Sigo alcista. Lo llevo siendo un buen tiempo y como todo hijo de vecino tengo derecho a hacer pausas en mis ideas y tomarme tiempos para reflexionar. Después de llevar hasta sus últimas consecuencias lógicas los principios del "Contrarian Investing" en los momentos más duros del pánico bursátil estadounidense de 2011 y cuando la crisis europea arreciaba en 2012, el 17 de abril de este año decidí hacer una pausa y dejar de ser alcista. La regla de oro es "si estas en duda sal del mercado". Pude dormir bien esos días estando fuera, pero me equivoqué porque las bolsas subieron. Por fortuna, tras semanas de espera, el 4 de julio pude "reengancharme" a la gran ola alcista en un punto de entrada óptimo en el Eurostoxx 50 y el 5 de septiembre pude completar mi posición entrando en el Ibex 35 cuando rondaba los 8.500 puntos.
En total en 2013 he hecho solo tres operaciones, pero eso no significa que no haya estado trabajando mucho más para intentar invertir de la mejor manera que sé. Por ejemplo, es fácil entender que un operador tiene que estudiar, informarse y buscar ideas para poner su dinero a funcionar, pero es igual o incluso más difícil trabajar informándose y procesando la información de forma correcta para justificar el seguir dentro de una posición. En este deporte es difícil entrar, es difícil salir y por supuesto es difícil seguir dentro del mercado. Si alguien quería cosas fáciles se equivocó de profesión.
Cuando el Ibex 35 llegó a 10.000 puntos la tentación era salirse después de haber entrado más abajo. Es una tentación querer salirse cuando uno cree altamente probable una corrección después de un rally alcista de varios meses. Es una tentación pero es necesario hacer un esfuerzo y reflexionar de la mejor manera que uno puede en cada momento. En mi opinión en esas fechas, aunque fuera casi evidente que habría algún tipo de pausa, no era procedente salirse del mercado. Las razones eran que la tendencia macroeconómica seguía siendo expansiva, que si se estaba dispuesto a salirse para recomprar más barato, uno tendría que estar muy seguro de que sería capaz de regresar al mercado en el momento correcto, con lo difícil que eso es y que el coste de oportunidad de soportar una corrección es demasiado pequeño como para molestarse en buscar puntos de salida y reentrada cuando se cree altamente probable que la tendencia macroeconómica sigue siendo expansiva.
Hay cosas que son muy importantes pero de las que casi no se hablan. Todo el mundo quiere puntos de entrada y de salida por análisis técnico o por fundamental; niveles de compra y de venta; precios gangas a los que comprar y precios objetivos a los que vender. Pero se habla poco del trabajo de en medio, ese que se realiza continuamente para reflexionar si la posición en la que se está es correcta o no. La mayoría de inversores reflexiona francamente mal, lo que les lleva a comprar arriba, vender abajo y no saber cuando mantener.
El concepto de "coste de oportunidad bursátil" es necesario entenderlo bien si se quiere mejorar en esa parte del proceso que es mantener lo comprado. Normalmente cuando tenemos un beneficio sobre el papel nuestro instinto primario es vender. Paradójicamente cuando tenemos una pérdida, nuestro instinto es mantener. Para evitar caer presas de nuestros reflejos instintivos necesitamos educarnos y reflexionar. En primer lugar uno deja de mantener pérdidas y cortar los beneficios cuando entra en consciencia de que esto ocurre. Definir el problema es parte de la solución. El segundo paso es reflexionar. Ante el dilema de ser alcista a medio plazo pero "saber" que se aproxima una corrección a corto plazo, uno puede pensar que es posible salirse para reentrar más abajo; esto lo suelen pensar los principiantes, los ilusos y los genios. O alternativamente se puede pensar -o mejor dicho, saber por experiencia- que entrar y salir del mercado con frecuencia es un juego perdedor, que la enorme mayoría de las correcciones bursátiles que se dan en medio de una tendencia macroeconómica expansiva se subsanan rápidamente, siendo esto una verdad incluso para las "supercorrecciones" del 20% como las vividas en 1998 o en 2011 y, sobre todas las cosas, no siendo un gran iluso pensando que siempre se estará en lo cierto. A veces uno creerá estar ante una corrección y se equivocará. A veces una corrección se convierte en un mercado bajista. Cuando eso ocurre, se admite el error, se recogen las pérdidas y se prepara para seguir ganando dinero en adelante. Simplemente es mejor no perderse una tendencia primaria alcista jugando alrededor de los movimientos intermedios, que intentar no perderse los movimientos intermedios arriesgando el gran mercado alcista.
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