Dada la especial atención que recibieron este tipo de sociedades en
el último año, el presente artículo pretende tratar varios puntos
básicos sobre las mismas. La intención es lograr hacerse una idea
general sobre lo que son y cómo funcionan, alejada de todo tipo de
prejuicio.
Sobre el concepto offshore
El término en sí, podría traducirse como "ultramar",
fuera o alejado de la costa. No es casualidad que muchos centros
offshore se encuentren radicados en islas.
Cuando viajamos fuera de España, también puede decirse que
todo el dinero que llevamos en la cartera o hayamos enviado a una
cuenta abierta en el país de destino, dicho dinero sería un dinero
offshore. En contraposición, el dinero que hubiésemos dejado en
nuestro país sería onshore.
¿Qué es una sociedad offshore?
Es
una empresa que estando inscrita en cierto país, desarrolla
su actividad económica fuera del mismo.
Dicha empresa no tiene personal —más
allá de un representante legal— ni estructuras. Su única
finalidad es la del movimiento
de capitales y derechos.
Por esta razón, el país en el que está registrada la compañía le
exime de la obligación de tributar.
Este tipo de compañías son relativamente fáciles de crear, pues
suelen exigir poca carga burocrática para su creación. El interés
en las mismas radica en que proporcionan seguridad, ya que protegen
frente al posible riesgo país: si se vive en un país con una elevada inestabilidad tanto política
como social, abrir una offshore podría ser una buena solución para
poner a buen recaudo ese dinero que tanto trabajo cuesta ganar (y no
digamos ya ahorrarlo).
¿Es ilegal?
El dinero offshore se ha convertido rápidamente en sinónimo de
evasión de impuestos y lavado de dinero —sobre todo por el
trato que se le ha dado desde la prensa al publicarse noticias como
la de los "Panama papers"—. Por ello, es importante destacar que el hecho de poseer empresas,
fideicomisos o cuentas bancarias en el extranjero es algo
completamente legal, siempre y cuando éstas se declaren
debidamente a Hacienda. Por asociación, se puede concluir que,
habiéndolas declarado, la creación de una sociedad offshore puede
considerarse algo completamente legal.
Lo ilegal sería no declarar los fondos situados en el extranjero o
los rendimiento obtenidos con los mismos. Guardar dinero en
sociedades offshore no sería un delito ni una práctica ilegal en sí
misma, siempre que se le haya notificado a Hacienda. Y es que, poseer
una cuenta ‘offshore’ no te libra del pago de impuestos:
tributar por ella es lo que diferencia un acto legal de uno
delictivo.
¿Cómo se declaran?
Utilizando el modelo 720 (del cual ya hablamos en un artículo anterior). Este modelo es el requerido para informar a la Hacienda española en
caso de poseer cuentas, acciones, inmuebles o sociedades offshore
radicadas en el extranjero, cuyo valor supere los 50.000 euros.
Un dato a destacar sobre la fiscalidad de las sociedades offshore,
es que el uso de estas estructuras internacionales no escapa a
nuestra normativa fiscal. En la ley se prevé un método de
imputación de rentas a los socios residentes. Esto resulta algo
relevante que podemos relacionar con el artículo que publiqué
anteriormente:
Me dedico al trading. Qué me interesa más, ¿tributar como persona física o mediante una sociedad?
Por el régimen de transparencia fiscal internacional, el uso de sociedades interpuestas en los casos en que la misma no
disponga de una organización de medios materiales y personales para
la realización de una actividad, el socio residente en España debe
tributar por la renta obtenida por dicha sociedad como si ésta no
hubiera existido. Si se crease una sociedad offshore para comprar
y vender acciones, los rendimientos obtenidos por dicha actividad
deberían tributar como si éstos se hubiesen obtenido directamente
sin mediación de las sociedades interpuestas, por lo que no
se obtendría ninguna ventaja en materia fiscal.
¿Para qué puede ser útil la creación de una sociedad offshore?
Las razones por las cuales puede ser interesante la creación de una
offshore se clasifican en dos grandes grupos: pueden servir como un
seguro frente a ciertos riesgos o como una forma de acceder
a nuevas oportunidades.
A continuación, pongo varios ejemplos:
-
Pueden utilizarse para proteger secretos comerciales. Puede
ser una forma de ocultar a la competencia directa ciertas
inversiones destinadas a, por ejemplo, el desarrollo de nuevas
tecnologías o nuevos productos.
-
Permiten el acceso a ciertos activos financieros no
comercializados en España, y a su vez, facilita la creación de
“joint ventures” u otro tipo de negocios societarios con
socios extranjeros.
-
Mantienen seguros los ahorros frente a un posible riesgo país,
pues se evitarían los controles de capitales, la expropiación ya
sea de forma directa (acciones del gobierno) o indirecta
(inflación), como también permitiría sortear todo problema
relacionado con la quiebra del sistema financiero del país
en que se resida.
¿Qué efectos positivos conlleva la existencia de estos
productos?
Los centros offshore facilitan los flujos internacionales de
capital, especialmente los destinados hacia países emergentes,
por lo que resultan herramientas muy útiles para favorecer el
comercio internacional.
Otro efecto muy positivo a nivel global es el de la competencia
fiscal: la existencia de estas jurisdicciones influyen de manera
indirecta evitando que los impuestos aumenten por encima de ciertos
límites en multitud de países.
La alta concentración de entidades financieras instaladas en las
jurisdicciones offshore, hace que en las mismas existan elevados
niveles de liquidez. Esta elevada disponibilidad de fondos
provoca un descenso en los tipos de interés incluso en los
países adyacentes, lo que se traduce en un crecimiento del PIB y
del empleo no sólo en la jurisdicción offshore, sino incluso en
los países de su entorno.
Tipos de centros offshore
Principalmente podríamos decir que hay tres tipos, clasificados
según las condiciones fiscales vigentes en el país donde se ofertan
este tipo de productos:
- Nil Tax Havens: En ellos no se pagan impuestos sobre la renta
o de sociedades. Tampoco existen impuestos sobre plusvalías o sobre
sucesiones.
- Source Exempt Havens: Sólo se gravan las rentas generadas
localmente. Los ingresos obtenidos de fuentes extranjeras están
exentos de tributar.
- Low-Tax Havens: Se obtienen ventajas fiscales en conceptos
tales como ganancias de capital, royalties, dividendos y a su vez
disponen de amplios tratados sobre doble imposición.
Comentarios finales
Los dos puntos que deseo que queden completamente claros con la
escritura de este artículo son los siguientes:
-
La disminución de la carga tributaria de personas físicas y
jurídicas realizando una planificación fiscal a nivel
internacional es algo perfectamente legítimo y puede realizarse
de manera completamente legal.
-
Siempre que se siga la normativa vigente y se informe debidamente a
Hacienda, no estaremos evadiendo el pago de impuestos.
Por tanto, ilegal sería que la cuenta o empresa offshore se crease
con la intención de ocultar algo al fisco. La constitución de una
offshore no está fuera de la ley, salvo que el capital proceda de
actividades ilícitas o se esté cometiendo fraude fiscal.
Lo dejamos aquí por hoy.
Un saludo y hasta la próxima.