Los títulos de FEDEX, el gigante estadounidense de transporte de mercancías y paquetería, sufrieron el miércoles de la semana pasada un desplome del 13% tras decepcionar sus resultados (su beneficio operativo se contrajo un 16% en el primer trimestre fiscal) y anunciar una rebaja de su previsión de beneficios del 15% para el ejercicio 2019 - 2020. El CEO de la compañía, Frederick W. Smith, ha señalado que los últimos resultados de la compañía se han vistos penalizados por el “debilitamiento del entorno macroeconómico global, impulsado por el aumento de las tensiones comerciales y la incertidumbre política". Este ha señalado igualmente que desde el tercer trimestre de 2018, “las disputas comerciales globales estaban afectando negativamente la fabricación en Europa y Asia, lo cual ralentizó la demanda de envío internacionales”.
Una ralentización del comercio mundial que ya se viene atisbando desde finales de 2018 y cuya primera víctima y más directa ha sido el sector manufacturero mundial, que tal y como comentamos hace unas semanas, ya se encuentra en recesión.
(Fuente: Jeroen Blokland)
Asimismo, Frederick W. Smith también ha lamentado la pérdida del contrato que les vinculaba con un “gran cliente”, en una clara alusión a la ruptura del acuerdo que tenían con Amazon para la distribución de sus pedidos en tierra. Todas estas circunstancias fueron las que motivaron que la compañía sufriera uno de los desplomes bursátiles más importantes de los últimos años y que actualmente cotice en mínimos de los últimos 3 años.
FEDEX es una compañía que por su modelo de negocio es muy seguida por los analistas e inversores como “proxy” de la economía. Como es de sobra conocido por todos, la compañía se dedica principalmente al transporte mundial de paquetes. Por ello, si el comercio mundial se ralentiza, sus beneficios se resentirán y en consecuencia también lo hará el precio de la acción. Del mismo modo, cuando la economía empieza a mejorar y el comercial mundial se reactiva, su cotización recoge con subidas esta mejoría de la situación (y de sus beneficios futuros). Como vemos, tras la gran recesión de los años 2008 y 2009, la cotización de la empresa se anotó una subida cercana al 200% en cuestión de poco más de un año, descontando claramente la mejoría de la economía que estaba por venir.
Por ello, la caída de más del 45% que acumula desde los máximos históricos alcanzados a principios de 2018 junto con el desplome de la semana pasada como consecuencia del “profit warning” emitido por la compañía han hecho saltar la alarmas entre los inversores. Y es que tal y como avisan los analistas de Deutsche Bank, existe una elevada correlación entre la evolución de la cotización de FEDEX y el comercio mundial. Según esto, deberíamos esperar que en los próximos meses el comercio mundial siga desacelerándose, lo cual pondría en serios aprietos a la economía mundial y podría ser el detonante de la recesión económica que tanto se está haciendo esperar para muchos analistas.
(Fuente: Liz Ann Sonders)
Del mismo modo, también podemos observar la estrecha correlación existente entre el PIB de Estados Unidos y la cotización de la compañía, por lo que de cumplirse de nuevo la pauta histórica deberíamos asistir a una recesión, o al menos a una desaceleración económica muy profunda en los próximos trimestres.
(Fuente: Andreas Steno Larsen)
Si bien es cierto que extraer conclusiones basadas únicamente en un dato aislado no es la estrategia más prudente, ignorar la alerta que nos está lanzando esta compañía tampoco es una buena idea dado que estamos ante una compañía con un modelo de negocio global y que es altamente sensible a los vaivenes del ciclo. En consecuencia, si combinamos este dato (el “profit warning” emitido por FEDEX) con el resto de aspectos que apuntan a que la economía global no pasa por su mejor momento (inversión de la curva de tipos, recesión del sector manufacturero, incipiente desaceleración del mercado laboral estadounidense, etc.), podemos afirmar que las perspectivas siguen siendo inquietantes. La guerra comercial parece estar impactando mucho más de lo que se vislumbra, y cuanto más tiempo se prolongue el conflicto (las últimas informaciones apuntan a que como mucho se llegará a un acuerdo menor), mayor será el impacto sobre el comercio mundial y la economía.
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