una caída del 60% desde sus máximos históricos). Una caída que se inició a finales del mes de julio y que se agudizó a raíz de la publicación de los resultados del segundo trimestre, en los que se puso de manifiesto que la empresa había registrado pérdidas de 0,24 dólares por acción frente a los 0,08 dólares por acción esperado por los analistas. Estos malos resultados, además del anuncio de ampliación de capital, originaron que la cotización sufriera un duro revés y se anotara una caída del 13% en dicha jornada.
Y es que a pesar de que los índices bursátiles estadounidenses siguen en máximos históricos, hay determinados sectores que están perdiendo el favor de los inversores tras años muy buenos. En concreto, muchas compañías no rentables están empezando a sufrir pérdidas cuantiosas en bolsa como Uber o Lyft o directamente han decidido aplazar su salida a bolsa como WeWork (el grupo japonés Softbank ha tomado recientemente el control del 80% de la compañía con el objetivo de sanear e impulsar la empresa. Su valoración se ha reducido en más de 30.000 millones desde el máximo de 47.000 millones de dólares, con los que esperaban sacarla a bolsa, hasta los 10-12.000 actuales). Esta situación se podría resumir, en palabras de Enrique García Sáez, diciendo que “son numerosos datos que apuntan a un posible techo de largo plazo al sector más caliente en bolsa ahora mismo: “las compañías percibidas como protagonistas en la nueva economía”, un claro paralelismo al ciclo bursátil de los 90 y posterior crisis en el 2001”.
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