No sé los años que no sé de D. Antonio Sáez del Castillo (ASC), pero el viernes pasado me acordé de él: "Hoy mismo lo han girado, y de manera concertada, a la misma hora y en el mismo instante en todos los mercados. El giro ha sido rápido, como siempre, y tras la misma estructura de giro que llevan utilizando desde..." "Lancen Vds. una diagonal desde el mínimo del día tal y apóyenla en el mínimo del día tal. Y mientras la respete, largos." Como que le estoy oyendo...
"Nadie dijo que esto fuera fácil.", titulaba hace unos días Ramón Terol su artículo de este domingo. Contaba que uno de sus sistemas le estaba dando "cortos" en el SP y que él no entendía nada, pero que aún así y descreído por completo el lunes cumpliría la órden; que él ya había pensado antes para crear el sistema y ahora pensar no le tocaba. Ramón casi suplicaba no tener que hacerlo -- lean el artículo: breve, dos veces bueno -- Y ¿por qué?, ¿por qué?, que diría Mouriño. Pues porque no se encontraba cómodo con la órden del sistema. ¡ Y eso que el sistema es suyo, lo ha pensado, lo ha estructurado, creado y testeado él mismo !
Hace muchos años trajeron a la agencia de valores donde me acercaba yo todos los días --cuando salía a desayunar y después de comer -- un sistema sobre el futuro del Dax que, mostraron y explicaron, llevaba unos excelentes resultados en los últimos años. (Cuando aquello no existían ni ETF´s, ni CFD's, ni lotes ni na de na, así que el asunto íba de 25 euros/punto. Punto.) Lo pasó mal aquel compañero de fatigas que se metió con él. Entre otras cosas, porque una cosa es que el sistema funcione solo, que abra y cierre automáticamente las posiciones, y otra muy distinta que las tengas que abrir y cerrar tú. A veces, no nos damos cuenta de que nosotros tenemos ya un sistema propio instalado en la cabeza, en el corazón y alma...( No se líen con el dónde, que nos conocemos). El asunto es que todos llevamos a cuestas un sistema por defecto -- nunca mejor dicho -- cuando nos acercamos a la bolsa por primera vez. Precisamente por eso resulta tan complicado este mundo, este universo, porque aquí cambiar es obligatorio. Y todos sabemos que para las personas el verbo "cambiar" es horroroso de conjugar.
Decía ASC que en los mercados se trata de convertirse en un autómata. Y tiene razón, claro. El problema es que los humanos no acostumbramos a escarmentar en cabeza ajena. Y esta idea de la automatización propia no nos entra en el menú de opciones hasta que no nos hemos dado unas cuantas hostias antes; y de que algo entre en el menú, a que algún día terminemos teniéndolo en cuenta pasan también otros cuantos fines de semana; y luego, hasta que comienzas a vivirlo, a experimentarlo, pues pasa otra temporada más; y ya entonces, y si sigues teniendo dinero en la cuenta, llega un día en que empiezas a ver que existe otra manera de enfocar el mercado y empiezas a creer en ti. Y ahí empieza tu historia, la propia. Nunca es fácil ni rápido desandar el sistema que traemos de serie, alcanzar a elaborar de otra manera y terminar superponiendo lo nuevo sobre lo viejo, lo que empiezas a hacer funcionar por ti mismo sobre lo que por definición no puede hacerlo.
Cuanto más tiempo pasa, con más cariño recuerdo a ASC. No era ninguna madre en antena, ni vivía del cuento como la mayoría, ni tenía don de gentes en el estrado. Conjugar genialidad y empatía también tiene lo suyo.
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